Ex de Sabrina piensa operar a su hija, para protegerla de abusos

El pasado 18 de octubre, Erick Farjeat, de 45, festejó los 10 años de su hija Metztli, producto de su relación con la argentina Sabrina Sabrok, de 49, aunque debido a la pandemia sólo le hicieron un pastel en casa, en compañía de la familia de Erick, quien nos compartió cómo han sido estos 10 años de vida de su nena:

“Los más hermosos de mi vida; cuando nació fue el día que mi vida cobró sentido tras conocer al único y verdadero gran amor de mi vida: mi Medusita. Hoy cumple 10 años y, como cada año, le partimos su pastel, con mi madre, mis hermanos y sus primos; y de comer, compramos pollos rostizados, una de sus comidas favoritas”.

“Sí, cada vez está más alta y hermosa; conforme pasa el tiempo entiende y socializa más con la gente. De repente sí tiene sus crisis de desesperación y enfado por el encierro de la pandemia, ya que la cuido mucho y trato de no sacarla, pero extraña mucho la escuela e ir a entrenar. Toma sus clases en línea, en la escuela de educación especial, y ya va en quinto año de primaria”.

“El autismo que padece no le permite hablar al cien y hay que buscar la manera para que lo haga; la pongo a hacer ejercicios en casa y a ella le encanta. Le ayudo para que articule más palabras, cuando veo que me pide las cosas aún con señas”.

“Mi vida se ha tornado en estar por ella y para ella. Siendo una niña de condición especial, lo que resta de mi vida lo dedicaré a ella, siempre buscando que sea lo más independiente posible, para que el día en que yo no esté, se las arregle por sí misma. Lo que quiero es asegurar su futuro, aunque en dado caso de que me llegara a pasar algo, sé que ahí están mi mamá, mis hermanos, mis sobrinos, que entienden su situación y la cuidan mucho”.

“Estoy muy de cerca con su paidopsiquiatra (que diagnostica y trata enfermedades mentales específicas de la infancia y adolescencia) y su psicóloga. Por fortuna, en su escuela nos dan muchos talleres y terapias al respecto”.

“Así es. Lo que sí tengo en claro, pues una de sus maestras me lo dijo y su psiquiatra, es que debo considerar en algún momento operarla para que no tenga hijos, Metztli no tarda en comenzar con la menstruación y a partir de ahí su vida fértil”.

“Así es. Lo hablé con mi mamá y coincidió con la maestra. Muchos dirán que por qué estoy pensando en estos temas a su edad, pero es algo tan complicado y fuerte, que se debe tomar muy en cuenta. Psicológicamente sería muy fuerte para ella quedar embarazada y tener un hijo, por eso me recomiendan considerar operarla”.

“Esperaré a que le llegue la menstruación para llevarla con el ginecólogo y él nos vaya guiando en este nuevo proceso. Aquí lo más grave, en mi niña y en todas las nenas con autismo, es que casi no te hablan, entonces no te pueden decir si les duele o incomoda algo”.

“Claro, pienso llevarla con especialistas para que sepa lo que su condición le permite entender. Estoy consciente de que este despertar a la adolescencia es muy fuerte para todos; si para cualquier niña llega a ser sorpresivo su primer periodo, imagínate para una niña con autismo. Por ello, en un par de años tengo que ir preparando a mi nena, para que cuando llegue ese momento no se vaya a asustar ni lo vaya a tomar como algo alarmante”.

“Que definitivamente no conocen a una niña autista o con síndrome de Down, pequeñas que son totalmente dependientes de alguien. Sería una carga psicológica muy fuerte para ellas verse embarazadas y luego hacerse cargo de un niño, sería algo contraproducente”.

“No, ni ese tema ni otro de la niña, porque a la señora no le importa; jamás se comunica con Metztli, no le interesa”.

-¿Crees que Metztli podría necesitarla en esta etapa de su vida?

“La ha necesitado toda su vida, pero la que no ha querido estar es Sabrina. Gracias a Dios, mi niña tiene mucho padre y nunca le va a fallar”.

“Para nada, desde que ella se fue perdió todo derecho, su misma abogada se lo dijo, entonces me dejó totalmente la responsabilidad de la nena. Yo tengo la guarda y custodia, la puedo sacar del país cuando quiera y soy el único que puede decidir por ella”.

“Totalmente, Sabrina me la otorgó desde que se fue hace más de cinco años. Yo puedo tomar cualquier decisión en cuanto a la nena pensando en su bienestar”, finalizó.