Galilea Montijo recuerda cómo fue que se enamoró de Fernando Reyna
Antes de conocer a Fernando, pensó que nunca se casaría.
/Instagram @galileamontijo
Galilea Montijo y el político Fernando Reyna se han consolidado como una de las parejas más solidas del medio, y aunque han tenido sus altibajos, este año tendrán su noveno aniversario de bodas.
Y antes de la gran fecha, la conductora del matutino de Televisa decidió compartir cómo fue que ella, y su ahora esposo se conocieron, y cómo fue que sintió el flechazo del amor.
“Yo estaba trabajando en el estado de Guerrero. Yo dije: ‘Ese muchacho tan guapo con esa cana al frente’. La primera vez que llego a Acapulco y lo veo dije ‘Que flojera me da’, porque yo suelo ser muy antisocial. A la segunda semana que lo vi, me divertí muchísimo, me reía mucho con él. Llego yo y les dije a mis amigas: ‘No saben que chavo tan padre conocí en Acapulco, una de ustedes debería de casarse con él’”, recordó durante una emisión del programa Hoy.
Pero, aunque era un gran partido para cualquiera, él tenía una relación, pero era tan serio que ya hasta se iba a casar.
“Pero de repente él me dice ‘Ah es que me voy a casar, es alguien como del medio’; cuando me dijo quién era, yo dije: ‘Pobre chavo’”, dijo sin revelar la identidad de la ex novia de su marido.
Luego de un tiempo, Fernando decidió no casarse y no dudó en buscar a Galilea y contarle que su compromiso se había roto.
“Yo andaba medio mal (con mi novio), ya en las últimas. Pasaron los meses, trabajamos padrísimo, dejamos de vernos unos dos meses. Pasa Navidad y me dice ‘oye feliz año nuevo. No más para contare que me arrepentí, me eché para atrás y no me voy a casar’. Le digo ‘Pues ¿qué crees? Yo también me acabo de arrepentir’. Me dice: ‘No sabes qué gusto me da oír eso’, en ese momento yo sentí un dolor en el estómago”, aseguró la conductora.
El amor triunfó y en 2011 se casaron en el mismo lugar en donde su amor surgió, un sueño hecho realidad, pues ella siempre pensó que se quedaría soltera.
“Yo llegué a pensar en un momento que yo no nací para amar, como decía Juan Gabriel. Sí llegó un momento en mi vida que yo pensé que no me iba a casar. No sentía como tal presión, porque mi mamá nunca me decía: ‘Ya cásate’. A mí si me da miedo que pasaran los años, pero no por encontrar una persona, sino porque siempre tuve la idea de ser mamá, entonces yo sentía que mi reloj biológico estaba pasando y que yo no encontraba una persona con la cual yo quisiera tener un hijo”, comentó.
