Acompañamos a Mayra Rojas a tatuar a una sobreviviente del cáncer de mama

El pasado 19 de octubre se celebró el Día Mundial Contra el Cáncer de Mama, el cual es la primera causa de muerte entre las mujeres.

Es por eso que Mayra Rojas decidió juntarse con la Fundación Cima y su escuela de tatuajes para tatuar areolas y pezones a mujeres sobrevivientes de este mal.

Acompañamos a la actriz, de 55 años, a este evento por demás significativo y ahí nos explicó cómo es el trabajo que hace.

-Mayra, este mes se conmemora la lucha contra el cáncer de mama y hoy, 19 de octubre, estás haciendo esto de tatuar la areola y pezón a mujeres sobrevivientes de cáncer...

“Para mí es como rendir un homenaje a lo que yo en carne propia he vivido de esta lucha, de esta fuerza y fortaleza que las mujeres tienen y que de pronto ya nos parece cotidiano. Cuando lo vives de cerca, puedes saber hasta dónde un ser humano es capaz de luchar por su vida. Creo que es una labor maravillosa entre mujeres, y unirnos a una fundación como es Cima me ha dado la confianza y la certeza de que lo estoy haciendo bien”.

-¿De dónde sale esta idea?

“La pandemia nos movió todos nuestros planes y yo quería hacer algo de mi trabajo, pero todo se paró, entonces, me di cuenta de que vengo de una familia que pinta y de que tengo el arte en las manos; además, desde hace muchos años quería aprender a tatuar porque es algo que me llama la atención y primero empecé con las cejas. Luego, esto me llevó a comprar materia prima y me trajo a la escuela de tatuajes, ahí me enteré de que había un curso de tatuaje corporal y digamos que cambié de lienzo”.

-¿Fue un proceso largo?

“Hasta eso no, pero me documenté y un día le pregunté a mi maestro si tenía el curso de areola de mama y me dijo que sí, pero que no había personas para hacérselos. Entonces, por azares del destino llegué a Fundación Cima, les planteé mi idea y se dio una combinación de deseos y aportaciones. Estamos brindándoles a las mujeres esta cerecita del pastel después del doloroso proceso que vivieron por su salud”.

-Debe de ser un choque muy fuerte el verse al espejo y no sentirse completas...

“Es un dolor inexplicable, es un proceso agotador y su espejo les dice que aún no ha terminado. Hay gente que no conoce el procedimiento y que aún no llega a la reconstrucción de mama porque es un proceso muy caro. Además, las fundaciones hacen el esfuerzo por salvarles la vida, lo estético va después. No solamente es apoyar el 19 o el mes de octubre, es una lucha de cada día”.

-¿Cuánto tiempo te tardas en tatuar?

“Una hora y media por cada una. Es mucho más fácil hacer bilateral (cuando extirpan las dos mamas) que unilateral, porque no hay un color a seguir, entonces, llegas con las pacientes a elegir de qué color quieren su areola. Cuando hay una sola mama, tenemos que igualar el color y es más tardado. Hoy en día el tatuaje es un procedimiento seguro e indoloro para ellas. Esto es como un apapacho a estas mujeres que tras su lucha perdieron muchas cosas, para que se sientan completas, queridas y que cuando se vean al espejo se vean lindas y felices”, concluyó.