Cómplice del amor entre Luis Miguel y Mariah Carey cuenta detalles de su relación

En la tercera temporada de Luis Miguel: la serie se narró el intenso romance que el cantante, de 51 años, tuvo con Mariah Carey, de 52, y sobre éste, Ana Oscós, quien trabajó para la cantante como traductora, nos cuenta las aventuras que ellos vivieron:

“Fue gracias al señor que administraba la casa de Acapulco de Luis Miguel, pues fue a mi casa a pedirme que le ayudara”.

“A traducir a una de las visitas, que según él hablaba un inglés raro; esta persona se llama Michael y era el asistente de Mariah”.

“Hablé con él y como era la única que lo entendía, me preguntó si podía trabajar para ellos, que me pagarían muy bien y en dólares; yo ya tenía chamba, pero acepté, sólo faltaba que Luis Miguel lo aprobara y, cuando lo hizo, los ayudé en todo”.

“Mariah llegó al aeropuerto de Acapulco y, cuando bajó del avión, me dijo: ‘Ana, gracias por todo’. Después subimos a una camioneta de Luis Miguel con rumbo al hotel Las Brisas, le pagó la suite presidencial”.

-¿Por qué no la recibió en su casa?
“No sé, se me hizo muy raro, pero cuando se instaló, me llamaron para llevarla a casa de Luis Miguel, le tenían preparada una cena. Al llegar a la casa, se acomodó en la sala y minutos después Luis Miguel bajó por una escalera de caracol y la trató padrísimo”.

“Obviamente, ella se quedó a dormir ahí, aunque tenía su habitación en el hotel. Al otro día que regresé, Luis Miguel se me acercó y me dijo: ‘Ya te quería conocer, muchas gracias por todo’. Luego, chistoso, me contó que ella moría por ver La novia de Chucky en el cine”.

“Luis Miguel mandó a cerrar el Cinemark de la plaza de la Costera para que pudieran disfrutar solos y les llevamos unas lujosas copas para que tomaran vino tinto”.

“Otro día llegué a la casa y vi un helicóptero, se iban a ir a la laguna a esquiar y a visitar otra casa de Luismi; Michael me dijo que les ayudara con la cena y llevé helado de dulce de leche, el favorito de Micky, para el postre”.

“En este viaje, Luis también la llevó al Baby’O, pero a ella no le gustó, dijo que estaba horrible. También fueron al Palladium y me pidieron que los acompañara porque es un lugar muy grande; esa vez él me dijo: ‘Te voy a pedir un superfavor, si alguien te pregunta qué haces para mí, le dices que eres mi asistente de relaciones públicas’”.

“No sé, pero le hice caso. Mucha gente los reconoció y ella fue encantadora con los fans, estaba foto y foto, pero él como que no sabía si ‘pelaba el diente’ para la foto o no”.

-¿Cuántos días estuvo Mariah?
“La primera vez, cuatro días, pero cada que venía yo trabajaba con ella y los ayudaba en sus aventuras; sólo estuve en la primera parte de su relación porque luego me fui a Monterrey, pues mi esposo consiguió un trabajo allá”.

“Es encantadora, muy buena persona, humilde y cero mamila. Una de tantas veces que vino, me dijo que quería ir a un mercadito sin escolta para no llamar la atención. Ella llevaba gorra y lentes, compró paliacates de todos colores, vasitos de tequila con arenita y recuerdos de Acapulco para sus amigos. Más tarde, me pidió que la llevara a una tienda de discos porque quería comprar la música de Luis Miguel de chiquito, pues a él no le gusta escuchar su música en casa”.

“Nunca, él jamás me dio un peso, siempre fue el equipo de Mariah el que me pagó con dólares”.

-¿Crees que Luis Miguel salió perdiendo?

“Claro, porque era una superchava y se veía que lo quería mucho”, finalizó.