Maryfer Centeno: las disculpas de Yahritza y Su Esencia “no necesariamente vienen del corazón”

• En sus disculpas mencionaron que, a pesar de que nacieron en Estados Unidos, son orgullosamente mexicanos y que el país es parte de su inspiración.
  

Luego de que los integrantes de Yahritza y Su Esencia realizaran declaraciones negativas sobre México, dos de sus integrantes subieron un video pidiendo disculpas.

Yahritza y Jairo Martínez dieron la cara tras una serie de críticas que recibieron en redes tras sus comentarios hechos hace algunas semanas. En el video faltó Armando quien realizó una serie de declaraciones acerca de la comida mexicana.

En su video compartieron que estaban apenados con lo ocurrido y le dieron la razón a los comentarios que han surgido en redes sociales. Sin embargo, ya salío Maryfer Centeno a analizar las disculpas, lo que no deja muy bien parada a la agrupación.

De acuerdo con la reconocida grafóloga sus gestos indican que fue hecha por presión social.

“Se pone una postura de protección justamente en la zona media. Parece un puño, ¿por qué? Porque hay sentimientos encontrados en esta disculpa, por ejemplo el enojo. Se les conoce como disculpas instrumentales. Son las que por presión social, de las que sabes que debes hacer pero que no necesariamente vienen del corazón, sino que son parte de un trámite”, comenzó explicando.

Según Maryfer Centeno, su lenguaje corporal indica que están nerviosos y al mismo tiempo no están diciendo lo que realmente quisieran decir, sino que se “están censurando” así mismos.

“Aquí hay una pequeña sonrisa o actitud burlona, que se puede deber también a los nervios, quiero que veas que la postura es de protección.

Mete los labios porque de una u otra forma se está censurado. Ella a lo mejor quisiera decir otra cosa, levanta las cejas y los párpados, pues evidentemente está sorprendida de lo que está teniendo que hacer”, añadió.

Indica que no hay congruencia entre lo que dicen y los gestos que hacen con sus labios y manos: “Una de las cosas más importantes en el lenguaje corporal tiene que ver con la congruencia. Es decir, lo que yo diga con palabras, se vea reflejado con los gestos. Cuando no hay esa congruencia es cuando mi cerebro dice: ‘Ay, Dios mio’”.

“Me parece absolutamente necesaria la disculpa. Dicen que son desde el fondo de nuestros corazones, a mi me parece más que obedece más a una obligación que a una convicción. Sin embargo, creo que somos una sociedad respetuosa y buena. ¿Se equivocaron? Por supuesto que sí, ¿están arrepentidos? No sé qué tanto”, explica.