Mariana Garza nos abre su corazón y comparte detalles íntimos de su vida

Perteneciente a una familia de artistas, Mariana Garza, de 50 años, inició su carrera como actriz desde que era pequeña y luego saltó a la fama como cantante en el grupo Timbiriche; sin embargo, su pasión más grande en cuanto a lo artístico es el teatro.

En lo personal, su mayor tesoro son sus hijas: Samadhi, de 25, y María, de 13, quien sigue sus pasos en los escenarios.

Platicamos con la también empresaria teatral y nos compartió un poco más de su vida:

“Mi infancia fue muy normal, pero maravillosa, no la cambio por nada. Desde chiquita quise ser actriz”.

“Todo fue porque crecí en una casa donde todos eran artistas: mi abuela, doña Carmen, era poeta; mi abuelo, don Ramiro, hacía radio; mi mamá, Ana Silvia, es actriz igual que mi tío Jaime (q.e.p.d.), a quien siempre recordaré como un maestro del que aprendí a hacer teatro”.

“Fue en la telenovela Elisa y fue muy chistoso porque yo acompañaba a Ana Silvia (su mamá) a grabar y el productor, Pepe Morris, quiso hacer unas escenas donde su personaje saliera de niña, entonces, hice ese papel. Fue una experiencia increíble y al poco tiempo abrieron el CEA Infantil y empecé a ir a clases en Televisa a diario”.

“En pocas palabras, mis papás, Ana Silvia y Juan Arturo, se divorciaron y mi abuela materna nos cambió a mi hermano Sebastián y a mí el apellido, entonces, por papeles soy hermana de mi mamá y de mis tíos Jaime y Ricardo, que ya murieron; no soy nada de la familia de mi papá”.

“Fue como una escuela; significó familia, el origen de mi relación con el público y con muchísimas personas que nos formaron; disfruté mucho esa etapa”.

“No, al contrario, me sirvió para desarrollar mis capacidades y talentos, y darme cuenta de que ésta era mi profesión”.

“A todos, principalmente a los originales. En general son todos mis hermanos, nos vemos bastante seguido, platicamos casi diario, por lo menos nos saludamos y estamos pendientes unos de los otros”.

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“Ya nos conocíamos, pero nos hicimos amigos cuando hizo una participación en la novela junto a su grupo, Botellita de Jerez. Como año y medio después empezamos a andar y seis años más tarde nació Samadhi”.

“Fue algo que me transformó, pues aunque antes había vivido cosas muy bonitas en lo profesional, en ese momento llegué al punto de máxima satisfacción y realización, me completó vivir esa experiencia que siempre había deseado. A partir de que nació Samadhi, mi vida es mucho mejor en todos los sentidos”.

“Así es, y fue doloroso, como todas las separaciones; hasta el día de hoy no tengo relación con él, no nos vemos”.

“Sí, y con él fue otra historia, ahora somos mejores amigos porque hemos vivido absolutamente todo lo que puede vivir una pareja. Con él tuve a mi segunda hija, María, y hemos creado varias cosas juntos”.

“Sí, en 2011 nos surgió la idea de construir un teatro y trabajamos juntos para poder reconstruir ese recinto del que somos socios desde 2014. Actualmente, somos los únicos en ser dueños, actores y productores de un teatro y estamos muy contentos, aunque es un esfuerzo muy grande”.

“A ella nunca le ha interesado la cámara, pero se dedica a las artes plásticas. Estudió Composición y ahora vive en Nueva York, donde estudia una segunda carrera, pues quiere ser escultora. Es muy talentosa”

“Así es, desde los 6 años empezó en el teatro musical y tanto Pablo como yo estamos muy orgullosos de ella”.

“Obviamente que estudie, que llegue descansada y bien comida para atender al director, que valore el trabajo de todo el equipo y que les dé un valor agregado a sus personajes”.

“No, ella ya lleva seis años en home school (estudiando en casa), ese método le ha funcionado y es muy buena estudiante”.

“Muy buena. Ellas se llevan muy bien y toda la pandemia que estuvimos las tres solas, sí era una casa de locas (ríe); la verdad somos bien intensas y muy diferentes, pero nos divertimos juntas”.

“Aunque no fue padre, me fue bien. Me dio cuando Samadhi ya se había ido a Nueva York y María se fue con Pablo, entonces, estuve sola en casa. De los 14 días que duré positiva, sólo tres me sentí muy mal, pero como tengo una situación en el sistema circulatorio, tuve problemas de inflamación que poco a poco se fueron quitando; ya salí negativa”.

“Creo en la pareja y que el amor es por día y la fidelidad también. Ahora estoy muy contenta y ya no fuerzo nada, tengo casi 51, estoy en una edad en la que no quiero cambiar a nadie ni permitir que nadie me cambie. Estoy abierta, pero llegará cuando tenga que llegar”.

“Soy alguien que disfruta mucho de la vida y le gusta muchísimo su profesión; si a través de ésta puedo entregarle algo a la gente para mejorar, eso me da grandes satisfacciones”, finalizó.