Mauricio Herrera da nuevos detalles sobre su estado de salud y recuperación

Hace unas semanas, te informamos que Mauricio Herrera, de 86 años, y su esposa, Luhana Gardi, de 51, se habían contagiado de Covid-19, y que el actor había estado muy delicado de salud, por lo que su familia decidió internarlo en un hospital privado, y afortunadamente, nos enteramos de que sus sobrinos se hicieron cargo de todos los gastos, para que él solamente se preocupara de su recuperación. Al respesto, buscamos al también comediante para preguntarle sobre el avance en cuanto a su salud.

-Mauricio, ¿cómo se siente luego de haber tenido Covid-19?
“Fueron 14 días muy difíciles, realmente me ayudaron mucho en el hospital porque estuve en peligro de muerte. Me recuperé gracias a la pronta respuesta de los doctores que me atendieron, les agradezco al doctor Moreno y el doctor Gómez, que me sacaron adelante. Además de la buena actitud que tuve en todo momento es que lo puedo ahora contar”.

Mauricio Herrera reaparece tras hospitalización por Covid-19

-Afortunadamente su buen humor y la actitud, le ayudo a salir adelante ante esta enfermedad...
“Por supuesto, los problemas se resuelven, la vida es la que se nos va”.

-¿Sabe en qué momento se contagió? Sabemos que se cuidaba mucho...
“Es lo que no sabemos, y hasta tengo un libro llamado ‘Sé grande, no viejo’, en el cual, explico todos mis cuidados personales. Porque ya tengo 86 años y platico cómo me he cuidado a través de los años. Qué ejercicios he realizado, qué suplementos tomo, qué actitud tengo ante la vida y el trabajo, y todas esas cosas que son importantes para vivir”.

Mauricio Herrera Covid-19 Salud Recuperación Sobrinos Esposa Tratamiento — Archivo TV Notas | Su esposa también enfermó, pero ella pudo recuperarse en casa.

-¿En algún momento tuvo problemas de respiración?
“No, yo nunca presente problemas de respiración, debido a que tomé clases de canto durante 40 años, entonces tengo bien mis pulmones. Además gracias a la rapidez que reaccionaron todos para llevarme al hospital, fue que estoy aquí”.

-¿Cómo determinaron que la diarrea era parte de este virus?
“Porque me fui a tomar una prueba de antivirus ya que tenía temperaturas altas, ahí fue que se dieron cuenta de que tenía Covid-19. Y ahí me dijeron ‘hay que internarlo de inmediato’, y dijimos '¿dónde si la ANDA no existe?, no existe nada que me proteja'; yo no tengo seguro de vida y estaba muy desprotegido. Pero afortunadamente gracias al apoyo de unos sobrinos míos fue que se pudo solventar el gasto, yo no voy a pagar nada. Lo más importante es que me restablezca y sigamos aquí dando lata”.

-¿Por qué no solicitó el apoyo de la ANDA, para su hospitalización?
“Lo que pasó fue que mi esposa fue quien decidió y no quiso arriesgarse a que se viera afectada mi salud, luego con la experiencia que vivimos con mi amigo Héctor Ortega, él si pidió el apoyo y estuvo brincando de hospital en hospital y no tuvo la atención debida, a tal grado de morir. Por eso me metió a un hospital privado y mis sobrinos dijeron que me iban a llevar a hospedarme al mejor hotel de cinco estrellas, e ingresé al ABC y gracias a Dios ya salí. Sigo con mi tratamiento y ahora ya es cosa de cuidarme poco a poco para salir adelante”.

-¿Qué pasaba por su mente en esos momentos cuando estaba internado? ¿Pensó que no la libraría?
“No, nunca me pasó la idea por la cabeza de morirme. He vivido muchísimos años, sin embargo en algún momento te va a llegar la muerte, pero no era lógico que me llegará en ese momento cuando estás bien. Pero nunca pensé que me iba a morir, mi actitud me sacó a flote, y el doctor me puso ‘Eres un campeonazo’, y hasta le dije ‘soy un campeón sin corona...virus (ríe)’”.

-¿En algún momento lo metieron a terapia intensiva o estuvo con respirador?
“Para nada, nunca me conectaron a un respirador porque no me faltó en ningún momento la respiración. Estuve en puros tratamientos y me despertaban a las 3 de la mañana para sacarme sangre, no dormí para nada los 15 días. Llegué a dormir a mi casa porque no me dejaban descansar y todo el tiempo estuve en mi habitación, donde me pusieron células madre, plaquetas y plasma, ya que este último también me lo pusieron en la cara porque ya la tenía un poco arrugada (ríe)”.

-Vemos qué su organismo respondió favorablemente al tratamiento...
“Gracias a Dios me siento bien, me siento fuerte, ahorita estoy haciendo pesas de las chiquitas, ya que las quiero vender (ríe). Sigo con el mismo tratamiento que llevaba en el hospital, pero ahora mi esposa es quién me lo aplica en casa”, finalizó.