Todo sobre el cuadro de Silvia Pinal que pintó Diego Rivera

Silvia Pinal, de 88 años, fue pintada ni más ni menos que por el muralista mexicano Diego Rivera (q.e.p.d.), quien además fue el primero en pintar a la actriz, pues aún era muy joven y comenzaba a hacerse de un nombre en el cine de oro mexicano.

Se sabe que la relación amistosa de Silvia y Diego se dio a partir de que el arquitecto que estaba a cargo de construir la residencia de la actriz, los presentó; dejando a Silvia en las mejores manos que podían interpretar su belleza. La entonces actriz de 25 años, decidió posar de pie, sin saber que Diego tardaría horas y días en retratarla.

A lo largo de varios días, Silvia y Diego mantenían encuentros por las tardes para que el artista mexicano terminara de pintarla y durante esas citas se volvieron muy buenos conversadores. Dicen que, Diego sí llegó a enamorarse de la también productora, pero ella no le correspondía.

Diego manifestó que Silvia podría ser su mejor desnudo, pero la actriz no quería que sus invitados la vieran desnuda en la sala de su casa, pues ya había mandado a levantar una pared de piedra, para poder lucir su famoso retrato.

La pintura fue un regalo de Rivera para la matriarca de las Pinal y se lo entregó el 3 de noviembre de 1956, día de Santa Silvia, la mamá de un médico bastante conocido en la iglesia de Roma, donde todos sus feligreses le rinden honores en la fecha mencionada y les suelen pedir favores mediante oraciones para la purificación de sus corazones.

El cuadro formó parte de la escenografía en todas las temporadas de ‘Mujer casos de la vida real', unitario creado por doña Silvia. Ha servido de escenografía en diversas entrevistas que le han realizado algunos periodistas de espectáculos. Y de hecho, Itatí Cantoral usó el vestido original y propiedad de la actriz para grabar la escena de su bioserie, justo donde Diego la pinta.

Hasta el día de hoy, la última diva del cine de oro mexicano ha declarado que está valuado en poco más de 3 millones de dólares (71,0010,000 pesos) y lo donará a la casa museo en la que vivió el muralista mexicano, aunque confirmó que los derechos de la pintura los tendrán sus hijas, Sylvia Pasquel y Alejandra Guzmán.