Lo que pocos sabían de Vicente Fernández

Con 57 años de carrera artística, Vicente Fernández se convirtió en el máximo exponente de la música ranchera, y fue de los pocos cantantes que logró la hazaña de vender más de 76 millones de discos en todo el mundo, más de 88 discos grabados, y haber hecho más de 34 películas. Te mostramos más curiosidades que quizás no sabías del llamado ‘El Charro de Huentitán’.

Aunque siempre estuvo interesado en cantarle a la Virgen en la Basílica de Guadalupe, a manera de ironía dijo que si no lo invitaban a cantar, no iba a tocar la puerta, y se quedó con las ganas.

Aunque nunca lo había hecho evidente, el cantante gritó: “¡Arriba las Chivas!” durante un concierto de su tour ‘Gira del Adiós’, en Guadalajara, y vistió un poncho con el escudo del Rebaño.

Dentro de todos sus logros, cuenta con un gigante ruedo llamado ‘Arena VFG’, en Jalisco, el cual tiene capacidad para 15 mil personas, y se utiliza principalmente para eventos deportivos y conciertos.

Conforme ganó fama y popularidad, fue perfeccionando su vestimenta para salir a los grandes escenarios, y llegó a invertir hasta 180 mil pesos en un traje, pues eran confeccionados con hilo y botones de oro, lo que hacía que pesaran hasta 10 kilos.

En 2016, el cantante lanzó un libro llamando El adiós de un grande, con una edición de 6 mil ejemplares, mismos que se vendieron de inmediato. En el libro relata una serie de anécdotas y momentos importantes en la vida del cantante, en 154 páginas, divididas en cinco secciones, y su costo era de mil pesos.

Si algo le encantaba, era coleccionar caballos miniatura de cualquier material; en su rancho cuenta con más de 500 especies de colección, la mayoría creadas por el artista Waldo Saavedra. Le gustaban tanto, que podía pasar horas observándolo y la figura que más amó, es donde aparece él en minuatura al lado de su caballo, pues se la presumía a todos sus invitados.

Otro de sus pasatiempos era pintar cuadros de caballos, mismos que colocaba por toda su casa; además pintaba huevos de diversos materiales, que tenía en su casa muy bien cuidados en una vitrina, donde tiene más de 120 figuras.

Estuvo involucrado en gran parte para que la UNESCO declarara la charrería como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, lo que lo llenó de alegría, pues quería que el mundo reconociera las tradiciones mexicanas.