¡Ya viven juntos! Lucila Mariscal perdona a su nieto

Doña Lucila Mariscal, de 78 años, y Andrei Hernández, de 27, su nieto, finalmente dejaron atrás todos los malentendidos e hicieron las paces. Después de que el joven le pidió perdón por todo el daño que le ocasionó cuando declaró que era mentirosa y homofóbica, ¡ya viven juntos de nuevo! Platicamos con la actriz y nos confesó que ahora Andrei es otro y que se preocupa por ella en todo momento:

“Me marcó hace unas semanas para pedirme disculpas y empezó a llorar; eso me dolió muchísimo, pues pese a nuestras diferencias, el amor ganó y, además, con el tiempo aprendí a perdonarlo. Siempre hay que perdonar las faltas y fallas de otros porque también nosotros nos equivocamos”.

“Fue algo muy conmovedor, me dijo que no se había dado cuenta de la importancia y el valor que yo tengo en su vida y que no sabía cuánto me quería hasta que me había perdido”.

“Me pidió perdón por todo lo que me dijo e hizo en su momento. Entiendo que muchas veces las personas no actúan mal por sí mismas, sino por la pareja o una amistad que malaconseja o mal guía, y eso le pasó. Además, sé que no ha tenido una vida fácil y que ha vivido situaciones fuertes, como la muerte de su papá, y por eso lo perdoné. Ya vivimos juntos desde enero, me gusta que esté cerca de mí”.

“Te mentiría si te dijera que no, pero ahora que comencé a estudiar la Biblia, con los Testigos de Jehová, aprendí a vivir mucho mejor y, si nos apegamos a la palabra de Dios, todo es mucho más fácil. Ya superé todo lo negativo, lo he convertido en positivo y trato de ser un mejor ser humano cada día”.

“Es otro, tuvo un cambio increíble. Él ha pasado mucha parte de su vida conmigo y estamos contentos”.

“Yo no quiero juzgarlo ni preguntarle de dónde viene o a dónde va porque no soy nadie para hacerlo. No sé qué problemas mentales traía o qué lo orilló a comportarse así, ahora sólo me preocupo de que ambos estemos cómodos, felices y tengamos mejor calidad de vida”.

“No te puedo decir realmente qué fue lo que pasó con él o por qué regresó, prefiero guardármelo para mí porque ésas son cosas personales y prefiero no meterme en problemas de nuevo; simplemente lo perdoné, estamos viviendo muy a gusto y eso es lo más importante”.

“Pues muy bien, y él está a gusto, entonces, ¿qué más podemos pedir? Lo quiero mucho y él me quiere mucho”.

“Eso no lo creo porque, en primer lugar, yo no tengo dinero ni para caerme muerta, la situación cambió para todos en esta pandemia y ahorita los ricos están pobres y los pobres están jodidos (ríe)”.

“Estoy rentando un departamento pequeño; desde hace muchos años ya no tengo casa propia, vendí la que tenía en Monterrey y en la CDMX. Hoy yo ya no tengo nada, afortunadamente ahora les ha dado por cremar a todos los muertos y, por lo menos, cuando a mí me toque, me cremarán gratis”.

“Recibo ayuda del gobierno por ser de la tercera edad y sólo con eso, ya no tengo ni ahorros. Antes compraba cosas que ni necesitaba, incluso me dio por ayudar a los demás y prestaba dinero, pero nunca me puse a pensar que tenía que guardar algo para mi vejez”.

“Así es, bendita fundación, no es mucho dinerito el que me dan, pero me sirve para vivir; ésa me la dieron porque a Silvia Pinal se le ocurrió meterme en la lista de los beneficiarios, ya que ella fue de las que la organizó, gracias a Dios”.

“Sigo recibiendo mi exclusividad de Televisa, no es mucho, pero me permite tener algo, ya que El Tigre (Azcárraga, qepd), que fue muy lindo y respetuoso conmigo, fue quien dijo que me la dieran en 1998, él dijo que me iba a dar una ayuda y la tengo hasta el día que me muera, de eso vivo”, finalizó.