La vida premia a Claudia Cervantes con la dicha de ser mamá

El pasado jueves 26 de marzo, en plena contingencia por el Covid-19, Claudia Cervantes, de 40 años, se convirtió en mamá del pequeño Santiago; al respecto, la actriz nos contó cómo fue todo este proceso, el cual duró casi 15 horas, y lo feliz que se siente de por fin tener a su angelito entre sus brazos.

-Claudia, muchas felicidades por la llegada de tu bebé; nació en medio de la contingencia...

“Muchas gracias; afortunadamente semanas antes de que mi bebé naciera, mi mamá pudo venirse de Morelia para estar conmigo en casa y tomar todas las precauciones necesarias. Estuve muy nerviosa, no sabía qué sería más seguro, si tener el parto en casa o en la clínica, pero al final confié en mi médico y mi bebé nació en el hospital. El doctor Jesús Luján tomó todas las medidas sanitarias para prevenir algún tipo de contagio de Covid-19, y por la contingencia, me dio de alta el mismo día; también pudimos salir rápido porque ambos estábamos sanos, no hubo complicaciones”.

-Cuéntanos cómo fue todo este proceso...

“Todo comenzó el miércoles 25 de marzo, fui a revisión a las 8 a.m., y el doctor me dijo: ‘Nace hoy, quédate ya’; me agarró desprevenida, sin maleta ni nada”.

-¿Qué hiciste cuando te lo dijo?

“Me quedé en el hospital y me pusieron a hacer ejercicios para prepararme; monitorearon mis contracciones y, debido a que cada vez eran más fuertes y frecuentes, decían que ya estaba lista, pero yo no sentía esa intensidad”.

-¿Te quedaste internada?

“Sólo estuve dos horas, porque otra ginecóloga me vio y me dijo que todavía me faltaba, que mejor me fuera a mi casa y después regresara; le tomé la palabra y manejé de regreso”.

-¿A qué hora sentiste las contracciones?

“A la 1:30 de la mañana del jueves se me rompió la fuente; le llamé al doctor y a mi doula, Glenda Furszyfer, y ella llegó a mi casa media hora después; ahí estuvimos hasta las 7 a.m.”.

-¿Y tu mamá?

“No la llevé porque no estaba preparada para ese momento, además no la quería arriesgar porque tiene 70 años, le dije que se quedara”.

-Continúa...

“Por el coronavirus le estaban prohibiendo el acceso a mi doula, pero desde un principio decidí que ella fuera mi acompañante, y estuvo conmigo con todas las medidas de higiene para que todo saliera bien”.

-¿Qué pasó después?

“Las contracciones aumentaron, entramos a la sala de labor y ahí perdí la noción del tiempo. Mi doula me asesoraba, me decía qué hacer y cómo meditar para relajarme… y de repente me volvieron a revisar, y apenas tenía 5 centímetros de dilatación, pero de ahí ya no avanzaba, me dijeron que decidiera si me hacían cesárea”.

-¿Qué decidiste?

“Yo no quería cesárea y todo el equipo de médicos me ayudó a que fuera parto natural. Me dijeron todo lo que tenía que hacer, pero todo seguía igual, y ya eran las 2 p.m.; me dijeron que existía una inyección de analgésico que me ayudaría a relajar la pelvis y a que bajara el bebé, y les dije que me la pusieran. Dejé todo en las manos de los médicos”.

-¿Qué pasaba cuando despertaste?

“Llegó mi médico, me revisó y dijo que ahora sí era el momento indicado; minutos después llegaron otros doctores para ayudar, tomé el aire que necesitaba y pujé hasta que nació, eran las 3:42 de la tarde”.

-Continúa...

“De inmediato se lo llevaron a otra parte de la habitación para ponerle oxígeno para su corazoncito, porque como a mí ya se me había roto la fuente desde más de 15 horas, lo necesitaba. También lo pesaron, lo midieron y después ya me lo pusieron en el pecho”.

-¿Qué sentiste?

“Fue como volver a nacer, fue el mayor abrazo que ha recibido mi alma; agradecí, le di la bienvenida, le dije: ‘Todos te estábamos esperando, eres mi mayor orgullo y yo seré tu mejor aliada...’ Quise vivir paso a paso la experiencia, no saltarme nada del proceso para que fuera parto natural y lo logramos”.

-¿Por qué te dieron de alta tan rápido?

“El doctor me dijo que no quería arriesgarnos con todo esto del coronavirus, y que como ambos estábamos muy sanos, podíamos irnos a casa. Tuve que sacarlo con mucho cuidado en su sillita; un amigo fue por nosotros”.

-¿Tu mamá fue a verte?

“Como sólo tenía permiso de un acompañante, cuando se fue mi doula, llegó ella, junto con el amigo que nos trajo a casa, y fuimos llegando como a las 12 de la noche. Llegué con mucha energía, no tenía tiempo de sentirme cansada a pesar de todo el maratón intenso que pasé, fueron como 40 horas desde que fui a mi cita hasta que Santiago nació".

-¿Cómo han sido estos días?

“Quiero ver a mi bebé todo el tiempo y tenerlo pegadito a mí; muero de amor y de ternura cada que lo veo. Ya le di su primer bañito y ahorita estoy batallando con la lactancia, pero sé que todo va a salir muy bien”.

-¿Qué te gustaría decirle?

“Mis palabras hacia Santiago son de inmensa gratitud por haberme elegido como su mamá y por venir a hacerme mejor ser humano; le ayudaré a descubrir su misión y a abordar sus alas para que vuele libre y sea muy feliz en lo que él decida. Lo amo con toda mi alma, siempre fue muy esperado y amado, y estoy segura de que será un hombre extraordinario, con una misión enorme y, sobre todo, una persona feliz, porque tiene todo para serlo”, concluyó.