Mónica Garza angustiada por su hija: ¡recayó en depresión e ideas suicidas!

La vida de Matilda Ávila Garza, de 23 años, hija de la periodista Mónica Garza, de 55, no ha sido nada fácil, pues desde su juventud ha padecido problemas de ansiedad y depresión , que debido a la contingencia se han agravado, por lo que la madre de la chica está muy preocupada tanto por su salud como por la vida de la chica. Y es que una miaja de la joven nos confesó que ahora s encuentra sumida en una gran depresión que la ha llevado a atentar contra su propia vida al mezclar antidepresivos con los fuertes medicamentos que toma para tratar sus trastornos.

-¿Cómo se encuentra Matilda?
“Por desgracia, los últimos meses han sido muy complicados para ella. Lleva más de
siete años con problemas de personalidad, pues a los 18 llegó a hacerse cortadas en los brazos con una navaja; le ayudó llevar un tratamiento pero a raíz de la pandemia se agudizó su enfermedad”.

-Hace cuatro meses ella reveló que desde los 16 años le diagnosticaron trastorno límite de la personalidad...
“Efectivamente, quiso desahogarse por medio del blog en el que lo dijo, y de alguna manera explicar a qué se debe su comportamiento, incluso al contras sus vivencias quiso ayudar a muchas personas que sufren lo mismo que ella”

-¿En qué consiste el trastorno límite de la personalidad?
“Es un padecimiento mental en el que una persona tiene emociones extremas que la llevan a actuar de manera impulsiva sin medir las consecuencias”.

-Dices que ella ha llevado tratamiento psiquiátrico...
“Sí. Desde que la diagnosticaron con este trastorno, su mamá ha hecho hasta lo imposible para que reciba la mejor atención médica, tanto en terapia como en el manejo de antidepresivos”.

Ve: La hija de Mónica Garza reveló que tiene trastorno límite de la personalidad

-¿Y cómo ha reaccionado Matilda con ello?
“Estuvo casi tres años muy estable, desarrollándose exitosamente como artista plástica y tatuadora. Obviamente tenía ciertas crisis momentáneas, pero desde marzo de este año su vida se volvió mucho más difícil”.

-Comentas que por la pandemia se agudizó la enfermedad...
“Sí, porque con el confinamiento su trastorno le pegó más fuerte, le dio una mayor ansiedad y depresión. Tuvo que dejar de trabajar y eso le causó un caos en su mente, permitió que volvieran a pasar pensamientos malos”.

-¿Qué clase pensamientos?
“Cosas que la atormentan todo el tiempo, como el abandono que sintió en la niñez por parte de sus papás; está obsesionada con su adoración a la muerte y sus problemas de autoestima. Ya está llena de tatuajes y hace unos días se mostró semidesnuda en redes. Durante esta pandemia tuvo una depresión muy fuerte de ponerse a llorar, encerrarse en su casa y no salir de la cama, no bañarse, no comer, abandonarse y estar en total oscuridad”.

-¿Por qué en total oscuridad?
“Porque dentro de su depresión no quería ver la luz, pensaba que la oscuridad le daba confianza. Y no es que a ella le guste estar así, lucha por alejar esos malos pensamientos, pero no puede. Además, por una parte está tomando antidepresivos, y por otra, consumió alcohol, que es un depresor del sistema nervioso central. Es la peor combinación y sólo contrarresta los beneficios del medicamento, no le ayuda a la depresión y la ansiedad, se los aumenta”.

-Escribió que septiembre es un mes muy negativo para ella...
“Sí, es el mes en el que nació y en vez de traerle cosas buenas, le recuerda el principio de su dolor y que cada año que cumple es un año más de sufrimiento en esta oscuridad”.

-También puso que había pasado una semana muy mala en la que cometió muchas tonterías y que les hacía pasar a sus seres queridos momentos muy malos...
“Así es, hace unas semanas incumplió con su trabajo, el cual ya había podido retomar; bebió de más y eso la llevó a hacer varios desvaríos, hasta con su mamá. Fue muy grosera con ella al reclamarle el abandono, cuando si algo ha hecho Mónica siempre es trabajar para darle lo mejor, y desde que le detectaron su trastorno, no ha dejado de apoyarla y de decirle cuánto la ama y lo orgullosa que está de ella”.

-¿Y su papá, Pedro Ávila?
“Él vive en Portugal desde que Matilda tenía 8 años, y aunque ha estado alejado mucho tiempo de ella, cada que puede viene a México a verla, la ama y está al pendiente de Matilda”.

-¿Es mala la relación de Mónica y su hija?
“No, son muy unidas, Mónica le ha pedido perdón por los errores del pasado y Mati lo ha comprendido, pero con la pandemia sufrió una irritabilidad y agresividad mayor, tuvo ataques de ansiedad, aseguraba que oía voces en su cabeza que le decían que iba a morir, se le desaparecía a Moni, preocupándola por no saber dónde estaba, dejó de ser consciente de lo que era, perdió el control sobre
sí misma”.

-¿Y cómo ves a Mónica?
“Desesperada, ya no sabe qué hacer para ayudarla, teme por su vida. Le ha propuesto internarse en una clínica psiquiátrica para llevar una terapia integral y de tiempo completo, pero Matilda le ha pedido que confíe en ella, aunque le dijo que ya tocó fondo”.

¿Y cómo la ves ahora?
“Siento que ahora le han caído los veintes de lo que ha hecho y de lo que ha preocupado a su familia y amigos. Tiene una enfermedad que le provoca todo esto, pero aun así Matilda es muy inteligente, talentosa, y está comprometida con no volver a fallar. Yo hablo para que todos los que la rodeamos nos demos cuenta de lo mal que la está pasando y que necesita del apoyo. Matilda ha externado lo mal que la está pasando, y aunque sus papás están al cien con ella, hay que tener mayor empatía por quienes tienen un trastorno y se vieron afectados por la pandemia”, concluyó.

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