Familia de Eduardo Videgaray no quiere que se case con Sofía Rivera Torres
El conductor Eduardo Videgaray luchó durante más de un año por la anulación de su matrimonio para casarse por la iglesia con Sofía Rivera Torres el próximo mes de enero de 2023.
Familia de Eduardo Videgaray no quiere que se case con Sofía Rivera Torres
/Redes Sociales/ Archivo
- En 1994, Eduardo Videgaray se casó con Rachel Warrington Blair.
- Eduardo Videgaray y Rachel Warrinton se divorciaron siete años después de la boda; solo se separaron por la vía civil.
- El conductor inició un romance con Mónica Abín, con quien también se casó, pero lamentablemente ella falleció en 2017.
- Eduardo Videgaray anunció compromiso con su novia Sofía Rivera Torres en el 2020: se casaron por el civil en 2021.
- Eduardo Videgaray anuló su matrimonio por la iglesia con Rachel Warrington Blar para casarse con Sofía Rivera Torres en 2023.
- Un amigo cercano reveló que la familia de Eduardo Videgaray no aprueba el matrimonio con Sofía Rivera Torres.
El pasado 8 de junio, Eduardo Videgaray, de 53 años, anunció en sus redes que está listo para casarse por la Iglesia con Sofía Rivera Torres, de 29, después de más de un año de lucha para anular su matrimonio religioso con Rachel Warrington Blair, de 53, su primera esposa. Sin embargo, ahora nos enteramos de que no todo es miel sobre hojuelas en su vida, ya que un amigo muy cercano a la familia del conductor nos reveló que muchos no quieren que se case con Sofía
-¿Qué sabes de la próxima boda de Eduardo?
Que le está costando un dineral cumplir el capricho de su mujer y que la noticia hizo feliz a muy pocos. Ni Eduardo ni Sofía son creyentes, él mismo lo ha dicho y ella sólo quiere la boda para lucirse, ponerse el vestido blanco y salir en las portadas de las revistas de sociales y espectáculos porque su obsesión es la fama y el dinero”.
-¿En serio?
“Pero por supuesto; además, también está obsesionada con el recuerdo imborrable de Mónica Abín (q.e.p.d.), la segunda esposa de Eduardo, con quien tiene una competencia por ocupar el lugar tan importante que ella tuvo, tanto en la vida de Lalo como en la de su familia y amigos”.
-¿Por qué lo dices?
“No lo digo yo, sino todos los que los conocen. Fue muy obvio cómo se fue acercando a Eduardo desde que quedó viudo. Aprovechó su vulnerabilidad para consolarlo y en seis meses, ya lo había conquistado”.
-¿Eso piensan?
“Así es. Sofía midió los beneficios que le traería esta relación; consiguió que se casara con ella por lo civil en plena pandemia, y con ello, tener el derecho de instalarse en su casa desde los primeros meses de 2020, con el pretexto de estar juntos”.
-¿Qué más?
“Todo el tiempo se la pasa humillándolo, gritándole. Públicamente, se burla de él, no lo baja de ‘viejito’, y le hace creer que ella es la que le hace el favor de estar con él. Además, en entrevistas lo obliga a declarar que ella es el amor de su vida, y lo peor, que cuando están ebrios, le hace gritar que, si su mujer no hubiera muerto, de todas maneras, se habría casado con ella”.
-¿Es en serio?
“Sí. Y se obsesionó con la boda por la Iglesia, no lo dejaba en paz, aunque a Eduardo le ha costado muchos dolores de cabeza y dinero. Pero ella lo manipuló emocionalmente”.
-¿En qué sentido?
“Como Eduardo quiere crecer su familia, y ella no se diga, le dijo que se tenían que casar para que cuando tuvieran sus hijos, la gente no dijera que son unos bastardos, y puso de pretexto a su abuelita Lulú (q.e.p.d.), de querer cumplirle el sueño de verla casada de blanco. Además, llegó a imponer su voluntad en casa de Eduardo”.
-¿Por qué?
“Ya casados por lo civil, le ordenó a Eduardo quitar todas las fotos que había de Mónica en la casa. Y Eduardo, quien está muy enamorado y cegado por ella, le dice a todo que sí”.
-Dices que la familia de él no la acepta...
“Para nada. La tratan porque no les queda de otra, se dan cuenta de que no tiene clase, nada comparado con lo que fue Mónica, a la que adoraban y admiraban. La cuestión es que Sofía no está nada bien, imagínate celar y envidiar a una mujer que ya falleció”.
-¿De plano no quieren a Sofía?
“No; les purga ver cómo ella ridiculiza a Eduardo, como si fuera un adolescente que se presta a sus bromas en las redes. Eduardo siempre ha sido muy irreverente, pero en su vida familiar es todo un caballero, serio, formal y trabajador, y la imagen que ella le hace no es buena”, finalizó.
Contactamos precisamente a Rachel para conocer los detalles sobre la anulación de su matrimonio religioso con Eduardo, y aunque hay cosas que dijo no nos pudo revelar porque firmó un documento de confidencialidad, esto es lo que nos contó:
Rachel, ¿cómo te enteraste de que Eduardo Videgaray había solicitado la anulación de tu matrimonio con él por la Iglesia?
“En marzo de 2021 recibí una carta del Tribunal Metropolitano de México para pedir mi testimonio sobre la solicitud de disolución de mi matrimonio. Me señalaron que habían mandado actas para su revisión y una serie de preguntas a responder con un auditor”.
-¿Y qué pasó?
“En octubre de 2021, tuve acceso a la información que se estaba enviando a los jueces de la Iglesia católica para tomar una decisión sobre si se podía o no anular el matrimonio. Tuve que ir a Smithfiel (Virginia, EU) y firmar un acuerdo de confidencialidad para revisar todas las declaraciones de los testigos de Eduardo y los míos. Debo señalar que escribí una carta al Tribunal para señalar varias anomalías que detecté”.
-¿Como cuáles?
“Mi nombre no estaba escrito correctamente, y luego me mandaron las preguntas y actas por e-mail en español, por lo que solicité lo hicieran a mi dirección postal y en mi lengua nativa para poder entender completamente lo que me estaban preguntando y responder adecuadamente, además que los costos de traducción corrieran por parte del solicitante, o sea de Eduardo”.
-¿Y cuáles fueron sus declaraciones?
“Eduardo dice muchas mentiras para conseguir lo que quiere. Entre otras cosas, argumentó que yo no quise tener hijos cuando es uno de los motivos del matrimonio. Él aseguró que no estoy bautizada y era un elemento para pedir el divorcio eclesiástico, y sí lo estoy y lo comprobé. También mintió al decir que se graduó en la universidad y dijo que se ha recuperado de su abuso de cocaína y alcohol, y que se había disculpado con las personas a las que ha dañado en el camino, pero conmigo nunca lo hizo”.
-Continúa...
“Además, en los documentos me ponían como cofirmante de la demanda de disolución y eso no fue así, yo sólo mantuve la posición de demandada. Decía que yo no pertenecía a una religión, que soy ex anglicana, cuando actualmente yo asisto a la Iglesia de Galilea, en Virginia Beach, VA”.
-¿Llevaste el proceso con tus propios medios?
“Pedí al Tribunal Eclesiástico Metropolitano de México que me proporcionara un abogado y un procurador que me ayudara en el proceso y todos los costos se extendieran al solicitante (Eduardo). Luché mucho con la Iglesia, me defendí y pude participar con mis declaraciones y con mis propios testigos. Lo que puedo decir es que para mí estar casada con él fue una pesadilla, que gracias a Dios ya quedó atrás”.
-¿Cuándo te enteras del fallo de la Iglesia?
“En marzo de 2022, recibí una carta certificada, a través de la Diócesis de Richmond, de la decisión de la Iglesia que era que quedaba anulado. No puedo revelar más detalles, pero a grandes rasgos decidieron que ninguno de los dos podía haber tomado la decisión de casarse por la Iglesia en el momento en que lo hicimos”.
-¿Tuviste oportunidad de apelar la decisión?
“Tenía 30 días para responder a través de mi abogado si apelaba o estaba de acuerdo. De haberlo hecho, tenía que dar mi respuesta a una diócesis católica fuera de la CDMX”.
-¿Y qué hiciste?
“Solicité los 30 días de extensión, pero al final ya no me importó hacer nada”.
¿Por qué?
“Por el simple hecho de que él tuvo que asumir su responsabilidad por lo que hizo durante nuestro matrimonio. Eso fue una satisfacción para mí. Lo que no me parece son las mentiras. Puedo decir que cuando estuve casada con él, nunca fue a la iglesia y sus fans saben perfectamente que no habla bien de la Iglesia, entonces ¿por qué esa insistencia de disolver el matrimonio y volverse a casar cuando no es creyente?”
-¿Tienes algo que decir acerca de Sofía?
“Sobre Sofía puedo decir que se nota que ella tiene poca fe en la Iglesia y que solo ve al matrimonio religioso como una forma de avanzar en su carrera”.
Pero ya terminó todo...
“Sí. Eduardo intentó ensuciar mi reputación, pero al final la Iglesia encontró que ambos no debimos casarnos en ese momento y él por primera vez tuvo que asumir la responsabilidad de sus acciones”, concluyó.
