Historias trágicas de la realeza: La emperatriz Sissi y la actriz Romy Schneider, terribles vidas paralelas
Isabel de Baviera y la intérprete enfrentaron grandes tragedias a lo largo de sus vidas, pero en siglos diferentes.
La emperatriz Elisabeth, Sissi como cariñosamente le decían, fue un personaje que desafió las normas de su época y dejó un legado que perdura hasta nuestros días. Su nombre se popularizó en el siglo XX cuando la actriz austriaca Romy Schneider le dio vida en el séptimo arte en los años 50.
Sissi, proveniente de una familia noble, nació en 1987 y no estaba destinada a ser emperatriz. A los 15 años conoció a su primo Francisco José I, quien a los 18 años se había convertido en emperador de Austria.
La madre del emperador quería que se casara con su prima Elena, hermana mayor de Sissi. Sin embargo, le atrajo la energía y rebeldía de su prima pequeña. Fue entonces que Francisco José tomó.
la decisión de casarse con ella, y según los relatos de la época revelan que fue la primera vez que el emperador se enfrentó a su madre, quien había planeado quién sería su nuera.
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Sissi y el emperador se casaron en Viena. La nueva emperatriz no consiguió adaptarse a las rígidas normas de la corte vienesa.
Era inteligente, sensible e imaginativa, amante de la naturaleza y de la equitación. Prefería pasar tiempo al aire libre que en las sofocantes salas de palacio.
Su personalidad rebelde y su negativa a seguir las reglas la pusieron en conflicto con su suegra, la poderosa archiduquesa Sofía, que posteriormente decidió que ella se encargaría de la educación de sus nietos.
Sissi se convirtió en un ícono de la moda. Su estilo elegante y sofisticado la convirtió en una de las mujeres más admiradas de Europa. Era famosa por su belleza, su cabello largo y castaño y sus elaborados vestidos.
También era una mujer culta y apasionada por las artes. Pintaba, escribía poesía y tocaba el piano con gran talento. Era una gran admiradora de la literatura y el teatro.
La emperatriz era conocida por su obsesión con su belleza. Se sabe que pasaba horas peinando su cabello y cuidando su piel. A pesar de su riqueza, reciclaba sus vestidos y evitaba gastar dinero en cosas innecesarias.
La vida desgraciada de la emperatriz
La vida de Sissi no estuvo exenta de tragedia. Enfrentó la muerte de su primogénita Sofía a los dos años. Luego de la muert3 de su hija, la emperatriz se sumergió en la tristeza al sentirse culpable del fall3cimient0 de la pequeña, por lo que optó por permitir que su suegra educara a sus hijos.
También la de su único hijo varón, Rodolfo, quien se quitó la vida a los treinta años junto a su amante. Este evento la sumió en una profunda tristeza de la que nunca se recuperó por completo.
Al parecer, el príncipe heredero tuvo problemas psicológicos derivados de una educación militarizada y de la falta de afecto de sus padres.
El trágico final de Sissi
Luego de la inesperada partida de su hijo, Sissi no salió jamás del luto. Acusó a la corte vienesa de haber causado el fallecimiento de Rodolfo y al no hallar paz, comenzó a viajar sola frenéticamente. Se escondió tras un velo y jamás volvió a usar ropa de color.
Sissi murió a los sesenta años en Ginebra, Suiza, luego de un atentado que sufrió mientras iba a abordar un barco. La emperatriz fue atacada por una persona que pasó junto a ella.
Sin embargo, no se dio cuenta -ni su comitiva- que se trató de una agresión hasta que Sissi se desvaneció cuando el barco ya había zarpado.
Al revisarla, se dieron cuenta de que tenía una herida cerca del pecho. La emperatriz había sido apuñalada y perdía mucha sangre. Horas más tarde falleció.
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Romy Schneider: Una Sissii del siglo XX
Romy Schneider fue una actriz austriaca que alcanzó la fama mundial por interpretar a Sissi en la trilogía de la emperatriz en los años 50 (Sissi, Sissi emperatrizy El destino de Sissi). Su belleza, talento y encanto la convirtieron en una de las estrellas más populares de la época. Su personificación cautivó al público y la catapultó a la fama internacional.
Schneider, como Sissi, también tuvo una vida de contrastes. En los años 70 su vida se volvió turbulenta, con adicción a la bebida y depresi0n. Perdió a su primera hija antes de que naciera. En 1981, su hijo David murió a los 14 años tratando de brincar una reja. Pocos meses después su esposo se suicidó. Romy nunca se pudo recuperar de estos golpes y falleció a los 42 años de un ataque al corazón.
La tragedia marcó la vida de Sissi y de Romy, dos mujeres que a pesar de ser de diferentes épocas tuvieron destinos similares que terminaron en una inesperada muerte.
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