Anel quiere ayudar a personas sin hogar porque tiene una hermana indigente

Luego de que a finales de 2020 se dio a conocer la existencia de un testamento de José José (q.e.p.d.), en el cual dejaba a su exesposa Anel Noreña, de 77 años, como su heredera universal y albacea; hace unos días, ella declaró que al recibir la herencia, abrirá una fundación cristiana para darles de comer a personas necesitadas. Días después de eso, llegó a nuestra Redacción, información que nos sorprendió, pues resulta que Anel tiene una hermana que es indigente, y una persona de la iglesia cristiana de Las Vegas nos contó:

“Así es; hace unos días habló de ello, pero para ella es un tema difícil hablar de adicciones e indigentes”,

“Pues porque aparte de que vivió el alcoholismo de José José, ahora lo sigue viviendo porque su hermana menor, Gaby, siempre ha sido adicta e incluso en la actualidad vive en calidad de indigente”.

“Sí, Gaby tiene una historia muy triste. Ella vive en Las Vegas, en Estados Unidos, es una mujer sola y por su estilo de vida, está lejos de su familia, porque a veces ni la pueden localizar, pues no tiene un domicilio fijo”.

“Empiezo por la historia de la familia de Anel: cuando ella era joven y sus hermanos, Marcela, Manuel y Gaby, aún unos niños, se fueron con su mamá, doña Elena Grass, a Tijuana, pues la señora fue a buscar a su marido, que quién sabe por dónde andaba; luego se fueron a EU, porque Anel y la señora consiguieron trabajo como empleadas domésticas”.

“Anel ganó un concurso de belleza siendo muy jovencita y se fue a México, y su familia se quedó en Los Ángeles”.

“Que yo sepa, no; y particularmente, Gaby siempre fue un desastre”.

“Pues es que al ser la más pequeña de la familia, era muy consentida y la dejaban hacer lo que quisiera... era muy bonita, noviera y reventada, de las que se quedaban a cerrar las discotecas”.

“Sí, desde muy chica, justamente porque se desenvolvía en ambientes donde había droga; nunca tuvo límites. De joven fue alcohólica y después ya no, pero las drogas sí destruyeron su vida”.

“A todos les cambió la vida cuando Anel se casó con José José. Todos se regresaron a México y vivían de lo que el cantante ganaba”.

“Anel compartió los frutos de la fortuna de José José con su mamá y sus hermanos, y además ellos sacaron provecho por el estatus que adquirieron al convertirse en familia de El Príncipe de la Canción”.

“Nada, nunca le importó el dinero; pero cuando surge el problema con Manuel, el hermano de Anel (era su mánager y se dice que le robó), él se va de México junto con su esposa y sus hijos a Estados Unidos”.

“Se quedaron otro tiempo en México. Marcela, la hermana mayor, tenía un negocio de lámparas y le iba muy bien, porque Anel le presentaba a todas sus amistades de dinero y le compraban, pero cuando Anel se divorció de José, se acabaron esos beneficios y mejor se fue para Estados Unidos, igual que Gaby”.

“Solo un tiempo, luego ya no se aguantaron y cada una tomó su rumbo. Ambas viven en Las Vegas y Manuel en Texas. No sé a qué se dedican actualmente Marcela y Manuel, pero tienen hijos y viven bien, no con lujos, pero decorosamente. Gaby nunca se casó ni tuvo hijos, y fue quien tomó el peor camino”.

“Sí, y a pesar de que ella usaba su dinero para controlar a su familia y les llegó a echar en cara que gracias a ella tuvieron qué comer, ahora sigue ayudándoles en la medida de sus posibilidades, aunque obvio, nunca volvió a tener el poder adquisitivo de cuando era esposa de José José, pero con Gaby ha sido muy difícil”.

“Adoptó un estilo de vida que la tiene muy mal; imagínense hasta dónde era su dependencia a las drogas, que perdió los dientes, no controla sus esfínteres, no se baña; está muy mal psicológicamente”.

“Hay temporadas que vive en los hospitales, llega con padecimientos que ella misma provoca con su estilo de vida y ahí tiene dónde dormir, qué comer y está resguardada. También hay una mujer cristiana, de la misma iglesia donde va Anel, llamada Martha, y la recibe en su casa, pero luego se le desaparece”.

“Lo que pasa es que luego, la gente que vive en esas condiciones, no quiere estar bajo control, se escapa de los refugios y ya no acepta ayuda”.

“Gracias a la caridad de las personas y a un dinero que en Estados Unidos, los indigentes reciben como ayuda económica; sin embargo, para un adicto no hay dinero suficiente y terminan pidiendo para sus drogas”.

-Entonces, ¿Anel sí ve a sus hermanos?
“Sí, cada seis u ocho meses, cada que va de trabajo cuando la iglesia cristiana le paga el viaje para dar sus pláticas; a ellas las ve en Las Vegas, y a Manuel cuando va a Texas, también a pláticas”.

-¿Cómo ve a Gaby, si esta no tiene un hogar fijo?

“Ahora sí ha tenido suerte, porque Gaby tiene dos años viviendo con doña Martha, que es de la comunidad cristiana, aunque a veces se le desaparece también a ella”.

-¿Sabes cuándo fue la última vez que Gaby vino a México?
“El año pasado, el 10 de octubre, que fue el cumpleaños de Anel, pero tenía muchos años de no venir. Gaby estuvo muy contenta con poder estar cerca de su familia”.

“A veces le manda dinero, en la medida de sus posibilidades”.

-En Instagram, Anel compartió que pasó su cumpleaños con Gaby...
“Sí, es que con todo lo que ha pasado durante la pandemia, Anel quiso ver a su hermana, por eso la buscó y le pagó el viaje”.

-¿Y qué pasó cuando vino Gaby?
“Ella está tan necesitada de amor, que fue muy feliz, pero regresando a Estados Unidos, volvió a sus hábitos (adicciones), por eso no ha podido salir de ese estilo de vida”.

“Gaby necesita ayuda emocional y de salud mental. No es obligación de Anel, pero ahora que dijo que pondrá una fundación, ojalá la principal beneficiada sea su hermana”, finalizó.