La vida después de la muerte, ¿qué hay más allá?

La vida después de la muerte, ¿qué hay más allá?

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Vida después de la muerte
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¿Qué sería de nosotros si no morimos nunca? Te has preguntado ¿qué hay más allá de la muerte?, ¿hay reencarnación, es decir, se puede nacer en otro cuerpo para evolucionar?

La muerte es la ‘enseñanza maestra’, es la clave para entender el sentido de la vida y de la creación, pues es la que da la posibilidad de entrar a otras dimensiones, niveles de evolución y espacio, no sólo físico, material y tangible, sino también ‘energético’, inmaterial y atemporal. Todo lo que nos rodea en la naturaleza nace y muere. Es necesario que la semilla se abra, eche raíz, para crecer y dar fruto. Lo mismo ocurre con las estaciones del año, cada una se renueva, pero la raíz que les dio la vida, sigue viva. Sucede igual con las especies, planetas y estrellas. En el caso del ser humano, nuestra alma es la ‘raíz’ y el cuerpo físico es el ‘fruto’, de manera que lo que reencarna no es el cuerpo, sino el alma, y ésta es nuestra mente, la cual permanece en constante evolución. El alma-mente siempre trascenderá a la muerte.

Y después de la muerte... la vida
La reencarnación es un proceso por el que debe ‘atravesar’ nuestra alma-mente para evolucionar, esto ocurre en el instante en que el alma comprende que no existe la separación, que somos un Todo.

AL ENCARNAR, EL ALMA SE APODERA DEL CUERPO QUE EXPERIMENTARÁ SENSACIONES, EMOCIONES Y CREENCIAS DURANTE LA VIDA
El Todo es la conciencia universal que se manifiesta en sabiduría, la cual es energía, la fuerza vital que nutre la existencia; mientras más pura, elevada y profunda, más significativa y valiosa la experiencia de cada encarnación.
Encarnar es la manera en que el alma se fusiona con la materia, se apodera del cuerpo. A través de ese cuerpo físico, el alma experimentará las sensaciones físicas y las emociones de cada pensamiento y creencia que tenga en la vida.
Los cinco sentidos nos conectan con el mundo material, y ayudan a estrechar vínculos emocionales, o bien, a establecer barreras y límites.
El cuerpo físico en que se encarna está determinado por el alma-mente, es decir, se crea según las necesidades de evolución, y ello determinará nuestro género, estatura y condición específica.

MIENTRAS QUE EL ALMA-MENTE ES INMORTAL, EL CUERPO FÍSICO ES TEMPORAL
Nuestra alma-mente es inmortal e ilimitada y el cuerpo físico es temporal y limitado. Esta diferencia es la que da origen a la idea de separación. Como ejemplo: cada día, al decidir la ropa que usarás, lo haces según la actividad y lugar; no es lo mismo vestir para ir al gimnasio que para ir a una entrevista de trabajo. En cada caso sigues siendo tú, tu esencia y personalidad no cambian, ni tus creencias o experiencias previas se ven modificadas, es tu atuendo el que expresa parte de tu personalidad en cada situación.
Así ocurre en cada encarnación, el alma-mente se va perfeccionando conforme asimila cada aprendizaje y comprende que la muerte es una ilusión, al igual que la vida, son parte de la misma experiencia del ser; no existe ni una ni otra, son breves intervalos durante los que la mente se va expandiendo y volviendo energía universal.

Como todo, el alma está en constante evolución, y su naturaleza es anhelar y trabajar en ella misma hasta alcanzar la evolución más elevada, que es el total desapego y la absoluta entrega para beneficio de los demás, comprendiendo que la otra alma, es parte de su propia esencia y que todos somos un reflejo de los demás.

En este sentido, dejamos de reencarnar hasta que nos encontramos listos para convertirnos en energía cósmica, la cual mantiene la esencia de la vida, o bien, nos transformamos en maestros y guías, o en almas de acompañamiento, entre otras posibilidades, las cuales nos ‘conectan’ con la experiencia real del amor verdadero.

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