Un bolillo para el susto: El origen del pan que los expertos recomiendan para el miedo

Luego del sismo ocurrido este 19 de septiembre, que tuvo una magnitud de 7.7, volvió a relucir la creencia que se puede comer ‘un bolillo para el susto', pues es un método eficaz para recuperarse de situaciones que hayan ocasionado algún episodio de nerviosismo o miedo intenso, de acuerdo a las creencias de la sociedad mexicana.

Pero, ¿cómo surgió esta teoría? Según las creencias, cuando el ser humano vive un evento traumático puede tener consecuencias en la generación de ácidos gástricos, razón por la que aparecen las náuseas, además, el ritmo cardíaco se acelera y los músculos se endurecen, lo que produce sudoración en las manos y los niveles de glucosa se alteran para que el organismo los junte y pueda disponer de ellos en caso de emergencia.

Debido a estos síntomas, los especialistas y la medicina tradicional mexicana afirman el bolillo sí puede cumplir con la función de que el estómago se asiente, al ser el primer órgano que resiente los sustos.

De tal manera que, comer un trozo de este famoso pan sirve para reducir el nivel de acidez y estabilizar la glucosa de la sangre, debido a los carbohidratos y las grasas inhiben la producción de ácidos gástricos.

De acuerdo a la información de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para aminorar la secreción de jugos gástricos, no es nada recomendable tener el estómago vacío porque pueden incrementar, por lo que, si no hay manera de comer un pan, otros alimentos sólidos pueden funcionar, como lo es la tortilla fría, otro de los productos más consumidos por los mexicanos.

Por otro lado, las teorías sobre el origen de este mágico y versátil pan blanco son varias, pero una de las más aceptadas por la memoria histórica, data en 1864, cuando un panadero de nombre Camille Pirotte llegó a México como parte de las tropas de Maximiliano de Habsburgo.

De acuerdo a una de las panaderías más reconocidas de México, Lecaroz, Pirotte comenzó a enseñarle a la población local a hacer pan, sin embargo, se enfrentó a una gran dificultad: no tenían la levadura tradicional, por lo que realizó pruebas con la masa, hasta que se dio cuenta que echándola a perder se podía fermentar y así salió la levadura que se utiliza para leudar.

Después se popularizó y extendió por todo el país, pues además de que era rápido de hacer, era de bajo costo. Y desde ese entonces, el bolillo se convirtió en el alimento infaltable en la canasta básica de los mexicanos.