Marisol del Olmo: En 25 años de trayectoria todo lo he hecho con amor

Aunque 25 años de carrera artística se dicen fácil, para Marisol del Olmo, de 45, han implicado un arduo camino de trabajo, esfuerzo y de demostrar su talento. Ahora que celebra más de dos décadas de trayectoria, la actriz nos contó cómo logró cumplir su sueño de estar sobre los escenarios, el cual tenía desde niña:

“Así es, estoy muy agradecida y bendecida por tantos años de carrera y también por este personaje, ‘Ivana’, que ha sido como un dulce para mí, porque es muy complejo; es una mujer vulnerable que hace cosas malas, pero a partir de un amor no entendido, chueco y mal logrado. Hay personas que la aman y otras que la odian, pero el chiste era eso”.

“Sí, podría decirse que empecé jugando a actuar, pero tenía la ilusión de dedicarme a esto algún día. A los 6 años di mis primeros pasos en el mundo de las comedias musicales, ya que mi tío, Enrique del Olmo, actuaba en Jesucristo superestrella y me invitó a participar en esa obra”.

“Sí, me gustó tanto, que ¡quería estar en todos los musicales! Mi meta era actuar y cantar. Aunque de niña era pura diversión, con el tiempo me di cuenta de que era una gran profesión a la que se le debe tener mucho respeto”.

“Desde chiquita entré a lo que ahora es el CEA infantil, que en los 80 era dirigido por Pedro Damián, y dentro de Televisa había un teatrito donde yo era feliz creando personajes, aprendiendo y pasándola bien con mis amiguitos”.

“Claro, de hecho, le agradezco mucho a mi mamá, porque fue quien buscó las oportunidades para que yo estuviera en el medio y me llevaba todas las tardes a mis clases con la condición de que no descuidara la escuela y sacara buenas calificaciones. Años más tarde, mi mamá volvió a ser parte fundamental en otro paso de mi carrera artística”.

“Porque cuando yo era adolescente, le dieron la concesión de la dulcería del Teatro de los Insurgentes, entonces, yo iba con ella y empecé a hacer audiciones y a aprenderme los personajes con la esperanza de que algún día me tomaran en cuenta”.

“Sí. En una ocasión, la gran Irma Dorantes no llegó a una obra, entonces, me dieron la oportunidad de suplirla, ¡ahí mi sueño se empezó a hacer realidad!”

“Seguí preparándome, tomaba todas las clases del mundo: canto, baile, mil cosas; sin embargo, mis padres me pidieron que hiciera una carrera universitaria”.

“Mira, yo quería estudiar Medicina y ya me habían aceptado en la UNAM; aunque también tenía la opción de entrar al CEA de adultos, y me decidí por lo segundo”.

“La verdad es que me apoyaron siempre; a lo mejor tenían el miedo de qué iba a ser de mi vida, pero ha valido la pena”.

“Fue increíble. Entré hace casi 26 años y a la par, empecé a trabajar en las telenovelas; aunque mi gran pasión era el teatro musical, la vida me llevó por este camino y he podido compaginar ambas cosas”.

“No. Mi carrera ha sido un camino de ensueño y nunca he tenido que batallar para tener trabajo. Creo que siempre he estado en el lugar y en el momento perfecto para que me den los papeles y he participado en proyectos muy afortunados que me han abierto las puertas para otros, más que las relaciones públicas o un dedazo”.

“Así es, me embaracé cuando tenía 23 años, era superniña (ríe), y ausentarme fue la mejor decisión que pude tomar en ese momento, pues aunque sabía que a lo mejor se olvidarían de mí, cuando tuve a mi hija Isabella en mis brazos, supe que tenía que estar con ella y fue lo mejor que me pasó”.

“No te miento, no fue fácil, porque ella estaba muy chiquita cuando me separé de su papá, Pierre Angelo, y aunque no me gusta usar el término ‘madre soltera’, tuve que aprender a serlo”.

“Sí, tenía que hacerlo, además, debía cuidar a Isabella, no podía dejarla sola. Siempre le agradeceré a Carla Estrada que me haya dado la oportunidad en la telenovela Pasión, que fue donde regresé con todo y con mucha fuerza, por y para mi niña, para sacarla adelante”.

“Evidentemente, duele terminar una relación, pero con el tiempo me di cuenta de que fue lo mejor. Afortunadamente, él y yo siempre supimos que nuestra prioridad era Isabella, entonces, seguimos unidos por el bien de nuestra hija”.

“Sí, con Rubén Zamora, con él tuve a mi hijo Patricio, que ya tiene 11 años. Sin embargo, cuando pasó eso yo ya sabía que no me iba a morir de amor, además, ya tenía a dos pequeños que debía sacar adelante”.

“Las cosas no han sido tan fáciles como con Pierre, pero ahorita estamos en un muy buen momento por el bien de Pato”.

“Creo que debe haber un equilibrio en todo; en mi casa hay reglas y debe de haber una autoridad, porque si no las hay o no se cumplen, la juventud termina como está ahora. Sin embargo, también debes ser flexible y empático, porque al final tus hijos te deben de tener confianza y no miedo”.

“Sí, ¡y me encanta! Isabella está estudiando comedia musical, estaba en Nueva York, pero por la pandemia regresó a México y sigue tomando sus clases en línea. Pato recientemente filmó una película junto a Arath de la Torre y se emocionó mucho, me recuerda a mí cuando empezaba, porque para él esto es un juego padrísimo”.

“Es padrísimo, ahora entiendo a mi mamá, que siempre me apoyó y me acompañó en este camino. Aunque sí me gustaría que tuvieran un plan B”.

“Después de lo que he vivido, puedo decir que soy una mujer mucho más fuerte y consciente. Justo acabo de vivir otra separación, pero estoy enfocándome en mis hijos y en mi trabajo. Uno decide qué tanto quiere sufrir o aprender; la vida no se acaba por una ruptura”.

“Si llega, bienvenida, pero no es algo que me quite el sueño”.

“Como una mujer con mucho amor, pero también me veo con compasión, por los momentos difíciles que he pasado. A veces me equivoco y voy para atrás, pero siempre hay un nuevo comienzo y un aprendizaje”, concluyó