Así fue la infancia de Vicente Fernández, soñaba con ser cantante
A los 6 años, Vicente soñaba con ser cantante y solo estudió la primaria, pero de castigo, su papá lo puso a ordeñar vacas.

Vicente Fernández: desde niño soñaba con ser cantante pero trabajó ordeñando vacas
/TV Notas
Vicente Fernández Gómez nació en una familia muy humilde, pero amorosa. Desde muy niño trabajó duro para ayudar en la casa. Hizo todo tipo de oficios, desde ordeñar vacas, bolear zapatos, lavar platos y coches, pintar casas, hasta cantar en fiestas y restaurantes; pero eso sí, desde pequeño manifestó su gusto por la música.
Nació el 17 de febrero de 1940, en Huentitán El Alto, Jalisco. Es hijo del ranchero Ramón Fernández Barba y la ama de casa, Paula Gómez (ambos q.e.p.d.), quienes además procrearon a María del Refugio, la mayor, y Ana María Teresa, la más pequeña de sus hermanas.
Tuvo una infancia muy precaria, pero muy feliz; nunca se quejó de la pobreza o carencias que pudo haber tenido. Desde los 6 años empezó su sueño de ser cantante, pues veía las películas de Pedro Infante (q.e.p.d.) y le manifestaba a su mamá su deseo de ser algún día como él. Fue así que a los 8 tuvo su primera guitarra, la cual aprendió a tocar rápidamente y comenzó a estudiar música folclórica.
Terminó la escuela hasta sexto grado de primaria, porque soñaba con ser cantante pero, como a su papá no le agradó que dejara los estudios, de castigo, lo puso a ordeñar vacas, así que se levantaba a las dos de la mañana a ordeñarlas y después se iba en bicicleta a repartir la leche por toda la localidad.
A los 14 años participó por primera vez en un concurso amateur de canto en Guadalajara y ganó el primer lugar, así empezó a presentarse en restaurantes y bodas, mientras alternaba vendiendo lechuguillas de agave. Su papá trabajaba con créditos las vacas, pero fracasó, así que tiempo después se fueron a vivir a Tijuana en busca de oportunidades de trabajo; fue entonces que Vicente comenzó a lavar coches y platos en un restaurante llamado La Casita; además boleaba zapatos para ayudar a su familia.
Sin embargo, su sueño seguía esperando, pues también trabajó como albañil poniendo cimientos, hasta que un día le salió una hernia y entonces le dieron oportunidad de pintar casas. Aún así, durante sus jornadas de trabajo, él se ponía a cantar y entretenía a sus compañeros, por lo que todos querían trabajar con él.
Estando en Tijuana trabajó en el restaurante El Chacho, de un tío, donde tocaba un mariachi. Aunque Vicente era el cajero, terminaba cantando con el mariachi o con el grupo que ahí se presentara, fue cuando comenzó su juventud...