Conoce a Alberto López, el primer artesano tzotzil que llevó sus diseños a NYC

Alberto López Gómez, de 31, nació en la comunidad tzotzil de Juxtón, en Magdalena Aldama, Chiapas; hasta los 25 años se dedicó a trabajar en el campo, pero siempre soñó con bordar, labor que en su comunidad era exclusiva para las mujeres, sin embargo, gracias al apoyo de su mamá, logró cumplirlo, y ahora, exhibirá su trabajo en un evento de moda en NY, que presenta la moda americana.

“Así es, en mi comunidad no estaban acostumbrados a ver hombres bordando. Nosotros sólo nos dedicábamos al trabajo en el campo y las mujeres al bordado. Trabajé en los cultivos de café, maíz, calabaza y frijol, pero siempre me llamó la atención el bordado”.

“Me di cuenta de que me quería dedicar al bordado hasta que cumplí 25 años; le pedí a mi mamá que me enseñara a hacerlo, y me heredó su talento... llevo seis años haciéndolo”.

“Que comenzara a dedicarme a esto fue algo fuerte para mi comunidad, pero valió la pena. Los hombres hablaban mal de mí e incluso me hicieron llorar algunas veces, pero al final se dieron cuenta de que los hombres también pueden dedicarse a bordar. Puedo decir que marqué un precedente, porque ya hay otros chicos que están aprendiendo los bordados”.

“Así es, ahora les doy talleres de bordado a ocho hombres de mi comunidad, y dos de mis hermanos también lo hacen”.

“Mi mamá y todas las bordadoras me ayudaron a hacerlo posible. Yo soy la cara del negocio, pero doy a conocer el trabajo de otros artesanos de mi comunidad; yo no me creo diseñador de moda, soy un artesano”.

“K’uxul Pok’ en tzotzil significa ‘prenda viva’”.

“Porque no estudié para eso, lo que hago lo aprendí gracias a mi mamá, y lo hago porque me gustaría que el trabajo de los artesanos chiapanecos se conozca por todas partes”.

“No, no quiero involucrarme con diseñadores profesionales, quiero seguir siendo como soy”.

“No, ya he participado en dos pasarelas en la CDMX, una en el Museo de Antropología y la otra en el Museo Nacional de Culturas Populares; ¡gracias a Dios nos ha ido muy bien! Ahora me invitaron a dar una conferencia en la Universidad de Harvard, y después al evento American Indian Fashion Through the Feathers, en NY, también a presentarme en dos galerías de arte en esa ciudad”.

“Sí, y tuve que ir a Tijuana para tramitar mi visa; gracias a la carta de invitación de la Universidad de Harvard, agilizaron el trámite. Estoy emocionado de poder presentar mi trabajo en el extranjero”.

“Llevo 20 piezas: 10 huipiles de mujer, y gabanes, playeras y huipiles para hombre. No todos son bordados, algunos son tejidos, pero todos son muy coloridos y están inspirados en la cosmovisión de nosotros los tzotziles, con flores y cruces. Para nosotros son muy importantes estos elementos”.

“Están muy contentos, sobre todo mi mamá, mis hermanos y mis compañeras bordadoras. Siempre quisimos que el trabajo que hacemos se diera a conocer y al fin está pasando; espero que después pueda llevar nuestras prendas a Europa”.

“Sí, pero las ganancias en la tienda no son todas mías, hay 150 mujeres en el taller que me ayudan a bordar y tejer, y a ellas se les paga por su trabajo, y también venden sus propios diseños. Quiero enseñar a bordar a todas las personas que quieran aprenderlo en la comunidad, por eso doy talleres en los que enseño todo el proceso”, finalizó.