Famosos que enfrentaron una difícil y dolorosa infancia

Varios son los famosos que durante la infancia no la tuvieron fácil, se enfrentaron al abandono, la separación de sus padres, la violencia intrafamiliar, el hambre, la pobreza, la falta de un hogar, así que para ellos no había Día del Niño. Fue su esfuerzo y fortaleza de carácter, sus ganas de salir de esa vida difícil lo que los impulsó a una vida mejor.

Uno de estos casos fue el de la jarocha Yuri, para quien la infancia fue un tramo muy complicado, pues al lado de su madre abandonaron su natal Veracruz escapando de su padre y en busca de una oportunidad en la música la cual, ha relatado, tardó en llegar y mientras tanto pasaban hambre, frío y sin tener un lugar digno para vivir.

De acuerdo con la historia que ha platicado, Chabelo fue un apoyo, pues en alguna ocasión les dio dinero para comer; además vivían en un cuarto que, como no pagaban, eran un sitio casi inhabitable.

“Yo lloraba mucho, decía ‘mamita, regresémonos ya, extraño mi cama, extraño mi casa, extraño a mi hermanita, extraño a mi hermano, extraño mis cosas’ y me decía ‘no, nos vamos a regresar porque entonces vamos a darle la razón a tu papá y no; y yo sé que tú tienes potencial y tú vas a ser una estrella’”, confesó Yuri.

Tras la salida de su primer disco, las cosas no resultaron como esperaba, le fue mal; de hecho por ese tiempo cumplió 15 años los cuales no tuvo ni la oportunidad de celebrar.

“Un día yo me paré, cuando cumplí 15 años, y dice mi mamá ‘no hay para festejar’, le dije ‘no pasa nada, un helado’, ahí le dije ‘mami el día que sea famosa y tenga dinero voy a comprarme todo lo que quiera y vamos a tener la casa más bonita’, mi mamá decía ‘si mijita, si mijita, ya viene, ya viene bajando’ y así fue”.

Mauricio Ochmann, por su parte, vivió una difícil infancia y adolescencia luego del abandono de sus padres biológicos, para su fortuna fue adoptado aunque por partida doble, ya que la primera vez sus padres se divorciaron.

Aunque intentó averguar la identidad de sus padres biológicos, esas dudas lo persiguieron por mucho tiempo, impidiendo su tranquilidad y desde muy temprana edad encontró refugio en el alcohol.

“Desde niño conocí el alcohol, habré tenido como ocho o nueve años. Con todos esos fantasmas y ese rollo que estaba viviendo me gustó la sensación, la fuga de todo lo que sucedía”.

En la adolescencia empezó a crecer la adicción, comenzó a ser gradual hasta que requirió ingresar a rehabilitación y a los 16 años, optó por irse a vivir con su primer padre adoptivo y años más tarde, tras tocar fondo, comenzó su proceso de sanación.

Bárbara Mori ha revelado su dura infancia a causa de la violencia sufrida a manos de su padre y el abandono de su madre, que logró dejar atrás a base de arduo y constante trabajo.

“A mí me rompieron de niña, mi padre, con su adicción y violencia, y mi madre, con su abandono. Al crecer rodeada de golpes y abusos psicológicos se generó en mí la creencia de que yo no era lo suficientemente buena en nada como para haber merecido el amor de mis padres”.

La actriz comenzó a trabajar a los 14 años como mesera para poder ahorrar y escaparse de la violencia que vivía en mi casa.

“A pesar de que me rompieron por dentro siendo tan pequeña y me ha costado tanto trabajo juntar mis pedacitos, estoy agradecida por poder estar de pie, consciente y convencida de que todo lo que nos sucede trae detrás un gran aprendizaje. Hoy, con la vida que me he construido, soy muy feliz y estoy muy agradecida”, ha declarado la uruguaya Bárbara Mori.

El actor Eduardo Yáñez enfrentó la ausencia de su padre y el complejo trabajo de su madre, quien era celadora, por lo que estuvo rodeado de violencia desde temprana edad, ya pasó buena parte de su infancia en la cárcel.

Por ese lado es como se explica el temperamento del actor, con el cual ha batallado durante toda su vida, pero como él lo ha mencionado, esos recuerdos lo persiguen y a esto se le suma que al pasar de los años, el lugar donde vivía era una batalla constante con otros jóvenes que le querían quitar el dinero de lo que vendía en las calles.

"Éramos chavitos que trabajamos vendiendo gelatinas, paletas, boleando zapatos y siempre había chavos en la otra cuadra que te querían bajar el dinero ya una vez que te lo habías ganado, teníamos que defendernos, no había otra manera más que a golpes, también la disciplina en mi casa mi mamá la implanteaba a golpes, siendo celadora en la cárcel, tenía un carácter muy fuerte y su manera de educarme era a golpes”, expresó, así que tanto los sucesos de su infancia como de su adolescencia forjaron ese carácter.

Desafortunadmente también fue víctima de las adiciones que, aunque logró salir de éstas, lo hicieron más que fuerte, duro de carácter.