Frida Sofía no ha superado la muerte de su hermana y ahora peligra su vida

Quien no sale de una para entrar a otra es Frida Sofía, de 29, pues tras el escándalo que se armó el año pasado al acusar a su abuelo, don Enrique Guzmán, de 78, de tocarla indebidamente cuando era niña, volvió a ser noticia la madrugada del lunes 24 de enero, cuando la arrestaron en Miami, Florida, por alterar el orden público en un restaurante y resistirse a ser detenida; por el primer cargo le fijaron una fianza de 500 dólares (10 mil 300 pesos), y por el segundo mil (21 mil pesos), dando en total mil 500 (31 mil pesos). Ese mismo lunes en la noche fue liberada y se filtró que pagó solo 500 dólares; además, trascendió que enfrentará una audiencia por este caso el próximo 28 de febrero. Hablamos con una amiga cercana a Frida en Miami y nos contó lo que ocurrió la noche del arresto:

“Sí, lamentablemente ella no se encuentra bien desde septiembre pasado, cuando su hermana Natasha murió”.

“A raíz de eso, su papá (Pablo Moctezuma) y su esposa (Beatriz Pasquel), con quienes llevaba muy buena comunicación y antes le hablaban casi a diario, ya no la llaman tan seguido como antes, lo que también le ha afectado”.

“Está muy deprimida y ha recaído en sus adicciones. En noviembre comenzó más fuerte su consumo de mariguana, después lo empezó a mezclar con vino y luego con licor”.

“No bebe diario, pero cuando lo hace se pierde y se pone muy intensa y agresiva, por eso algunas amigas se han alejado de ella”.

“Ella estaba en casa y un par de amigas le llamaron para salir a cenar; lo que jamás imaginaron, es que Frida estuvo fumando mariguana y bebiendo vino. En cuanto pasaron por ella, notaron que estaba rara, con los ojos rojos y en estado inconveniente”.

“Aún así fueron al Joia, un lugar muy cool aquí en Miami. Llegaron, cenaron y Frida estuvo muy eufórica todo el tiempo. Después de un rato les dijo a las chicas que fueran a la mesa de junto, donde había un grupo de chicos que estaban bebiendo”.

“Sus amigas le dijeron que no, pero Frida insistía, pagaron la cuenta y se fueron. Ya estando sola, pidió una botella de agua y se acercó a la mesa donde estaba el grupo de amigos”.

“Les hizo la plática a los chicos y también le coqueteaba, y obvio las chicas se molestaron; ellas llamaron a la gerente y le dijeron lo que estaba pasando, entonces la encargada le pidió a Frida que se retirara”.

“No, solo se cambió de una mesa a otra, hasta que llegó a una que ya estaba vacía, pero como dejaron los vasos semillenos, ¡se tomó los charquitos de las bebidas!”.

“Sí, y ya para haberse tomado las babas de alguien más, es que sí iba totalmente pacheca, estaba irreconocible”.

“La gerente volvió a pedirle de buena manera que se retirara, que esa no era su mesa, pero Frida le dijo que los que estaban ahí eran sus amigos, lo cual no era cierto”.

“No, estaba a la defensiva. Total que la gerente le dijo que ya se fuera, pero que antes pagara la botella de agua que pidió, y Frida le respondió que no le iba a pagar nada y que le hiciera como quisiera, pero que ella no se iría; fue cuando llamaron a seguridad y trataron de sacarla”.

“Jamás, Frida fue la que estaba violenta, gritando que si no sabían quién era ella; entonces la seguridad del lugar entró a detenerla y como se puso más agresiva, llamaron a la policía”.

“Trataron de esposarla, pero se resistió e incluso estuvo a punto de aventar a un oficial, pero este se hizo para atrás y no le llegó el manotazo. Finalmente la esposaron y se la llevaron entre empujones y jaloneos”.

“En verdad estaba muy mal y se ve en las fotos que le tomaron en la estación de policía; su cara estaba fuera de sí, su mirada totalmente perdida, con los ojos rojos de tanto haber fumado mota”.

“No. Cuando la subieron a la patrulla siguió forcejeando para quitarse las esposas, pero solo se lastimó, se dejó unas marcas en las muñecas que luego dijo que se las hicieron en el Joia”.

“No paraba de gritar porque no tenía su celular y ya se quería ir; luego se le pasó el efecto de la mariguana y pidió algo de comer”.

“No, más bien entre la resistencia que puso cuando la estaban esposando, tal vez se le cayó del pantalón y en el lugar se dieron cuenta hasta después; obvio se lo guardaron. La noche que Frida salió libre (24 de enero), fue a recoger su celular y en el restaurante se lo entregaron sin problema”.

“Cerca de 20 horas. Cuando los oficiales le dijeron que llamara a alguien de su familia para que fueran a ayudarla, no tenía a quién llamar y trató de hablarle a su representante, pero al final llegaron a un acuerdo y de los mil 500 dólares (31 mil pesos) de multa inicial, solo pagó 500 (10 mil 300 pesos)”.

“Según sé, si lo cargos llegaran a un magistrado y él dijera que ya son muchas las altas, sí podrían deportarla a México; ojalá que no, porque ya lleva años luchando para que le den su ciudadanía... todo ya dependerá de las autoridades”.

“Nos consta que Alejandra lleva tiempo tratando de buscarla, pero Frida está cerrada a un acercamiento”, finalizó.