Con pistola, Enrique Guzmán forzó a Pepe Alonso a dejar a Sylvia Pasquel

Con pistola, Enrique Guzmán forzó a Pepe Alonso a dejar a Sylvia Pasquel

Pepe Alonso contó todo lo sucedido con Enrique Guzmán.

Pepe Alonso contó todo lo sucedido con Enrique Guzmán.

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Ulises Trejo

Pepe Alonso contó todo lo sucedido con Enrique Guzmán.
Ulises Trejo

"Me amenazó con una pistola (...) estaba hasta la madre de drogado, me abrió la cabeza y me dejó sangrando": Pepe Alonso.

Fuertes revelaciones nos dio el primer actor José Alonso, de 71, al recordar el fallido romance que vivió con la actriz Sylvia Pasquel, de 69. Don Pepe recuerda que a sus 20 años intentó andar con ella, pero doña Silvia Pinal le prohibió seguir su relación e incluso le mandó a Enrique Guzmán, quien en ese entonces era su pareja, y éste, drogado, casi lo mata con una pistola calibre 45.
-Don José, ¿es cierto que usted mantuvo una relación amorosa con Sylvia Pasquel?
“A Sylvita la conocí haciendo fotonovelas, yo tenía como 20 años (1967) y ella 18, era hermosa la escuincla, y sí, claro que me enamoré de ella. Anduvimos muy poco tiempo, por un tipo que nos echó a perder todo; pero no me gusta hablar mucho de ello, porque fui amenazado de muerte por salir con ella”.
-¿Por qué dice que lo amenazaron de muerte?
“Enrique Guzmán me amenazó para que dejara en paz a Sylvita; fue a buscarme una noche a un bar que yo frecuentaba, que se llamaba Terraza Casino, un lugar muy famoso de finales los 60’s. Yo estaba ahí con unos amigos y Guzmán me gritó en la entrada que dejara a Sylvita, que me iba a meter a la cárcel por traficante de drogas, y me decía: ‘No vengo solo’, moviendo el saco que traía, pero no pensé que trajera pistola. Y total, que me dice: ‘La dejas o te acordarás de mí’, y se dio la media vuelta”.
-¿Usted qué le contestó?
“Yo le respondí que se fuera a chin%$# a su mad$#, pero se prendió, se regresó, sacó una pistola calibre 45 y me abrió la cabeza con un cachazo, quedé sangrando; se fue sobre mí como todo un cobarde con un arma en la mano; sólo recuerdo que mi primer reacción fue cubrirme los intestinos para que, si me disparaba, la bala no entrara por esa zona”.
-¿Y usted qué hizo?
“Como yo era karateca, me le iba a ir a los golpes, pero él, al ver mi reacción, cortó cartucho y si no me detienen, el imbécil me vacía la pistola. Pudo haber terminado con mi vida, incluso los doctores me dijeron que si me hubiera dado el golpe más al centro de la cabeza, me hubiera matado”.
-¿Lo llevaron al hospital?
“Claro, me llevaron al hospital de la ANDA para que me cosieran en la cabeza, y me tuvieron que dar como ocho puntadas”.
-¿Por qué le dijo que lo metería a la cárcel por tráfico de drogas?
“Porque yo sí traía mota de Acapulco, pero sólo para mis amigos, yo jamás fui traficante ni tampoco fui comerciante”.
Lo amenazó y le abrió la cabeza.
Lo amenazó y le abrió la cabeza.

-¿Qué pasó después?
“Yo quería buscarlo para cobrármelas, pero comencé a recibir telefonazos diciéndome que ya no le moviera, porque él tenía el respaldo del entonces jefe de la policía del DF, Arturo El Negro Durazo; si yo demandaba, me desaparecían con la mano en la cintura, así que opté por apartarme de Sylvia”.
-¿Nunca la volvió a ver?
“Años después, Sylvita y yo nos reencontramos en una telenovela y trabajamos juntos muy a gusto. Creo que estaba escrito nuestro destino; ella luego se encontró con Mike Salas, un baterista amigo mío, por cierto, y se casó con él, y yo continué mi relación con Irma (Lozano). Por algo no se pudo lo mío con Sylvita, pero creo que hubiéramos logrado cosas muy padres juntos, igual y hasta hubiéramos tenido hijos, quién sabe”.
¿Qué interés tenía don Enrique en que usted no anduviera con Pasquel?
“Era Silvia Pinal quien no quería que yo anduviera con su hija; de hecho, antes de este altercado, ella me citó en su casa del Pedregal para pedirme que dejara a Sylvita, pero le dije que no iba a ser posible, y fue cuando pasó todo esto”.
-¿Por qué doña Silvia Pinal no quería que su hija anduviera con usted?
“Creo que veía que andaba hippioso, y sí, tal vez fumaba mariguana y bebía mucho, pero yo era trabajador y no estaba haciendo nada malo; no estaba afectando a Sylvita, yo la quería mucho, ya llevábamos saliendo como tres meses”.
-¿Usted ya los perdonó?
“Pues años después, doña Silvia se dio cuenta del error que había cometido al mandarme a este tipo sin escrúpulos; habló conmigo para pedirme disculpas e incluso me invitó a trabajar con ella al teatro, pero yo no podía. Lo importante es que tuvo la delicadeza de decirme: ‘¡Pepe, me equivoqué!’”.
-¿Considera que la señora se dejó llevar por lo que le dijeron de usted?
“Yo creo que sí. Te digo, después ella misma me reconoció que se había equivocado, fue muy fina y no fue exactamente que me pidiera disculpas, pero con su actitud se disculpó, es una señorona”.
-¿Le dolió dejar a Sylvia Pasquel?
“Claro, realmente la quería y me gustaba mucho la Pasquel; realmente la amé y creo que Sylvia me tiene un buen recuerdo. En alguna entrevista ella aceptó que sí habíamos vivido algo lindo, pero jamás reveló por qué terminó lo nuestro. Recuerdo que la llevé a mi departamento de soltero que tuve en Xola, estuvimos en algunas fiestas que yo realizaba en aquel entonces, bailábamos con música de The Rolling Stones, era un goce; la verdad, mis fiestas eran famosas”.
-Con razón le dio miedo a la señora que anduviera con su hija de 18...
“Pues mis fiestas eran muy divertidas, bailábamos, cantábamos y ya”.
-¿Sylvia Pasquel qué dijo de todo esto?
“Cuando terminé con Sylvita, le comenté todo lo que había pasado y ella no paraba de llorar, pero al final entendió que era lo mejor para cuidar mi vida; fue ¡o la dejas o la dejas!, y al final nos separamos”.
-Hace poco salió la serie de doña Silvia Pinal, en donde narran que don Enrique Guzmán estuvo a punto de darle un balazo a ella...
“Fíjate nada más, cuando anduvo con Silvia Pinal se sentía dueño y señor, y cuando terminaron su relación, todos supimos que la golpeaba, estaba loco el cabr$%, porque se metía mucha cocaína, y eso todo mundo en el ambiente lo sabía; este señor siempre andaba con los ojos rojos”.
-¿Qué le diría ahora al señor Guzmán?
“Que Dios lo perdone por todas las loqueras y el mal que hizo, pero si ahora se quiere aventar un tiro, estoy a sus órdenes, sin pistolas ni nada; yo ya perdoné, pero si es tan chin%$#, estoy dispuesto a aventarme dos o tres chin%$%#$%$ con él. Tengo 71 años, ¿y él tendrá qué...? De hecho, antes de esto, era mi ídolo junto con Alberto Vázquez y César Costa, pero ¿qué clase de cucaracha es ésa? Creo que si ahorita lo veo de frente, el que bajaría la mirada sería él; y no quiero decir que sea karma, pero he escuchado que no la ha pasado nada bien de salud, ypues todo en la vida se paga”.
¿Nunca llegaron a hablar después de esto?
“Él nunca tuvo el valor, se quedó en el aire, porque la señora Pinal después del ataque me llamó para decirme que por favor me callara y que no dijera nada a la prensa, pero ahorita que me lo preguntaste, ¿por qué voy a mentir en algo que fue cierto? Hasta cierto punto me amenazaron para que me callara”, concluyó.
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