Erik ‘Terrible’ Morales revela las causas del fallecimiento de su hijo

El exboxeador, Erik Terrible Morales, de 45 años, está pasando por duros momentos, ya que uno de sus hijos mayores, José Fernando, de 23, falleció víctima de un infarto fulminante al corazón, en Tijuana, Baja California. Los servicios funerarios se realizaron en la ciudad fronteriza, donde amigos y familiares le dieron el último adiós. Platicamos con Erik y nos contó sobre esta lamentable noticia:

-Erik, nuestro más sincero pésame para ti y para toda tu familia...
“Muchas gracias”.

-¿Qué fue lo que pasó con tu hijo?
“Su mamá me dijo que el martes 30 de noviembre, como a las 6:30 de la tarde, mi hijo fue por un café, y cuando regresó, se subió a su cuarto”.

“Iban a cenar, pero ya no bajó, y cuando subieron a buscarlo, lo encontraron recostado en su cama boca abajo, encogido como si le hubiera dado algún dolor; le hablaron a una vecina que es doctora y se lo llevaron al hospital, pero prácticamente ya tenía unas horas que había muerto, porque estaba algo frío”.

-¿Y qué les dijeron en el hospital?
“Los doctores determinaron que fue un ataque fulminante al corazón”.

“No, era un muchacho muy sano. De niño sólo le detectaron que tenía una furia o coraje muy arraigado internamente, pero en realidad era un niño muy sano”.

-¿Tenía problemas con su carácter?
“Sí se enojaba muy seguido, pero como cualquier otro muchacho; en términos generales, era muy tranquilo”.

“Sinceramente, una que otra vez se tomaba una o dos cervezas, pero hasta ahí; drogas no, no era un muchacho que anduviera en problemas, al contrario, era muy tranquilo”.

-En tu familia, ¿alguien padecía del corazón?

“Mi abuelo materno falleció de un ataque fulminante al corazón, pero de ahí en fuera, nadie; mi hijo no tenía ninguna enfermedad. Todo fue muy rápido, muy sorpresivo; era un jovencito de 23 años, siempre andaba muy contento, alegre, sonriente”.

“Teníamos una buena comunicación, nos hablábamos seguido o nos mandábamos mensajes. Hablamos unos días antes de que él falleciera y me dijo: ‘Papá, quiero hablar contigo’, y le dije: ‘Está bien, llego el 10 de diciembre a Tijuana y nos sentamos a platicar’; teníamos muchos planes”.

“Estuve con él hasta que cumplió 6 años, luego me divorcié de su mamá; vivimos juntos dos veces, a los 15, durante dos años, y a los 21, pero se regresó; ahorita vivía con su mamá”.

“Así es. Un tiempo estuvo trabajando conmigo entrenando nuevos boxeadores, él también quería ser boxeador, pero estaba terminando la prepa abierta, en unos días le darían su certificado y estábamos viendo qué carrera quería estudiar”.

-¿Te faltó decirle algo?
“No; a mi Ferni lo abrazaba y lo besaba, me le colgaba del cuello y le decía que lo quería mucho; tuvimos pláticas de todo tipo, estuve cuando más me necesitó. Dios sabe por qué hace las cosas, tengo bien claro que los hijos son prestados”.

-¿Qué van a hacer con el cuerpo de tu hijo?

“Será cremado, y yo creo que se lo va a quedar su mamá”, finalizó.