Lety Calderón confiesa: ‘Mi trabajo más importante es ser mamá'
El papel más importante de su vida ha sido el de ser mamá.
/Instagram @leticiacalderonof
A pesar de que Lety Calderón, de 51, tiene más de 37 años de trayectoria actoral, asegura que, sin duda, el papel más importante de su vida ha sido el de ser mamá de sus dos angelitos: Luciano, de 16, y Carlo, de 15.
La actriz nos abre su corazón y nos cuenta cómo ha sido su vida a partir de la llegada de éstos, y lo feliz y plena que se siente al cuidarlos, protegerlos y educarlos.
-Lety, queremos verte más en TV...
“Claro que sí, apenas me dieron el ‘sí’ definitivo para estar en la telenovela Imperio de mentiras, y además sigo haciendo audiciones en todas partes para estar en más proyectos”.
-¿No te molesta hacer audiciones a pesar de tu gran trayectoria?
“No, para nada, así empecé mi carrera; muchas amigas me han dicho: ‘Oye, los productores ya conocen tu trabajo, sólo tienen que buscar en Google todo lo que has hecho y con eso tienen para contratarte’, pero yo pienso que éstas no son porque duden de mi trabajo o talento, sino para que vean si encajo con los personajes que quieren”.
-¿Te has sentido frustrada en algún momento de tu carrera?
“Creo que no; al principio, quería comerme el mundo y ser la protagonista de todo, pero con los años fui aterrizando y supe que no todos los proyectos eran para mí. Además, ahorita tengo mi trabajo en la ANDI (Asociación Nacional de Intérpretes), y el más importante: ¡ser mamá!, así que estoy muy feliz y orgullosa de todo lo que he logrado y de lo que he disfrutado en mi vida, y con mis hijos”.
-¿Siempre quisiste ser mamá?
“Sí, siempre fue mi mayor sueño en la vida, de hecho, con mi primer sueldo como actriz compré un ropón de bebé. Me urgía embarazarme, pero nada más no pegaba y me sentí muy frustrada por muchos años, de verdad lo anhelaba”.
-¿En verdad?
“Nada me dio más felicidad que cuando me dijeron: ‘Estás embarazada’; Dios me recompensó mandándome a Luciano, y a Carlo, ¡son lo más hermoso de mi vida!”
-¿Cómo recuerdas la primera vez que te dijeron que serías mamá?
“Sentía felicidad, pero a la vez angustia; cuando Luciano nació, su corazón estaba débil y también me dijeron que tenía síndrome de Down. Los doctores lucharon mucho para que mi ángel sobreviviera, y lo lograron”.
-¿Cómo reaccionaste cuando te dijeron que era un niño con síndrome de Down?
“Yo lo deseaba y amaba tanto, que para mí eso nunca fue un problema. No te voy a mentir, al principio sí lloré, pero por la ignorancia, no tenía idea de lo que era el síndrome de Down y no sabía a lo que me enfrentaba; me tomé mi tiempo para pensar la forma en la que lo cuidaría y me puse las pilas para que saliéramos adelante”.
-Luciano es una gran bendición para ti...
“Completamente; hay pocos niños especiales como él, y yo tuve la fortuna de que Dios y Luciano me escogieran para ser su mamá, seguramente vieron algo especial en mí. Luciano dice que siempre pidió una mamá loca, y ni modo, le toqué yo (ríe)”.
-Es un niño muy amoroso...
“Así es, nunca se guarda nada, todo el tiempo expresa que te ama, abrazándote y besándote; cuando hace eso, se me llena el corazón por completo, ahí es cuando todo tiene sentido”.
-¿Qué les gusta hacer juntos?
“¡Todo! Luciano, Carlo y yo disfrutamos de todas nuestras actividades cotidianas al máximo; por más simple que sea lo que hagamos, trato de que sean momentos llenos de amor y mucho aprendizaje para los dos”.
-¿Carlo te ha llegado a preguntar por qué su hermano es diferente a él?
“Jamás, él llegó a este mundo un año después que Luciano y crecieron a la par, sin ninguna diferencia en el trato. Cuando eran pequeños, Carlo se le quedaba viendo a su hermano, y como éste siempre ha sido muy sonriente, entonces le contagiaba la sonrisa... cada que pasaba eso, me sacaban las lágrimas, pues Carlo únicamente se reía con él”.
-Tienen una muy bonita relación...
“Se llevan muy bien y tienen mucha química. Carlo trata de ayudar a Luciano todo el tiempo, pero le digo que tiene que dejar que él haga las cosas por sí solo; aun así, siempre lo cacho, le quiere hacer la vida más fácil y creo que ésa es la forma como le demuestra lo mucho que lo ama; Luciano le agradece besándolo y babeándole todo el cachete”.
-Desde hace unas semanas, su papá ha estado en prisión, ¿cómo hablaste con ellos de esto?
“Yo no sabía lo que pasaba, pero me empezaron a llegar mensajes de conocidos, después prendí la tele y vi todo; me comuniqué con su familia, me lo confirmaron y se lo conté a Carlo; le dije que no se preocupara. A Luciano se lo oculté, pero al día siguiente me dijo: ‘Mamá, parece que mi papá hizo algo malo, está en la cárcel’; me impresioné mucho. Él lo vio en las redes y ni cómo decirle que no era verdad; también le pedí que estuviera tranquilo, pues las cosas estarían bien pronto”.
-¿Qué te han dicho sobre lo que pasa?
“Han hablado con él varias veces, y les hace bien. Luciano es más expresivo y me ha dicho que le duele lo que pasa, que no quiere ver a su papá en la cárcel y que está triste. Carlo no dice nada, se está guardando sus emociones porque pasa por la adolescencia, no las quiere expresar”.
-¿Qué les ha dicho Juan en las llamadas?
“Siempre es cariñoso; les dice: ‘Hola, mi rey, ¿cómo estás?; hola, mi vida, te extraño’, y les pregunta por la escuela. A Luciano casi no le gusta hablar por teléfono, entonces sólo escucha su voz y de inmediato le pasa el teléfono a su hermano. La relación de mis hijos con su papá es cariñosa, lo quieren mucho y yo siempre les he enseñado que lo respeten, porque es su padre y nosotros no somos quiénes para juzgar, ni para culpar ni para defender nada”, concluyó.
