Salvador Cabañas quisiera volver a vivir su época de gloria

Salvador Cabañas Ortega, también conocido como Chava Cabañas o El Mariscal, de 42 años, fue un destacado futbolista paraguayo que por una desgracia afuera de las canchas, tuvo que decir adiós al deporte...

La madrugada del 25 de enero de 2010 recibió un disparo en la cabeza en el baño de un bar, al sur de la Ciudad de México, supuestamente, luego de tener una discusión con otra persona, por lo que el deportista tuvo que pasar por una situación muy crítica, en la que los médicos determinaron dejarle la bala, ya que, si la extraían, Salvador corría peligro de morir.

Platicamos con Cabañas, quien nos confesó cómo ha sido el retiro y aspectos de su estado de salud. Esto nos dijo:

“Ya estoy bien, totalmente recuperado, trabajando y estando con mi familia, que es lo más importante”.

“Lo importante es que sigamos trabajando, estar bien, y disfrutar con la familia”.

“La verdad, ya estoy al cien por ciento, hice todo lo de mi recuperación, la hice en Argentina y la terminé, por eso me dieron de alta”.

Cabañas muestra una cicatriz, tras la agresión que sufrió por parte de un criminal, ahora sentenciado; sin embargo, se le nota bien al escucharlo, a pesar de la lesión cerebral.

“No, eso ya no volverá a ocurrir... si llegara a pasar, ya hubiera sido; además, ya me retiré de lo que es el futbol. En ese tiempo ya no podía cabecear más, lo bueno que ahora ya estoy retirado y solo comparto el futbol así, dando charlas y como ayudante técnico”.

“Siempre pensaba que me iba a tratar de recuperar, le decía a mi familia que me iban a volver a ver jugar futbol, que era lo más importante para mí en ese momento”.

“Ellos siempre estuvieron ahí apoyándome en todo y eso para mí fue fundamental para salir adelante, y la verdad me ayudaron muchísimo”.

“Principalmente mis padres y mis hijos, eso era lo interesante, ya que mi pareja en ese momento no estuvo casi conmigo por el tema de su trabajo, ella no podía, entonces estuvieron más mis padres y mis hijos”.

“Por supuesto que es un milagro de vida, porque nadie se salva de una cosa así; lo importante era que tenía buena salud, y estaba preparado para recuperarme”.

“La verdad, nunca pensé en cabecear más, aunque cuando se ha presentado la oportunidad, sí lo hago, pero ya no hay ningún problema, ni ningún riesgo”.

- ¿Extrañas jugar futbol?

“Mucho, hay ocasiones que sueño que sigo jugando en México o en otro lado, con el estadio lleno en donde todos corean mi nombre. A veces me acuesto con la ilusión de volver a soñar esos momentos tan mágicos que viví en México, pero no podemos ya regresar el tiempo; ojalá jamás hubiera ido a ese lugar donde perdí todo por nada”.

“Siempre fui muy tranquilo. En la parte económica, siempre fui muy relajado, traté de aprovechar al máximo todo lo que ganaba, invertirlo en algunos terrenos para después tener un patrimonio, les monté una panadería a mis padres... Cuando uno va ganando mucho dinero, le cambia la vida, por eso yo aproveché eso hasta donde pude y es por eso que tengo muchas cosas para mi familia y para mí”.

“Lo que hago es participar con un club llamado Capiatá, acá en Paraguay, como auxiliar técnico, y me siento agradecido y estamos trabajando muy a gusto, que es lo importante. Está cerca de donde vivo y soy el ayudante de Pablo Caballero, que es el técnico. También sigo manejando mi complejo deportivo, donde está mi escuela de futbol”.

“No puedo entrar a un campo de juego, porque no tengo un título, y por eso soy auxiliar técnico; ahora es muy complicado que lo obtenga por mi trabajo, ya que no tengo el tiempo para dedicarle a eso, entonces es por ello”.

“La verdad, me siento muy contento de ir para allá, le tengo mucho agradecimiento para cada uno de los clubes en los que estuve, gracias a ellos fui una figura en México. Tuve un gran paso en América y siempre me recuerdan bien, y para mí eso es muy importante, no solo para la gente directiva, sino para la gente a donde quiera que voy”.

“Sí, gracias al apoyo de mis padres que fue fundamental en mi carrera y supe aprovechar esas puertas que se me abrieron. Gracias a Dios llegué a destacar en lo que más me gusta, que es el futbol. Mi pensamiento siempre fue ser grande, primero en mi país y luego en el extranjero, y después llegar a la selección, que fue lo principal”.

“Es complicado decir eso, porque yo ya no quiero viajar, prefiero quedarme en Paraguay, en mi casa, con mi familia”.

“Por el momento tengo la escuela, pero prefiero no hablar más de eso”.

“Es difícil decir eso, porque antes lo mío era solo el deporte, casi no tenía tiempo; si me dedicaba a estudiar, ya no iba a tener tiempo para ir a entrenar y por eso me incliné por el futbol”.

“Cuando me separé (de María Lorgia, en 2011), tuvimos nuestros problemas, pero ahora nos llevamos muy bien, es una relación muy cordial por nuestros hijos, que son nuestro motor... Siempre los he podido ver, cada vez que los quiero ver, vienen, así que no hay ningún problema”.

“Sí, la verdad me llevo bastante bien con mis hijos y somos muy unidos”, finalizó.

Mientras se encontraba en el baño de un famoso antro de la Ciudad de México, Salvador Cabañas recibió un balazo en la cabeza. El presunto agresor fue José Jorge Balderas, apodado El JJ, a quien supuestamente conocía y se dijo que todo pasó por una mujer.

La lesión que el ahora exfutbolista recibió, sin duda fue de gravedad, razón por la que estuvo en coma durante cinco días. Al despertar, no recordaba nada de lo sucedido, pero sí reconoció a sus familiares. Los doctores explicaron que su recuperación neurológica podría tardar hasta tres años y argumentaron que era muy riesgoso extraerle la bala alojada en el cerebro.

A cuatro meses de lo que le ocurrió, fue dado de alta definitivamente en mayo de 2010, de una clínica de rehabilitación en Argentina y regresó a Paraguay con su familia.

El JJ veía la televisión en su casa en Bosques de las Lomas, cuando fue capturado. En febrero de 2019 lo condenaron a 20 años de prisión, pero por cargos de delincuencia organizada y delitos contra la salud.

Nació en Itauguá, Paraguay, el 5 de agosto de 1980 (42 años).

Debutó en primera división a los 14 años en el equipo 12 de Octubre, en su natal Paraguay.

Jugó en diferentes equipos de Paraguay, Brasil, Chile y México, donde llegó a estar en Jaguares de Chiapas y América.

Fue seleccionado paraguayo y en 2010, considerado el mejor jugadorde Paraguay, cuando se ganó el mote de El Mariscal.

2011 - Luego de lo ocurrido en 2010 en el bar, y de su rehabilitación, Chava volvió a las canchas y entrenó con el equipo Club Libertad, en Paraguay.

2012 - Formó parte del equipo 12 de Octubre, quien salió campeón y obtuvo el ascenso a Segunda División.

Abril 2014 - Fue fichado para un equipo brasileño de la Cuarta División, y ese mismo año, al mes siguiente, decidió retirarse y colgar los botines.

Actualmente, vive en su natal Paraguay y se dedica a sus escuelas de futbol, ya que terminó su trabajo como auxiliar técnico en el Club Capiatá.