¡Superan la prueba! Para Raquel Bigorra y su hija las clases en línea fueron todo un reto
La conductora Raquel Bigorra, de 47, le sacó provecho a esta pandemia por la COVID-19, pues además de unirse más como familia, ha podido gozar a su hija Rafaella, de 6 años, y ayudarla en sus clases en línea. Platicamos con la cubana y nos contó que le costó mucho trabajo que su hija estuviera concentrada frente a la computadora:
-¿Qué aprendizaje te ha dejado toda esta pandemia?
“Han sido muchos, pero lo más importante es que hemos pasado mucho tiempo con la familia, en nuestro espacio, nos hizo mirar hacia adentro otra vez; mi esposo y yo estamos muy contentos como familia y matrimonio, disfrutamos la vida como si fuera el primero y el último día”.
“Han sido muchos, pero lo más importante es que hemos pasado mucho tiempo con la familia, en nuestro espacio, nos hizo mirar hacia adentro otra vez; mi esposo y yo estamos muy contentos como familia y matrimonio, disfrutamos la vida como si fuera el primero y el último día”.
-¿Cómo te va con la escuela de tu hija Rafaella?
“Me ha tocado apoyarla en todo; el primer trimestre, cuando arrancó todo por Zoom, fue muy difícil para mí, el año pasado fue más leve, y ahorita ya es muy fácil. Va en primero de primaria, me tocó todo lo de escritura y lectura. Le digo a mi marido que mi regalo durante esta pandemia fue estar con Rafaella en todo, eso no lo vamos a volver a vivir; el trabajo va y viene, pero la familia no. Lo que tú construyes con tus hijos será para toda la vida, y eso me hace sentir contenta”.
“Me ha tocado apoyarla en todo; el primer trimestre, cuando arrancó todo por Zoom, fue muy difícil para mí, el año pasado fue más leve, y ahorita ya es muy fácil. Va en primero de primaria, me tocó todo lo de escritura y lectura. Le digo a mi marido que mi regalo durante esta pandemia fue estar con Rafaella en todo, eso no lo vamos a volver a vivir; el trabajo va y viene, pero la familia no. Lo que tú construyes con tus hijos será para toda la vida, y eso me hace sentir contenta”.
-¿Qué fue lo más difícil de sus clases?
“Lograr su atención a través de una cámara de una computadora y tratar de que ella estuviera concentrada aunque sea tres minutos, pero a base de amor y dedicación lo logramos. Yo me sentaba con ella y ahora ya la puedo dejar, gracias a Dios”.
-¿Rafaella ya va a clases presenciales?
“Todo es una readaptación, pero ahí vamos. La escuela me dio la opción de tomar clases en tipo híbrido, pero vamos a esperarnos este primer trimestre a ver cómo se dan las cosas y vemos si ya la podemos mandar”.
“Todo es una readaptación, pero ahí vamos. La escuela me dio la opción de tomar clases en tipo híbrido, pero vamos a esperarnos este primer trimestre a ver cómo se dan las cosas y vemos si ya la podemos mandar”.
-¿Tu esposo te apoyó con las clases?
“Sí, entre los dos, a veces la conecta él o yo; a mí me toca español y a mi marido las matemáticas. Nos dividimos la chamba y eso nos ha unido más como familia”.
“Sí, entre los dos, a veces la conecta él o yo; a mí me toca español y a mi marido las matemáticas. Nos dividimos la chamba y eso nos ha unido más como familia”.
-¿Te desesperabas con los trabajos o las tareas?
“La verdad, sí, pero esto no es fácil para nadie; con amor y comprensión fuimos avanzando y afortunadamente todo salió bien”.
-¿En un futuro te gustaría buscarle un hermanito a Rafaella?
“No, y menos con esta pandemia; ella tiene a su hermano mayor, que es hijo de mi esposo, y se adoran, pero más hijos ya no”.
“No, y menos con esta pandemia; ella tiene a su hermano mayor, que es hijo de mi esposo, y se adoran, pero más hijos ya no”.
-No ha sido todo tan malo...
“La pandemia nos dio tiempo para estar juntos, no tengo cómo pagarlo. De todo lo malo, siempre hay algo bueno, y esto fue lo bueno”, finalizó.