Daniela Luján le compró a sus papás una casa con su primer sueldo

Daniela Luján le compró a sus papás una casa con su primer sueldo

Daniela Luján le compró a sus papás una casa con su primer sueldo

Daniela Luján le compró a sus papás una casa con su primer sueldo

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Jorge Neri

Daniela Luján le compró a sus papás una casa con su primer sueldo
Jorge Neri

“Cuando terminé mi primera telenovela, le dije a mi mamá que eligiera la casa que más le gustara y se la compré; fue una gran sorpresa... ¡no paraba de llorar!”

Pese al temor de sus padres por incursionar en un medio tan peligroso, Daniela Luján, de 31, debutó en televisión cuando apenas tenía 5 años, y aunque al principio sólo fue extra, pronto consiguió su primer protagónico, mismo que la convirtió en una de las estrellas infantiles más famosas de los 90. Hoy, luego de casi 26 años de carrera, se siente orgullosa del camino que ha recorrido, pues ha sido parte de grandes proyectos en teatro, televisión, cine, e incluso como cantante. Actualmente la vemos en Una familia de diez +2, un proyecto que le ha fascinado a chicos y grandes, y por el cual ha llegado al corazón de todo México.

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-Daniela, ya casi 26 años de carrera...

“Así es, en octubre los cumplo; fue una buena decisión haber elegido esta profesión... lo hice cuando tenía 5 años y nadie en mi familia entendía por qué quería hacerlo (ríe)”.

-¿En tu familia había actores?

“Para nada, yo soy la única loca. Siempre me llamó mucho la atención salir en la tele; recuerdo que vi todas las Marías de Thalía, esas novelas fueron mi referencia e inspiración. Además, los fines de semana mis papás nos llevaban a mis hermanas y mí a ver obras de teatro”.

-¿Cuál fue tu primer acercamiento al medio?

“Decidí ser actriz después de ver el musical Cantando bajo la lluvia; ver a los actores y los efectos de la lluvia me hicieron pensar: ‘¿Qué es esta magia?, ¡yo quiero hacer lo mismo!’”

-El primer proyecto en el que participaste fue Plaza Sésamo, ¿cómo llegaste ahí?

“Una tía nos contó del casting y le rogué a mis papás para que me llevaran; mi mamá me decía que no porque era un medio muy peligroso; después fui con mi papá, y como soy su consentida, lo convencí y me llevaron”.

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Plaza Sésamo

-¿Cómo fue el casting?

“Recuerdo que recité un poema... a las dos semanas me dijeron que podía estar en el proyecto como extra y mis papás aceptaron. Comencé como la niña de hasta atrás y era la más feliz, pero fue creciendo mi participación. Luego empecé a ir a otros castings y fue cuando me llegó la oportunidad de Luz Clarita”.

-Fue cuando te eligieron para ser la protagonista...

“Sí, y ni siquiera sabía que había casting; iba hacia el foro de Plaza Sésamo y vi a muchas niñas formadas en la oficina de enfrente, pregunté que qué pasaba y me contaron, así que me formé, lo hice y me quedé”.

-¿Qué pasó después?

“No empezamos a grabar luego luego, antes hubo un curso de seis meses, el pionero del CEA Infantil; iban eliminando niñas y al final sólo quedamos Sherlyn y yo... a ella la eligieron para la película Elisa después del mundo y a mí para Luz Clarita”.

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Luz Clarita

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Luz Clarita

-¿Y la escuela?

“Cuando empezamos a grabar la novela yo iba en segundo de primaria y mi mamá me dijo que si quería seguir haciéndola, no podía bajar mis calificaciones. En la escuela fueron súper buena onda, dejaban que mandara todas mis tareas y no me ponían faltas”.

-Me imagino que era muy complicado hacer tantas cosas a la vez, a esa edad...

“Sí, muy difícil; trabajaba más 12 horas al día. Mi mamá era dentista y mi papá protesista dental, y tenían su consultorio juntos, pero cuando me quedé en Luz Clarita tuvieron que cerrarlo. Mi madre tenía miedo de dejarme sola en Televisa y estaba a mi lado todo el tiempo, se fue a trabajar conmigo”.

-Cambió su dinámica familiar...

“Sí, cerraron el consultorio y mi papá se dedicó a la venta de autos y casas. Fue un sacrificio de toda la familia para que cumpliera mi capricho, me apoyaron y se los agradezco infinitamente. La vida nos cambió, todo para bien, afortunadamente”.

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La familia de Daniela Luján

-Siempre han estado contigo...

“Sí. Cuando terminó la novela nos fuimos todos a Puerto Rico para que grabara la cinta Angelito mío y un disco. En la película todos salieron de extras, y tuve que inventar que mis hermanas eran mis coristas para

-Después llegó El diario de Daniela...

“Rosy Ocampo me propuso hacerla y acepté de inmediato; me dijo que le pusiéramos mi nombre para que dejaran de decirme Luz Clarita en todos lados. Con esta novela surgió Televisa Niños y se abrió la barra infantil a las 4 p.m.; marcó a toda una generación. También fue la primera telenovela que terminó en vivo y por la que tuve que prepararme más como cantante, pues hicimos discos y una gira; el ritmo de trabajo fue más pesado”.

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El diario de Daniela

-Daniela, te tocaron grandes retos, como integrarte a Cómplices al rescate tras la salida de Belinda...

“Así es, y fue muy pesado... el proyecto se estaba hundiendo y les faltaban muchos capítulos por grabar. Me hablaron un viernes y acepté tomarlo, al día siguiente ya estaba en diseño de imagen, el domingo grabé el disco; todo fue exprés. Grabé una semana y después nos fuimos a hacer una presentación en vivo; fueron meses de mucho estrés”.

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Cómplices al rescate

-Es demasiado para una niña...

“Sí, mi mamá estaba muy preocupada y le dijo a los de producción que le bajaran, pues trabajaba de lunes a domingo, más de 12 horas al día; fue una de las razones por las que terminó Televisa Niños, muchos papás comenzaron a quejarse porque a veces nos echábamos hasta 16 horas.

Esa novela fue un gran reto físico, mental y actoral importante. Cuando me presenté con el personaje ante un público masivo por primera vez, tenía mucha presión, llevaba poco de integrarme y los niños esperaban a otra...”

-¿Recuerdas ese día?

“Sí, hicimos una entrada triunfal en helicóptero, y cuando entré al escenario vi carteles que decían: ‘Dany, bienvenida’, y todo salió muy bien, toda la gira fue con auditorios llenos”.

-¿Cómo manejaban tus finanzas?

“Recuerdo que lo primero que cobré en Plaza Sésamo se lo di a mi mamá y me dijo que qué quería hacer con él, y le respondí que dárselo. Mis papás me hicieron un fideicomiso y cuando terminé El diario de Daniela fui con mi papá al banco, le pregunté que para qué me alcanzaba y me dijo que para una casa, le dije a mi mamá que eligiera la que más le gustara y se la compré; fue una gran sorpresa, no paraba de llorar. Mis papás siempre cuidaron mi dinero y me enseñaron a ahorrar, a gastarlo correctamente o, mejor dicho, a invertirlo”.

-¿Y por qué lo hiciste?

“Vivíamos en un andador, entonces el carro se quedaba afuera y teníamos que bajar escaleras para entrar. Lo difícil era que cuando llegábamos de llamado, mi papá me cargaba. Un día le dije: ‘Voy a comprar una casa donde nada más apretemos un portón y podamos meter el carro, entonces ya sólo me cargarán a mi cuarto’”.

-¿Seguiste estudiando?

“Después de la secu les dije a mis papás que ya no quería saber nada de ir a la escuela y agarraron la onda, pues sufrí bullying. Hice la prepa y luego terminé la carrera de Psicología en la UNAM, en el sistema abierto; lo veo como un complemento, pues me ayuda a analizar a mis personajes y hacerlos mejor”.

-¿Cuándo accediste a tu dinero?

“Cuando fui mayor de edad. Mis papás son personas con valores impresionantes, son muy conscientes de las cosas y muy sabios. El secreto aquí fue que nunca tuvieron interés en nada que tuviera que ver con el medio, sólo me apoyaron desde su lugar y me ayudaron a no perder el piso”.

-¿No se te subió entonces?

“No, mis papás me decían que todo era efímero, y que si me quería dedicar a esto debía prepararme, tenerle amor y respeto a lo que hacía”.

-No has parado de trabajar...

“No, gracias a Dios, y lo disfruto mucho. He hecho de todo: conducción, locución y doblaje. Antes tenía la idea de vivir para trabajar, y ahora trabajo para vivir”.

-No todo es trabajo...

“Claro que no; trabajas para obtener dinero, por una satisfacción personal y realización, pero ahí no está todo. Hay veces que se nos va la vida en trabajar, pero hay que disfrutarla; trato de darme y compensar mis tiempos para hacer lo que me gusta, como viajar y estar con mi familia, hay que priorizar”.

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Una familia de diez

Sin tanga y en leggings transparentes, Lis Vega hace ejercicio

-Estás estrenando Una familia de diez +2...

“Sí, es un producto que nos ha dado mucho a todos, la gente lo quiere y le gusta; no nos explicamos cuál es la fórmula, pero el público está encantado, refleja la vida de las familias mexicanas muégano a las que nos gusta estar siempre unidas; además, los personajes están muy bien delineados y es muy fácil identificarte con ellos”, finalizó.

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