Lucila Mariscal nos reveló que ¡probó las drogas!

Lucila Mariscal, quien actualmente participa en la divertida obra ‘Entre ellas’, la cual anda de gira por la República Mexicana, nos hizo una revelación que en su juventud probó las drogas y el efecto fue tan negativo que no le quedaron ganas de repetirlo.

“Estoy... pero así que digas hay qué bruto, qué bárbara, pues no (risas). Pero en general estoy bien, porque yo no tomo, no fumo, no fornico y no me drogo, entonces definitivamente tengo que estar saludable, no hay de otra. Luego dicen: ‘es que fulanito ya está muy mal’, pero es porque también es '‘metodista’ (risas). Hay que ser conscientes de que uno tiene que cuidarse”.

“Claro, por eso sé que son malas, pero sólo lo probé y no me envicié en nada. Ni siquiera en los hombres y a esos sí los probé casi a todos (risas)... nada más un cuerpecito fue el que me eché, el cuerpo diplomático, ¡ah! y también el cuerpo de bomberos, no, no es cierto, es broma”.

“De todo: marihuana, cocaína, LSD, peyote y alcohol, pero todo lo que probé me hizo un efecto muy feo y negativo”.

“La marihuana recuerdo que sentí de pronto que me iba a volver loca y corrí y corrí por la calle, sentía horrible. En otra ocasión me horneé en el carro de una compañera, que era bien maciza, y me ataqué de risa, que no podía controlar, hasta me dolía el estómago, sentía que se me iban a reventar las tripas y no podía parar de reír y dije: ‘si entro con el efecto de la marihuana al escenario y que me ataque de risa, no’. Siempre he respetado mi carrera y jamás trabajé en ningún mal estado”.

“Cuando la probé me estaba yo muriendo porque me dio una taquicardia muy fuerte y fue un compañero que me la dio, entré a su camerino y al saludarlo me puso la mano en la nariz y la boca, entonces ¿qué haces cuando te tapan así?, pues aspiras y me entró hasta por la garganta y me hizo un daño horrible”.

“Bueno yo pienso que no era LSD, en ese tiempo estaba de moda y me dieron un pedacito chiquitito de una pastillita, yo estaba tomando clases de flamenco y me dijo el maestro: '¡Oh! has bailado flamenco que ni en la vida la Lola’, y yo dije: ‘Ah chin…a’. Me gustó el haber bailado así, pero no me di cuenta cómo lo hice y dije: ‘No, a la fregada’. Porque yo lo que no me doy cuenta que hago no me gusta”.

“Con un amigo que pintaba unos cuadros increíbles, yo le dije: ‘pero ¡qué colores! les pones a tus cuadros’, eran pinturas como del infinito, muy surrealistas, y me dijo: ‘si quieres ver los colores que yo veo, te voy invitar un día y yo te cuido’. Y me invitó, y de repente abrí los ojos y le pregunté: '¿qué paso?’, y me dice: ‘Ay te pusiste como loca’, y yo no me acuerdo y me di cuenta que eso era peligrosísimo”.

“Lo más que yo he tomado en toda mi vida fueron 3 tequilas con un compañero que ya murió, que era ‘Tomándante de embriagada’ y de repente me invitó unas copas y me dijo: ‘el que caiga primero, ese va a pagar la cuenta’ y yo como no tenía dinero, dije tengo que durar. Pedí botanas y estaba come y come, descubrí que así no se te sube y en lo que yo me tomé 3 tequilas, él se tomó como 6 y se quedó dormido y yo me levanté y le dije a la mesera: ‘cuando despierte le cobra y me fui’”.