Toño Mauri revela todo sobre su contagio de Covid en un libro y adelanta posible bioserie

Con cuatro décadas de trayectoria, Toño Mauri, de 58 años, no es solo un conocido cantante y actor querido por el público, sino un superviviente y un guerrero, esto tras haber estado al borde de la muerte y recibir una nueva oportunidad de vida, luego de que en julio del 2020, fuera víctima de Covid-19, lo cual lo llevó a estar varios meses hospitalizado, cuatro de ellos, en estado de coma, y posteriormente, recibir el regalo que lo salvó, un trasplante doble de pulmones, en diciembre del mismo año. De esto y sus planes actuales, como la reciente publicación de su libro, ‘Mi nueva vida, un gran milagro’ nos platicó el también productor.

-Toño, ya han pasado dos años de que sobreviviste a esto tan duro que sufriste tras el Covid
“De haber salido, sí, pero un poco más porque fue desde junio del 2020 que empezó”.

-Y ahora nos narras tu experiencia en este libro, Mi nueva vida, un gran milagro.
“Sí, es un día muy especial, muy soñado, muy querido, para mí es muy importante porque tener la oportunidad de escribir un libro con la experiencia que nos tocó vivir, te deja como un antecedente de lo que vivimos, para mi familia, para mis amigos, y para mucha gente que necesita un mensaje de esperanza, entonces le puse mucho empeño, mucho cariño para mi familia, para que todo quedara como yo quería en el aspecto de contar bien la historia y ya, le doy gracias a Dios, estoy muy contento porque estoy seguro que le va a ayudar a mucha gente, porque viene un mensaje de esperanza, de que las cosas, cuando dices ‘ya no hay más’, pues sí las hay, es parte de lo que me gusta transmitir, el tema de la donación de órganos que ha sido para mí importantísima, pero sobre todo y antes que cualquier cosa, mi fe, mi creencia, haberme aferrado a Dios, fue una experiencia maravillosa porque lo he sentido de cerca y porque no lo dejo, dije ‘agárrame y no me sueltes’ y fuimos juntos en esta experiencia”.

-¿Fue un milagro que estés aquí?
“Aquí estoy, y sí siento que realmente fue un milagro y le doy gracias a Dios por no haberme soltado y por todo lo que me estás regalando ahora, porque si me hubiera ido, hubiera dejado de vivir estas experiencias, me han pasado cosas maravillosas durante estos dos años, bendiciones gigantescas. Ya soy abuelo, pude casar a mi hija Carla que era mi ilusión, estoy todo el tiempo con mi hijo Toño. Por eso creo que este libro tenía ese objetivo, poder transnatur ese testimonio. Fueron meses muy largos, experiencias muy difíciles que vivimos mi familia y yo, pero creo que toda esa experiencia es para algo bueno, poderlo transmitir, platicar, y al compartirlo, dejar ese saborcito de que ‘sí se puede’. Con eso empieza una nueva etapa de mi vida, de mi carrera y quiero dedicarle mucho tiempo, porque la verdad estoy muy agradecido de poder seguir aquí”.

-Del testimonio que narras en el libro, ¿qué es diferente a lo que hemos sabido de ti, por tu propia voz, en entrevistas que has dado en distintos medios?
“Es muy interesante porque en el libro te puedes ampliar en muchas cosas que a veces en una entrevista se te olvidan o no te da tiempo de contar todo, la ventaja es que te del tiempo, te vas a detalles, a cosas que a lo mejor nunca has platicado en una entrevista”.

-¿Cómo cuáles?
“Mira, yo en el libro empiezo a platicar desde el principio, desde que mis padres tuvieron que salir de Cuba, escapando, desde que nacimos nosotros, mis dos hermanas, Graciela y Fefi, y yo, desde que empezó Graciela en el medio de la televisión en Mundo de juguete, cómo se dio ese tema y ahí te vas dando cuenta cómo la vida te va preparando para algo que es lo que el día de mañana va a ser tu vida. En el caso de Graciela, gracias a ella yo pude entrar a la televisión, a la música con Fresas con crema y todo eso lo platico, da el tiempo perfecto de hacer eso, recopilar toda esa experiencia y volver a recordar, porque eso es más bonito”.

-La gente que te sigue, ya por el hecho de que estés aquí platicándolo, te ve como un ejemplo de superación, de vida, ¿cómo lo sientes tú?
“Siento que de alguna manera soy un instrumento, que tengo una misión después de haber pasado por todo lo que viví, tengo un compromiso con Dios porque me dio la oportunidad de vivir, esto es parte de esta misión, compartir mi testimonio con más personas que están pasando por cosas muy difíciles. Creo que el mensaje es muy importante, a veces perdemos la fe, perdemos las fuerzas, y es cuando más las necesitamos, y si logras volverlo a encontrar, que es lo que me pasó a mí, sales. Me encanta compartirlo con mi familia, mi esposa, mis hijos, ellos tienen sus propios testimonios dentro del libro, lo que ellos vivían, porque toda mi preocupación eran ellos, las noticias que iban a recibir porque yo me daba cuenta de cómo iban las cosas allá adentro y decía ‘es que esto va a ser muy fuerte para ellos’, estaba muy consciente de ello, pero ahora que ya estamos juntos, todo es alegría, todo cambió”.

-A dos años de distancia, ¿cómo ha sido la recuperación física, porque esa también es muy importante?
“Obviamente un trasplante es algo muy fuerte, he tenido días muy complicados de recuperación, pero inmediatamente pienso en todo lo que tengo alrededor y de inmediato me levanto. Cuando lo ves, es un poco de todo y ahora ya estamos mucho, mucho mejor, el 15 de diciembre se cumplen los dos años del trasplante”.

-Estamos de acuerdo en que la donación de órganos es un tema delicado, no hay mucha cultura aún, por lo tanto, tampoco es fácil conseguir los donadores…
“Exactamente, y quiero dedicarle tiempo a esa parte de la donación de órganos, creo que hay que promover esta campaña que además es una maravilla. Mírame a mí, aquí estoy gracias a una persona que algún día pensó que sus órganos podían servir para otra persona. Y es un regalo de amor , la persona que me donó a mí fue un muchacho de 28 años, pero te pones a pensar en todo lo que hay detrás de esa persona, que haya pensado que en algún momento, si Dios lo quería, esa era su aportación. No conozco a la familia del donador, solo sé que fue un muchacho de 28 años, es lo único que me dicen, pero con eso es suficiente para hacer tu cadena, pues aunque físicamente no lo conozco, es el valor que eso tiene, me ha dado un regalo de vida, no sólo a mí, porque un donador salva hasta 7 u 8 personas, entonces creo que es importante crear conciencia sobre ello. A mí jamás me pasó por la cabeza necesitarlo y mira, aquí estoy”.

-¿Te consideras un sobreviviente, o que volviste a nacer?
“Las dos cosas, la verdad es que todos los días por la mañana, lo primero que hago es dar gracias a Dios porque despierto y luego me pongo a pensar, tengo tiempo de pensar en las noches o cada vez que hacemos una entrevista, es volver a regresar la historia de todo lo que sucedió y cada vez me doy cuenta más de que lo que viví es un milagro, mis doctores me dijeron ‘Toño, ya no hay nada que hacer’, a mi esposa le dijeron ‘señora, tristemente viene de un coma de cuatro meses, está muy lastimado, muy desgastado, no hay nada, no hay posibilidad de nada’ y ella se armó y dijo ‘debe haber algo, porque está vivo, y mientras lo esté, hay que buscar’ y ella se empezó a mover, porque en muchos hospitales nos rechazaron. Obviamente veían mi caso y pensaban ‘no aguanta un trasplante’, y el último lugar, que era mi última esperanza, al saber que lo eran dijeron ‘bueno, que venga y aquí vamos a ver’, pero era una luz, todavía había esperanza y se fueron dando las cosas”.

-¿Y qué pasó cuando llegaste a ese lugar?
“Me empezaron a fortalecer, empecé yo a tener lo suficiente para soportar un trasplante de ocho horas y media que dura la operación, entonces, en ese proceso que fue largo, pero fue para volver a tomar fuerza para llegar hasta ahí, y luego esperar a que lleguen los pulmones, pasaban los días y no llegaban”.

-Y también que no hubo rechazo cuando por fin llegaron.
“Fíjate que eso es muy importante, porque los primeros que llegaron, me dijo el doctor ‘no te los podemos poner, no cumplen con las características, no son para ti, si te los ponemos va a ser un problema toda tu vida. Entonces sigamos esperando, no serán más de dos días porque este es un centro de trasplantes’, entonces llegan constantemente los órganos y efectivamente, a los dos días llegaron los pulmones, y al recibirlos, mi vida cambió definitivamente”.

-¿Ha sido difícil readaptarte a la vida cotidiana?
“Al principio sí, para ser sincero, sí es difícil. Es una adaptación que tu cuerpo tiene acostumbrarse porque son cambios muy fuertes, imagínate los pulmones, lo importantes que son para el cuerpo, y entonces sí hubo cosas muy fuertes, afortunadamente, nada de emergencia con mis pulmones. Hubo cosas extras, regresé al quirófano para que me quitaran la vesícula porque de ahí venían unas infecciones, tuve una operación de emergencia este año porque tuve una oclusión intestinal y eso me paralizó el estómago, y esa sí me dolió. Eso ya no lo alcancé a meter en este libro, será para otro, porque hay un antes y un después, lo de después también es muy bonito, tengo pensado seguir contando lo que he pasado, porque todo lo que es hasta hoy y hasta lo que espero que pase, es el proceso de las cosas que van evolucionando”.

-Uno vive lo cotidiano sin pensar en eso, pero tú te enfrentaste con la muerte, ¿ahora piensas distinto?
“Sí, estoy consciente, antes lo daba por hecho, respirar es automático, pero cuando no puedes, dices ‘qué importante, sin esto no puedo vivir’, y así como eso, muchas cosas en tu salud. Yo era una persona muy sana, hasta que me enfermé, pero creo que todo ese proceso que llevé antes de enfermarme, me ayudó mucho a sobrellevar mi caso, porque había que soportar muchas cosas fuertes”.

-¿Cómo fue el apoyo de tu familia, tu esposa, tus hijos, esa unión de energías para que salieras adelante?
“Cuando me desahuciaron, estaba en coma y le hablaron a mi esposa para decirle que yo ya no pasaba las siguientes horas, y el que la levantó fue mi hijo Toño, tuvo una conversación fuertísima con ella: ‘mamá no oigas a los doctores, el que manda está allá arriba, déjalo en manos de él” y ahí fue cuando fueron pasando las cosas”.

-¿Qué pasó cuando volviste a dar positivo a Covid-19, tuviste miedo?
“Sí, claro, mi familia se asustó mucho, yo me aterré, no sabíamos cómo me iba a dar a mí, pero eso también te hace recapacitar de ‘no caigas, no te confíes’, porque de repente llego a un lugar y veo a la gente ya sin tapabocas, y quizá no nos enteramos, pero sigue habiendo muchos casos, muchos muertos desgraciadamente y eso va a seguir. Ahora, desafortunadamente han optado por ya no darle toda esa difusión que le daban antes, pero es la realidad, tristemente, te enteras por gente que dice ‘acaba de morir un familiar por Covid’ y dices ‘a estas alturas, ¿cómo?’, claro, es que todavía vivimos con eso. Entonces tienes que cuidarte tú, tienes que cuidar a los demás, pensar que puedes ser portador de un virus que puede contagiar a alguien, crear conciencia verdaderamente. Y sí quiero compartirlo porque no quiero que lo pase, no se lo deseo a nadie, porque creo que a los que nos toca vivir esas experiencias, tenemos el compromiso de hacerlo, y el que lo toma es porque lo necesita”.

-Tocaste un tema muy importante, el de la familia, porque normalmente, la atención se fija en el paciente, pero la gente que está alrededor, también sufre, también padece, ¿cómo lo vivieron ellos?
“Es muy duro, porque los momentos más difíciles míos, personales, eran cuando pensaba en eso, en ellos. Cuando yo escuchaban las cosas que los médicos decían y se las tenían que comunicar a mi familia, pensaba en el golpe tan fuerte que iba a ser que recibieran esas noticias. Cuando me intubaron yo fui quien lo pidió, no fue que ellos lo hicieran, yo pedí que me intubaran, entonces todo esto traía unas circunstancias muy duras, porque en el momento en que me intubaron, era tan rápido el proceso de la preparación que no me dio tiempo ni de hablarles para despedirme de ellos, porque yo estaba consciente de que intubarte era la antesala de irte, era una angustia de pensar ‘quiero despedirme de ellos’ y no te da tiempo”.

-¿Y qué hiciste?
“Lo único que hice fue grabar un mensaje con mi celular, que era lo único que podía hacer mientras preparaban todo y le dije a una enfermera ‘dale el teléfono a mi esposa, dile que le dejé un mensaje’ y era un mensaje de despedida, para mis hijos, les decía que deseaba todo lo que quería para ellos en ese momento, a mi esposa le daba las gracias. Y pensaba ‘qué triste despedirte de esta manera’, no poder abrazarlos, no poderles dar un beso. Y no solo a mí, les pasó a miles de familias en esta pandemia, no tienes la compañía de ellos en tu cuarto, estás solo, solo. Son días y noches largas, es complicado y difícil y sí pensaba en mi familia, que duro para ellos”.

-¿Tuviste miedo?
“Sí, pero vuelvo a lo mismo, la fe, sentir que estás con Dios, te quita mucho el miedo, la inseguridad, te aleja de todas las cosas y te da paz. Hubo momentos, como cuando entro a que ya me iban a hacer el trasplante, entro despierto al quirófano y me dice el doctor, ‘ya vas a dormir, te vamos a dormir, quiero que te vayas tranquilo y quiero que en el sueño, recuerdes una cosa: que la mano que mueve mi mano, es la mano De Dios’, entonces eso me dio respuesta a muchas cosas que ya venía sintiendo. Y pensé ‘el mensaje está dado, es un doctor, que a veces los doctores no asocian mucho este tema’ y ya dormido, sentí esas experiencias y cuando desperté dije ‘yo sabía que iba a despertar’”.

-Aterrizando en un tema menos espiritual, ¿crees que el factor económico es un freno para que más gente acceda a un trasplante de cualquier órgano?
“Sí, es muy importante. Definitivamente, a eso es a lo que tenemos que llegar, en lo que yo voy a trabajar para llegar hasta ahí. En mi caso, yo tenía un seguro de gastos médicos que además, cuando vi las cláusulas, venía la cobertura familiar, y vi lo de los. Trasplantes, eso hacía que subiera la prima y en ese momento pensé ‘no lo voy a agarrar’, fue mi esposa la que dijo ‘agarra. Todo el paquete’, si no hubiera sido por eso, hubiera sido muy difícil porque en estos hospitales no te aceptan si no tienes ese seguro, porque el proceso hoy en día es muy elevado y sí cuesta mucho trabajo, prácticamente, es muy difícil hacerlo si no tienes ese seguro”.

-Aquí en México es muy complicado…
“Sí, hoy estamos en una etapa en la que apenas estamos perfeccionando, buscando la manera de hacerlo. Pulmones no en cualquier lado te los trasplantan, aquí en México no se trasplantan pulmones, son muy delicados, es un trasplante especial, no digo que los otros no, pero este tiene un proceso más complicado, yo me di cuenta. ¿Dónde viene el costo más caro? pues en toda la terapia intensiva, yo estuve cuatro meses en coma y ahí es donde los costos se hacen enormes, para cualquier persona es una situación muy delicada, por eso vale la pena tomar en cuenta el estar protegidos en ese aspecto”.

-Sigue.
“Espero que con el tiempo todo esto se vaya ajustando, vaya cambiando y sea más accesible. y en la medida en que la gente tome conciencia de la donación de órganos, en esa medida las cosas van a ir facilitándose más”.

-¿Ye llegaron comentarios negativos, en el sentido de que por tener dinero tú habías podido acceder a la donación de los pulmones?
“Sí, llegó alguno. Una vez un reportero me preguntó que cuánto había pagado por eso, y yo no pagué nada, creo que la fe y la decisión de Dios no se compra, así tengas todo el dinero del mundo. Pero la mayoría de las cosas que leo que me llegan, han sido positivos, han sido de gente que escribe precioso, me dicen cosas muy bonitas, ahí te das cuenta del valor que tiene la vida”.

-Después del libro, ¿no te gustaría hacer una bioserie?
“Antes no quería, pero ya lo pensé, la verdad tengo mucho interés en que sí se haga, porque creo que sí puede ayudar a muchas personas. Ahorita la productora que puso Toño conmigo, quiere destinarse a proyectos de ese tipo. Fomentar los valores de la familia, de la fe, aprovechar ese “gancho” para dar los mensajes que queremos.

LA HISTORIA DE SUPERVIVENCIA DE TOÑO MAURI