Jorge Ortiz de Pinedo festejó su cumple 69 ¡construyendo su propio teatro!
Se consintió con una de sus pasiones al sur de la CDMX.

Jorge Ortiz de Pinedo festejó su cumple 69 ¡construyendo su propio teatro!
/EDUARDO MEJÍA
Jorge Ortiz de Pinedo celebró 69 años, el 26 de marzo, y para festejar su cumpleaños, hace unos días el actor y productor estrenó un nuevo teatro que lleva por nombre Teatro Royal Pedregal, al sur de la CDMX. El productor nos presumió parte de éste, y nos contó cómo se siente al haber hecho realidad este proyecto.
-Don Jorge, qué regalote de cumple...
“Así es, un teatro nuevo, y que la vida me dé la oportunidad de montar lo que me gusta es maravilloso, el teatro es mi más grande pasión, y ahora construí el mío. También daremos cursos y se presentarán muchas escuelas y shows. Habrá conferencias y masterclass. Se hará poco a poco”.
-Finalmente, el teatro es lo suyo…
“La verdad, sí, porque no hay nada que ocultar. Si te equivocas todos se dan cuenta, y si no se ríen y es comedia... ¡Uta! El teatro es un juego entre el público y los actores”.
-Aquí era un antro, ¿no?
“Exacto. El arquitecto José María Contreras, se comprometió en todo, y aquí está el trabajo hecho. Es un sótano, ni siquiera hay señal en el teléfono. Es un lugar increíble”.
-En vísperas de celebrar un año más de vida, ¿esto es un sueño cumplido?
[comments]Por supuesto, y la satisfacción de que mis hijos se estén realizando y que siguen mis pasos, porque están haciendo lo que he hecho toda mi vida: crear fuentes de trabajo. No sólo he sido actor, director y productor; he dado chamba a muchas personas, y eso me hace sentir mejor. Cada uno de mis hijos tiene su empresa, y ahora decidimos juntarnos y le pusimos Ortiz de Pinedo Producciones (ODP Producciones).[/comments]
-Es un hombre de planes, ¿qué sigue?
“El día que dejes de tener la ilusión de cumplir una meta, mejor échate un clavado a la alberca y quédate abajo. Es como cuando un ser ya no quiere seguir e insiste en estar. Por eso ya firmé lo de la voluntad anticipada, aquí en la CDMX es válido, y mi familia ya sabe lo que tiene que hacer si llego a límites en los que no pueda recuperarme. Lo tomaron con naturalidad”.