Adultos mayores vacunados en México, piden no bajar la guardia.

Rostros de alivio, felicidad y tranquilidad se han observado en los adultos mayores que desde el pasado 15 de febrero han acudido a recibir la primera dosis de la vacuna contra la COVID-19 en diferentes puntos del país.

La mayoría de ellos lleva un año sin poder ver y abrazar a sus familias y algunos han pasado por la necesidad de salir para recibir atención médica o buscar su propio sustento, entre otras dificultades a las que se ha enfrentado este sector de la población que es uno de los más vulnerables ante este implacable virus, peroal fin ven un rayito de esperanza y se sienten más seguros, aunque todavía deben acudir por su segunda dosis y seguir cuidándose de este terrible enemigo que nos ha cambiado la vida y puesto en peligro a todos.

Es cierto que la tan anhelada vacuna le ha regresado un poco la tranquilidad a sus vidas, sin embargo ellos aseguran que no bajarán la guardia; además piden a los más jóvenes también continúen cuidándose, por su salud y la también la de ellos.

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Don Salomón es un abuelito de 74 años, que fue vacunado en la alcaldía de Cuajimalpa, y aunque no tiene miedo a contagiarse acudió al llamado para frenar los contagios: “No he dejado de salir a trabajar, pero sí me cuido. No creo que me pase algo, pues mi horóscopo me dijo que no moriré de COVID, así que no tengo miedo, pero de todos modos vine a vacunarme. Llegué a las 7:45 de la mañana y me dieron una ficha para que regresara a las 12:30. Me dijeron que venga en 28 días para la segunda dosis. Ya vacunado seguiré con mi vida normal”, nos dijo.

Don Eduardo tiene 61 años y recibió la primera dosis de la vacuna como regalo de cumpleaños: “Mi hijo me trajo al Palacio de los Deportes, llegamos de madrugada y me dieron la ficha 301. Ahora que ya estoy vacunado, me siento muy tranquilo. He estado resguardado en mi casa, pero todavía me seguiré cuidando y no saldré. Hoy es mi cumpleaños, así que vacunarme es el mejor regalo que la vida me pudo dar”.

Por su parte, doña dolores nos contó que su esposo Marciano, de 67 años, se encuentra postrado en una cama, por lo que se sintió muy aliviada cuando fueron a vacunarlo a su casa, en Milpa Alta: “Mi esposo padece un grave problema de columna, yo estaba muy apurada pensando cómo le iba a hacer para llevarlo a que lo vacunaran. Pero gracias a Dios, personal de salud vino hasta acá y lo vacunaron en su cama. Los
doctores se quedaron 20 minutos por si algo pasaba, pero no tuvo ninguna reacción”.

A Don Ramiro y Doña Raquel, de 83 y 75 años no los vacunaron, porque su INE no estaba actualizada: “Mis papás vivían en Azcapotzalco, pero por la pandemia me los traje a vivir conmigo a Magdalena Contreras. Para no sacarlos, no los llevé a actualizar su dirección y por ese detalle les negaron la vacuna. De nada sirvió llegar a las 5 de la mañana, porque aunque les supliqué a los doctores, no quisieron vacunarlos”, nos contó su hija.

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