Gatos: Los parásitos pueden provocarle enfermedades muy graves ¡Cuidado!

Los gatos suelen escaparse de casa en busca de aventuras. Generalmente, este hábito trae consecuencias negativas: desde una herida grave por una pelea, hasta la adquisición de parásitos que, de no ser tratados, pueden complicar su salud.

¡La prevención es más fácil que el tratamiento! Es importante la consulta regular con el veterinario, una buena alimentación para un sistema inmune fuerte y mucha higiene en el entorno de tu minino.

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Para evitar las pulgas

Puedes usar medicamentos, orales o untados, bajo supervisión del veterinario. Se aplican de tres a cuatro veces al año. Hay que estar pendientes de la presencia de pulgas en tu mascota, sobre todo en primavera y verano.

Si tu gato tiene pulgas, el tratamiento lo incluye a él y a su entorno. Debes lavar regularmente su camita o lugar donde duerme con agua caliente y jabón, además de aspirar y desinfectar toda la casa.

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Tiña

Es una infección ocasionada por hongos. Afecta la piel y es muy contagiosa. Entre los signos más habituales están las lesiones circulares sin pelo en el cuerpo, que le producen picor, costras, descamación y mal olor. La tiña suele ser grave y debilita el sistema inmune, lo que puede provocar otras enfermedades y parásitos secundarios.
Puede afectar al humano y a todos los animales, por lo que el gato enfermo debe permanecer aislado. El tratamiento es largo y complejo. Regularmente es a base de pomadas, polvo, emulsión o líquido.

Los remedios orales son más fuertes. Se recomienda recortar el pelo del gato alrededor de las zonas afectadas, cepillarlo para eliminar las esporas de los hongos y bañarlo con un champú específico. La cura puede tardar hasta seis meses.

Ácaros del oído

Cuando los ácaros llegan al cuerpo de tu gato, se alojan en el conducto auditivo. Los adquieren por contacto y provocan una infección. Puedes distinguirla cuando se presenta una secreción negruzca, cerosa, abundante. Cuando tu mascota agita la cabeza o la frota con la pata, por lo general, es un signo de ácaros. Cuando la infección es grave, estos parásitos pueden llegar a la zona de la cabeza y la cara.

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Garrapatas

Se alimentan de la sangre. Se encuentran en parques, pasto, jardines, bosques, zonas rurales. También se contagian por el contacto con un gato o perro infectado. Las más comunes son las garrapatas duras y se ubican en el lomo. Las blandas suelen alojarse en las orejas. Su ciclo de vida se conforma de tres etapas: larvas, ninfas y adultos. En los primeros dos ciclos se colocan en la parte dorsal. La garrapata en etapa adulta se aloja en patas, orejas, cuello y zona perianal. El rascado insistente es uno de los síntomas, debido al picor provocado por la mordedura. Al quitar una garrapata, hay que checar que salga la cabeza, de lo contrario se puede agravar la infección.

Las garrapatas pueden provocar enfermedades peligrosas como la fiebre del gato montés, enfermedad de Lyme, babeosis felina, fiebre del conejo, anemia infecciosa felina o parálisis.

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