Shaila Dúrcal abre su corazón y nos cuenta cómo vivió la muerte de su madre

Aunque Shaila Dúrcal, de 40 años, cuenta con una destacada carrera como cantante, ha tenido que cargar con ser la hija de Rocío Dúrcal (q.e.p.d.); al respecto, tuvimos la oportunidad de platicar con la española, y sobre cómo vivió la muerte de su madre, cómo sobrelleva la situación y, por otro lado, de sus próximos proyectos artísticos. Esto es lo que nos dijo:

“Los recuerdos que más me vienen a la mente son las reuniones familiares, como las navidades, los cumpleaños, todo eso que celebramos a lo grande la familia junta”.

“Sí. Mis padres trataron de que mis hermanos, Antonio, Carmen, y yo, tuviéramos una vida normal. Vivíamos en un sitio que está en una montaña, 40 minutos al norte de Madrid”.

“Desde los 3 años, siempre lo supe, quizá porque lo viví en casa, pues mis papás estuvieron involucrados en la música. Además, en aquel entonces, mis hermanos tenían un dúo; Antonio y Carmen cantaban temas infantiles, fueron número uno en México y Japón”.

“En la escuela siempre fui muy tímida y no tan buena a la hora del estudio porque yo quería cantar y no entendía para qué las matemáticas, y mi papá siempre me decía: ‘Termina la preparatoria y ya después vemos’. No alcancé a terminar la prepa porque me salió una oportunidad como actriz a los 17 años; cumplí los 18 en el set, o sea que empecé brevemente mi carrera como actriz y ya después me dediqué de tiempo completo, con mi madre, a hacerle coros en sus giras”.

“No; la gente piensa que por ser hija de quien soy ya tengo todo mi futuro resuelto y eso no es cierto, somos como cualquier persona; hay épocas con mucho trabajo y otras con poco. Sólo intento recalcarle a la gente que yo soy Shaila; musicalmente espero que empiecen a diferenciarme”.

“Claro, el fanatismo es algo muy peculiar y cuando alguien se va, quieren seguir viéndolo, y cuando su hija se parece, de ahí se agarran y quieren las canciones de mi madre, quieren verme en sus vestidos, algo que no haría, por respeto; ella es única”.

“Yo tenía 26 años, apenas estaba empezando mi carrera; cuando

más la necesitaba se me fue, pero la vida es así. A mí, la muerte de mi mamá me cambió la vida radicalmente; nunca quiero escuchar sus canciones ni ver sus fotos. Cuando siento que la necesito, la pongo, pero me cuesta mucho, incluso hablar de ella me cuesta”.

“Eran grandes amigos, pero tuvieron diferencias en el trabajo y, cuando mi madre se enfermó, él no le llamó ni nada, incluso él viajó a España y ni siquiera la buscó, y ella sí se sintió”.

“Sí, tiempo después lo vi y me dio un superregalo, un disco duro con audios; me dijo: ‘Quiero darte esto, son voces de tu madre’”.

“Fíjate que no conviví mucho con él, pero lo que más recuerdo es que cuando yo tenía 4 años y empezaba a cantar, aunque bien desafinada, él le dijo a mi mamá: ‘Deja a la niña que cante’, y en un tema hizo que cantáramos mis hermanos, mi padre, mi madre y yo”.

“Me sorprendió que tardara tanto en pasar, porque yo sabía que la muerte de mi mamá le afectó muchísimo y pensaba que iba a decaer y ‘adiós’, se iba a ir pronto, pero me sorprendió cómo sobrellevó todo ese dolor; por eso, cuando se fue sentí tranquilidad, sabía que finalmente volverían a estar juntos”.

“La verdad es que para mí no era un sueño casarme, pero afortunadamente lo pude vivir con mi papá, eso fue algo muy bonito; habían pasado dos años del fallecimiento de mi mamá, y algo curioso es que hay cosas de mi boda que no recuerdo, por eso espero cumplir quince años y esta vez disfrutarlo”.

“No es algo que me preocupe, ya que tengo a mi pequeña, que es de mi esposo y siempre digo, de cariño, que me la dieron hecha,

y la disfruto como si fuera mía; bueno, es mía. Además, ya llegué a los 40, estoy feliz con mi trabajo, mi marido y mi pequeña”.

“Sí, yo creo que eso me surgió por tanto desarreglo de comidas y de todo, de viajes; pero un día soñé con mi mamá y me dijo: ‘Cuídate de la tiroides’, y de repente un fan en redes sociales también me puso: ‘Chécate la tiroides’, y pensé: ‘¿Por qué me dicen eso?’ De curiosidad fui a ver a mi tío, que es cirujano plástico, me agarró del cuello, que estaba inflamado, y me comentó: ‘Tienes que checarte’, y hace dos años empezó lo del hipertiroidismo”.

“Nunca le doy gusto a la gente; me encanta comer, claro que no lo voy a negar nunca, pero sí tengo un problema de tiroides que me ha subido cerca de 18 kilitos. Antes me podía comer un camión de chocolates y no engordaba, y ahora me engorda hasta el aire. De todas formas estoy en plan de intentar cuidarme, y me siento feliz”.

“Me gana la ansiedad, pero tengo una sorpresa con Pancho Barraza, apenas lo vamos a grabar. A Pancho lo adoro y soy superfán, he tenido la fortuna de vivir grandes experiencias en la música y me encanta tener esos duetos, y no sé en qué género sería, si no cuento de más, pero les va a gustar”.

“Sí, estoy intentando buscar un sonido propio, tengo lo de las versiones y quiero ver por dónde puedo crecer musicalmente y seguir avanzando; es una etapa de incertidumbre, pero a la vez de

mucha creatividad”.

“‘Tanto amor’ es un tema especial para mí porque mi gran amigo Armando Dávila la escribió por la pérdida de su papá y me la quiso dar, igual que Juan Gabriel le dio ‘Amor eterno’ a mi mamá, pero esa canción es de Rocío Dúrcal y ‘Tanto amor’ es de Shaila”.

“Llevo tiempo trabajando en mi nuevo álbum, pero a mí me gusta trabajarlo bien, no me gustan las cosas rápido; también es como que me preguntan: ‘¿Cuál es el título del disco?’, y eso va al final porque la casa no puedes empezarla por el tejado. Quiero tomarme mi tiempo para trabajar en mí, en el estudio, estamos fusionando pop, mariachi, banda; usaremos instrumentos regionales y tendrá el sello Dúrcal, que le da el toque español”, finalizó.