Rodrigo Cachero en Navidad nos cuenta esto: “Lo más importante es compartir en familia”

La pareja de actores, Rodrigo Cachero, de 43 años, y su esposa, Adianez Hernández, de 30, nos platicaron que están muy contentos, pues este año lo califican como increíble, ya que además de gozar de excelente salud, de disfrutar de sus hijos y de estar juntos, ambos se encuentran trabajando mucho; él en la telenovela Las malcriadas, y ella en La hija pródiga, además de conducir la cuarta temporada de Escape perfecto.

También nos compartieron cómo pasan y se organizan para estas fechas decembrinas.

-Rodrigo, ¿cómo fue para ti este año?

“La verdad es que fue increíble: mi hijo más grande (Santiago, de una relación anterior) entró a la universidad, el más chico (Ian) al kínder, mi esposa grabó la cuarta temporada de Escape perfecto y participa en la telenovela La hija pródiga, y por mi parte, estoy en Las malcriadas; la verdad es que no podría pedir más, me siento agradecido y afortunado”.

-Platícanos cómo festejan o celebran estas fechas decembrinas...

“En nuestro caso, es un poco complicado porque toda la familia de Adi vive en Cancún; ella, obviamente quiere estar con ellos, y yo por mi cuenta, pues compartir con los míos, así que por estas fechas me reúno con mi familia materna y mi esposa se adelanta para festejar con sus papás, y en los días siguientes de la Navidad, los alcanzo”.

-¿Ya le escribiste tu carta a Santa?, ¿qué le vas a pedir?

[comments]“Claro, ya la hice, y espero que me traiga muchos regalos, pero principalmente más serenidad. Me parece que en la actualidad, en este mundo vivimos muy acelerados, nos la vivimos en el estrés, y en estos días y estos momentos donde estoy tranquilo y sereno, fluyen más y mejor las cosas; creo que sería un bonito regalo para mí”.[/comments]

-Rodrigo, ¿y tú en qué ayudas en la cena de Navidad?, ¿eres de los que se mete a la cocina?

“La verdad, no (ríe), porque mi tía y mi abuelita cocinan muy bien; mi abue prepara año con año un bacalao, que en casa es tradición, aparte de los romeritos y el pavo. Pocas veces he comido un bacalao tan rico como el de la abuela, ¿para qué lo echo a perder?, mejor aprovecho que todavía la tengo y, claro, ella es la más feliz de hacer la cena y nosotros de disfrutarla. Yo mejor llevo los refrescos, el vino y la botana; aún no se ha hablado de qué es lo que voy a aportar, por lo pronto llevo a mi mujer, a mi hijo y las ganas de comer, ¡el hambre! (ríe)”.

-¿Y qué esperas para 2018?

“Sé que será un gran año, nos tiene que ir bien a todos, en todos los aspectos; el 8 es un buen número, y si lo volteamos, se convierte en un infinito, así que pensemos positivo y no tendrá por qué irnos mal. Siento que aunque el mundo está siempre al límite de la guerra, el amor va a triunfar; mientras haya vida, hay esperanza”, finalizó.