‘Coque’ Muñiz rompe el silencio sobre la muerte de su madre

Jorge Coque Muñiz, de 59 años, nos abrió su corazón y nos habló sobre lo que ha atravesado a lo largo de su vida arriba y abajo de los escenarios, como la separación de sus padres, tropezones profesionales y la pérdida de una de las personas que más ha amado: su mamá.

“Yo creo que fue muy normal; tuve la suerte de estudiar en colegio de gobierno hasta el sexto año, y eso me dio la fortuna de ver muchas cosas que valieron la pena. Recuerdo unos momentos padrísimos de muchas risas, aunque también los hubo malos, como cuando mis papás se divorciaron”.

“Yo fui el más chico, quizá por eso tuvimos una relación aún más cercana, era muy fuerte; me tocó verla luchando por todos nosotros, pues éramos cuatro hombres”.

“Mi papá nos dejó una casa muy bonita, y mi mamá compró un departamento en Mixcoac, pero perdimos todo. Tuvimos una dura crisis de dinero; vivíamos en una casa muy pequeñita, teníamos que estar mis tres hermanos y yo en una habitación, pero eso no me hizo daño, al contrario, nos ayudó. Nuestra mala racha no fue porque mi papá no nos ayudara, es que en esos momentos mi mamá no supo manejar su economía y estar sola”.

“Claro, siempre estuvo al pendiente; pese a que viajaba muchísimo porque las giras de antes eran de dos o tres meses, en los momentos importantes estaba ahí. A veces nos turnaba a mí y a mis hermanos para acompañarlo en sus presentaciones”.

“Fíjate que yo lo entendí siempre y le tengo cariño y respeto; de verdad es una mujer extraordinaria con mi papá, ha estado con él en todo y eso hay que valorarlo. Además, ella siempre ha sido conmigo muy amable, tenemos una buena relación”.

“Cuando ella tenía como 60 años tuvo una temporada en la que empezó a tomar, y bendito sea Dios lo dejó en un par de años. A mí me tocó llevarla a un grupo AA (Alcohólicos Anónimos); es un ejemplo de vida, pues es difícil reconocerlo, y eso ayudó. Ella estaba muy sola, la soledad es una muy mala amiga; ya todos sus hijos con la vida hecha, creo que eso le causaba mucho dolor”.

“¿Qué te puedo decir?, sufrió mucho; fue un cáncer muy fuerte, muy duro. Lo que a mí me dolía mucho era verla sufrir, pero bueno, así es la vida, hay que entenderlo y disfrutarla lo más que puedas, y pedirle a Dios que si te toca, sea rápido y no esté alguien viéndote sufrir, es lo peor”.

“¿Que si apuesto?... sí; ¿que si me echo mis copitas?... sí, pero de eso a ser adicto es diferente. A la que más le afectó fue a mi esposa Mina; no entendía, pero el tiempo te da la razón. Creo que al final soy afortunado de la familia que tengo”.

“Ser abuelo, es una de las cosas que más me gustaría; me encantaría ya tener nietos, ha de ser padrísimo. Ya me veo todo el día con una nena o nene, disfrutándolo al máximo”, finalizó.