Ale Ley: me atraen las mujeres y los hombres

Con motivo del mes del Orgullo LGBTTTIQ+, Alejandra Ley, de 37 años, platicó con nosotros sobre cómo fue que salió del clóset y cómo ha sido su faceta como mamá de María Fernanda, de 16. Ale es una activista comprometida con las causas sociales, por lo que su apoyo a la comunidad gay y la lucha por sus derechos, es indiscutible.

“Nací el 20 de diciembre de 1984 en Tehuacán, Puebla. Mi mamá, Josefina, es licenciada en Administración de Empresas; crecí con mi abuelita Josefina y mi tío Javier Ibargüengoitia, que es actor, de ahí me viene la loquera de la actuación. A mi papá lo conocí ya más grande, se llama Ricardo y es abogado, pero los que me criaron fueron mi abuela, mi mamá y mi tío”.

“Me la pasaba muy mal, me buleaban mucho, y más cuando empecé a hacer Carrusel de las Américas, porque era la niña gordita, que era diferente, medio ñoñis, nerd. Yo decía cosas raras, hablaba de Shakespeare y para los niños de 6 años era de: ‘¿Qué te pasa?’. Después lo fui soltando, pero sí pasé mal un rato”.

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“Hoy te lo cuento muy tranquila, pero en su momento lo pasé muy mal; tengo que agradecer que tengo una familia muy amorosa que me ayudó mucho y me dio muchas herramientas para sobrellevar esto, pero es muy fuerte el bullying, porque para la Alejandra de hoy, de 37 años, puede sonar como algo que ya fue, pero en su momento, saber que tienes que ir todos los días a donde te molestan, es horrible”.

“Sí. Aparte, en algún punto yo no encajaba con las niñas porque eran supercrueles, entonces me empecé a llevar mucho con los niños y eran muy pesados, era como: ‘¿Ah, sí?, ¿te quieres llevar con los niños?, pues nosotros así jugamos’”.

“Fue presión social y también en mi relación había cierta presión. Pero no era yo, estaba haciendo algo que yo no quería, porque comprarte esa idea de que un cuerpo gordo es un cuerpo enfermo, no es bonito, es una tontería”.

“Así, me enamoré de una mujer y ya. Siempre sentí atracción hacia las mujeres, pero también hacia los hombres, solo que es más fácil que genere un vínculo afectivo con una mujer. Me declaro pansexual y siempre digo mi chiste de que: ‘Me gusta la concha y el birote por igual’, pero no, las personas pansexuales nos enamoramos de la esencia de las personas sin importar su género”.

“Tuve muchos novios, después conocí a Marlene, con quien estuve once años”.

“Pues me atreví a decirlo teniendo ya una hija, no solo estaba hablando de orientación sexual, sino de familias homoparentales. Antes de hablar abiertamente de mis preferencias, iba a todos lados con Marlene y la presentaba como mi esposa”.

‘Sí es mi novia y nos vamos a casar’; muchos esperaban que lo negara, pero si se lo di así, es porque me vale ma$%& si se enteran o no”.

“Es amor, a los demás qué les importa; siento que cada quien tiene derecho fue una hija hermosa, maravillosa, que llegó en circunstancias casi mágicas, porque si lo planeo así, no me sale”.

“Nunca nadie está listo para eso. No fue planeado, pero sí muy deseado. Y fue una hija hermosa, maravillosa, que llegó en circunstancias casi mágicas, porque si lo planeo así, no me sale”.

“Sí, pero tronamos y me fui a llorar con un amigo, César Ramos, y pues lloramos muy profundo (bromea); estábamos bien chamacos, enfiestados y, como dicen por ahí: ‘Se nos hizo fácil’”.

“Hoy Fer convive tanto con su otra mamá, Marlene, como con César, su papá. A mí lo que me importa es que tenga una relación sana con ellos dos, pero yo soy la que se hace cargo de todo. Fer tiene dos mamás y un papá”.

“Así nació. Lo importante es hacer lo mejor para los hijos. Es importante para su desarrollo saber que están ahí, convivir con ellos, entonces yo no me opongo; si es para el bien de Fer, pues adelante”.

“Mira, tengo una hija y para mí es importante trabajar en que viva en un mundo mejor donde se sienta segura y libre”.

“Por ella, por mí, por mi mamá, por mi familia, por mis amigas y amigos. Una persona sola no puede hacer mucho, pero cinco personas, diez, veinte juntas, pueden hacer más. Tampoco me siento autoridad en el tema o la activista, me falta mucho por aprender”, concluyó.

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