Chupicósmica: Remedios para curar el mal de amores
¿Te has enamorado? ¿Notas que te gusta todo de esa persona?¿Sientes como que flotas? No se llama Laura, ni Raúl, se llama OXITOCINA. La hormona del amor, de la calma y del contacto.

Canva
Para que sobreviva la especie, es necesario que un par de jóvenes se sientan tan bien juntos que dejen la seguridad y comodidad de sus casas para formar su propia familia. Abrazar a un bebé genera tal bienestar que, a pesar del llanto, las molestias y necesidades infinitas, las mamás no los abandonarán. Cuando empezamos una relación de contacto físico con alguien la oxitocina sube.
Si, además, el contacto genera placer, segregaremos dopamina, que es la hormona de la recompensa y la satisfacción. En pocas palabras, cuando nos enamoramos estamos como drogados. Si además tenemos heridas no sanadas que nos hacen sentir que algo nos falta, o que no somos suficiente, será muy fácil caer en la fantasía de que un amor es justo lo que nos falta.
Hasta aquí todo medio cuadra, pero ¿qué pasa cuando la persona que escogimos para amar no nos ama o tiene pareja, o tiene miedo al compromiso y no nos quiere como nosotros le queremos? ¡Ahí empieza el mal de amores! Se nos va el hambre, el sueño, las ganas de vivir.
Por ello te compartimos un ejercicio, un ritual y una visualización para decirle adiós a la ansiedad y la tristeza que podría estar padeciendo por un amor no correspondido. Ve por tu revista TVNotas impresa o digital para conocerlo.