Lisset usa técnicas de actuación para que su hija no haga bullying

La actriz Lisset, de 47 años, está muy feliz porque a pesar de la pandemia ha seguido trabajando y ha podido disfrutar a su hija María, de 10, quien ya regresó a la escuela presencial. Platicamos con Lisset y nos contó que, gracias a diversas terapias que ha tomado su hija desde pequeña, ya es más mesurada en su forma de ser, pues anteriormente era muy brusca y la acusaban de hacerles bullying a sus compañeros:

“Bien, hago mi comedia y mis tonterías en Tik Tok para que la gente se ría. Mi hija me enseñó a usar la aplicación, me empecé a divertir y ya tengo poco más de un millón de seguidores”.

“Bien, primero fue en línea y nos adaptamos rápido, pero ya entró a clases presenciales”.

“Está presencial de lunes a jueves y los viernes en línea. En su escuela tienen mucho cuidado con la higiene y la limpieza”.

“Sí, me siento con ella, pero vienen los reclamos de ‘¿a qué hora te vas?’. Amo que mi hija Lisardo mantiene una buena relación con la actriz y convive mucho con su hija, aunque él es más consentidor. sea muy independiente y que sepa resolver cualquier cosa de sus clases por sí misma”.

“Mira, ya está grande y se da cuenta, yo quería que creciera para que nos entendiéramos porque la educación la llevo yo. Tengo una hija con un temperamento y carácter fuertísimos, me ha costado mucho trabajo, pero entre más grande mejor porque así nos entendemos, me bajo a su nivel y digo: ‘Dios, dame la sabiduría para no desesperarme y hacerle entender a mi hija que es más fácil pasarla bien’”.

“He aprendido en esta carrera a manejar las emociones con diferentes técnicas y con ella hago ejercicios de actuación, le digo: ‘Si yo te pellizco, ¿qué sientes? Te lastimo, ¿verdad? Lo mismo pasa con los niños, si les haces eso los lastimas, por eso no te pelees; dialoga, abraza y sé cariñosa, eso también calma’. Ella es muy brusca, hasta a mi perro chihuahua le saca la vuelta, pero tenemos que mantener ese balance y no prohibirle cosas; le digo: ‘Si eres brusca, está bien, sólo bájale dos rayitas y te vas a sentir mejor’”.

“Claro, desde los tres años, porque lloraba cuatro horas seguidas y no sabíamos qué le pasaba, hasta le sacaron un encefalograma para ver su cabeza, pero afortunadamente todo salió bien”.

“Todo está bien, le sirve que siga socializando con más niños y que vaya a la escuela; si se va a seguir peleando, que lo haga sin llegar a lo físico, sino dialogando. Debe aprender a resolver sus problemas, en mi casa no hay concesiones ni la sobreprotejo; si lo hago, le voy a hacer más daño. Lisardo es más aprensivo, pero como ella está conmigo, le impongo límites, hábitos y educación”.

“No quiere que tenga novio, pero no le hago caso. No lo estoy buscando, llevo un rato feliz y en paz estando sola, pero si alguien quiere agarrar ese paquete con una niña y un perro, bienvenido, no pido tanto”, finalizó.