Ernesto Laguardia tiene muy presente a su papá

Ernesto Laguardia, de 61, quien cuenta con una exitosa trayectoria de más de 45 años, se encuentra feliz por su regreso a Televisa en la telenovela ‘Contigo sí', donde dará vida al “Doctor Gerardo Vega”, la cual se estrena el 11 de octubre a las 4:30 p.m. por Las Estrellas. Platicamos con el actor, quien nos contó desde sus primeros años de vida, los inicios de su carrera, y sobre de su papá, don Enrique (qepd), a quien tienen muy presente sus hijos: Barbarita, de 13; Santi, de 12; y Emiliano, de 10, aunque no lo conocieron físicamente:

“Nací en la CDMX, soy el último de cuatro hermanos. Mi padre era médico cirujano, el doctor Enrique Laguardia (q.e.p.d.), un hombre muy trabajador que luchó siempre por darnos lo mejor: educación, formación y valores; fue un papá maravilloso, pero ya se nos adelantó, aunque siempre está con nosotros...”.

“Tiene una relación muy especial conmigo, con mis hijos, con mi mamá y con mis hermanos; aunque mis hijos no lo conocieron físicamente, lo adoran, siempre platican con él, y mi hija Barbarita, sobre todo, tiene una relación muy especial con él”.

“Porque vivimos muchos años en la casa donde él falleció y cada vez que ella lloraba, se prendía la luz; al principio nos asustamos, pero después le decíamos: ‘Pa’, déjanos dormir’ (ríe), sentíamos que era él; incluso, un día cuando mi hija vio una foto de su abuelito por primera vez, dijo: ‘Abu’, y le dije a mi esposa: ‘Tú le enseñaste la foto de mi papá’, y me respondió: ‘No’, y yo: ‘¿Cómo que no?’, pues la vio y supo que era su ‘abu’; desde entonces lo adora”.

“Ya hace veintitantos años, de un infarto. Era un hombre muy querido, siempre pensando en sus pacientes, un hombre a todo dar; siempre lo recordamos con mucho amor. Mi mamá se llama Yolanda, es una señora muy inteligente, estudió Filosofía y Letras; gracias a Dios sigue con nosotros, la quiero mucho y mis hijos igual aman a su abuelita”.

“Era tímido, tocaba el acordeón muy bien, jugaba basquetbol y me gustaba mucho el espiro: un poste con una cuerda y una pelota al final; ahora tengo uno en mi casa y juego mucho con mis hijos. Les inculco esos juegos de antes que yo jugaba, como el avión, las canicas, el trompo, el balero, la cuerda... los juegos que necesitaban imaginación. Jugamos mucho futbol, beisbol, y también juegan con los juegos electrónicos”.

“Era aplicado, iba en la Escuela Moderna Americana, ahí estuve toda la vida y la disfruté, aunque era como militar. Todavía nos vemos con los compañeros, como la productora Rosy Ocampo, nos conocemos desde niños”.

“Por aras del destino empecé a hacer comerciales desde los 11 años; un día llegó una chica y me dijo: ‘Vamos a hacer un comercial, acompáñame, vamos ir a ver lo de la ropa’, era en la compañía Araiz Condoy Producciones S.A. de C.V., por San Ángel (CDMX), y ahí me dijeron: ‘Vente con nosotros’ e hicimos seis comerciales de un refresco; de ahí me seguí con más comerciales, pasarelas, fotografías, y así estuve muchos años”.

“Entré a estudiar actuación en el Instituto Andrés Soler, de la ANDA, y llegó la oportunidad de hacer la película Dunas, fue increíble; ahí fue cuando dije: ‘Voy a ser actor’”.

“Entré como bailarín a un programa que se llamaba Sábados del rock, producido por Luis de Llano y Marco Flavio Cruz, y hacía trabajos como extra”.

“Bien. Mi primera participación fue en la telenovela Amalia Batista, un bit de acción (ríe). Luego hice un casting para ¡Cachún cachún ra-ra!, de Luis de Llano, ahí hice un personaje que se llamaba ‘Neto’; después entré a la obra Aroma de cariño, con María Rojo y Manuel Ojeda... siempre hice teatro”.

“Sí, hasta que llegó Carla Estrada con la telenovela Pobre juventud; y después vino el casting de Quinceañera (1987) y me quedé”.

“Sí, ‘Pancho’ me cambió la vida cien por ciento, tanto en lo profesional y personal, me permitió entrar a los protagónicos; ya no podía salir a la calle. Gracias a Dios no me puedo quejar de todas esas experiencias tan bonitas que he vivido en esta carrera, que me sigue apasionando, y tener el cariño del público”.

“Sí, me gusta muchísimo la conducción, Hoy me encanta, es parte de mi vida, me dio un gran aprendizaje; espero en algún momento poder regresar a algún programa matutino”.

“Muy bien, Paty es muy buena mamá y esposa; se está desarrollando profesionalmente con sus diseños de telas. Estoy muy contento con mi familia, tenemos tres hijos maravillosos; son tan divertidos, la paso muy bien”.

“No sé si alguno vaya a seguir esta carrera, pero lo que ellos quieran los voy apoyar, quiero que sean felices, que disfruten su niñez, después habrá tiempo para madurar”.

“Bárbara toca el violín, habla japonés, le gusta coser, es muy divertida y estudiosa; a Santi le encanta pescar, bucear, y los animales, es muy sensible; y el chiquito, Emiliano, es muy travieso, chistoso, hace robots en sus clases de robótica, va a ser conciliador cuando crezca”.

“Con mis tres hijos estoy muy bien, y con tanta cosa en el mundo está complicado traer otro ser; hay que pensar bien en tener otro hijo... estamos tomando la decisión”.

“Sentirme bien. Paty me ayuda mucho, llevo una alimentación sana y hago un poco de ejercicio: bicicleta, moto, montar a caballo, me gusta correr, caminar en el bosque y esquiar... un poco de todo”.

“Muy agradecido con la vida por esta oportunidad de pisar Televisa después de cinco años, es un protagónico padrísimo; estoy muy agradecido con Nacho Sada, Jorge Eduardo Murguía por la oportunidad. Me siento bendecido por Dios, por mi familia y por el cariño del público; soy muy feliz”, finalizó.