Captamos a Alfredo Adame y la examorosa Magaly Chávez beso y beso

Aunque Alfredo Adame, de 63 años, no sale del cuadrilátero de las polémicas, el amor le está volviendo a sonreír tras su divorcio de la actriz Mary Paz Banquells, en 2017, y un par de romances fallidos que ha tenido después de eso.

Hace unos días lo captamos en su faceta de galán en una función de lucha libre, a la que fue muy bien acompañado por Magaly Chávez, de 36, exparticipante del programa Enamorándonos; ahí los vimos muy felices y aprovecharon para darse uno que otro besito. Platicamos con la modelo y actriz, quien nos contó que están saliendo desde hace varios meses, pero que aún no tienen título, pues prefiere no apresurar nada:

“A Alfredo lo conozco desde hace cinco años cuando entré a Enamorándonos, desde ahí hicimos muy buena amistad, es muy lindo y nos queremos mucho”.

“Siempre hemos salido, pero hasta hace muy poco que lo estamos haciendo en público; sin embargo, no tenemos un título, no me gusta apresurar las cosas”.

“A mí me gustan los hombres maduros y él tiene muchísimas cualidades, es un tipazo, supercaballero, muy amable, muy espléndido, leal y transparente; ¿qué mujer no caería rendida a sus pies?”

“Aunque he tenido parejas mucho más jóvenes, cuando hablo de una persona madura, me refiero a que ya sabe lo que quiere en la vida, a que ya no estás con un chamaquito, y cuando ya estás en pareja, me gusta mucho cómo piensan, son muy caballerosos, que te regalen rosas, que sean cariñosos, etcétera, y Alfredo es así. Además, tenemos muchas cosas en común”.

“A los dos nos gustan mucho la cacería y las motos; de hecho, tenemos un viaje por ahí que queremos hacer. Hay muchas cosas muy similares que tenemos”.

-¿Te da miedo que lo tachan de golpeador, misógino, etcétera?
“Se dicen muchas cosas de él, pero lo que les puedo decir es que por lo que he vivido con él, conmigo ha sido todo lo contrario, es un caballero y superdivertivo, y las acciones hablan más que las palabras. Alfredo trata a la gente como lo tratan a él”.

“Eso sí no sé, pero no me importa; todos los hombres son diferentes, porque hay de diversos tamaños, colores y demás. Cada quien tiene su sello y es hermoso además, no se necesita ser grande o chico, aquí pues se necesitan otras cosas para hacer feliz a una mujer”.

“Nos llevamos de maravilla y cuando tienes una buena amistad, hay una línea delgadita para que se dé una relación”.

“Pues ya veremos, aunque para dar ese paso, debes tener mucho cuidado, porque por esa decisión se puede perder la complicidad y compañerismo de la noche a la mañana. Si sí llegamos a andar, júrenlo que se los diré”.

“Yo no necesito su dinero, y él tampoco el mío; aquí no hay sugar daddy o sugar mami, cada quien tiene sus negocios y ni siquiera nos metemos en la economía del otro. Si salimos, cada quien paga lo suyo, pero a veces él no me deja pagar”, finalizó.