Ferdinando Valencia, de 37 años, Brenda Kellerman, de 31, y Tadeo, de 8 meses, nos abrieron la puerta de su hogar y compartieron con nosotros la tradicional partida de rosca de Reyes, misma que adelantaron unos días debido a que pasarán dichas fechas en Costa Rica, donde no se celebra esta tradición. Asimismo, platicamos con los actores, quienes a cuatro meses de la lamentable pérdida de su hijo Dante, nos hablaron sobre cómo han llevado este duro proceso.

Ferdinando (F): “Mis navidades y días de Reyes siempre fueron épocas de fantasía y de creer en la magia. Mis padres me fomentaron disfrutar y continuar con estas bellas tradiciones”. Brenda (B): “En Costa Rica no se celebra el Día de Reyes como en México; fue hasta que llegué aquí cuando me enteré de que les traen regalos a los niños, y desde entonces me encanta sumarme a la tradición”.

F: “Claro, es importante hacerlo para que tenga buenos y bonitos recuerdos. Tadeo aún está chiquito, pero quiero que ya empiece a celebrarlas. En mi familia, estas fechas siempre fueron un espectáculo; el árbol era gigante, partir la rosca era muy divertido y jugar con los juguetes de los Reyes era increíble”.

B: “Sí, él sí llegaba, y era súper bonito y divertido esperarlo; dejaba los regalos a las 12 de la noche”.

F: “Exacto, queremos que Tadeo conozca las tradiciones de ambos países y herede lo mejor de las dos”. B: “Está bonito que tenga ambas”.

B: “No, pero Santa sí, estaremos en Costa Rica. Creo que cada año dependerá de dónde estemos; aquí en México con la familia de Ferdi, los Reyes, o en mi país, Santa”.

F: “Recuerdo cuando a mi hermana y a mí nos trajeron bicicletas padrísimas, modelos viejísimos; n’ombre, fue mi mejor regalo”. B: “Lo mío también fue una bicicleta, se la pedí con mucha fe y sí me la trajo”.

F: “Me hubiera gustado estar con mis papás, pero no toda la familia de Brenda ha podido conocer a Tadeo, y queremos que esté con ellos”.

B: “La Navidad es el pretexto perfecto para que lo conozcan, y sé que cuando lo vean se van a poner muy contentos”.

F: “Es tranquilo, sonriente, cariñoso y casi no llora; nada le molesta, salimos a la calle y anda feliz, no hace berrinches, se la pasa bien en todos lados”.

F: “Dante era muy sonriente y Tadeo el enojón, pero ahora ya no deja de sonreír”. B: “Siempre digo que aquí están los dos; una parte de Dante se quedó en él”.

B: “Sí, hace poco, y fue hermoso; Dante ya no estaba en el hospital, estaba como en una sala, acostado en un sillón. Lo vi más grande, hermoso y muy sano, y lo primero que hice fue abrazarlo y no me despegué ni un segundo de él. Me hubiera gustado que no fuera un sueño y que estuviera pasando de verdad, sólo espero seguir viéndolo en mis sueños, y que éstos me enseñen cómo hubiera sido de grande, quiero verlo crecer, aunque sólo sea de esta manera”.

B: “Es un niño muy sano; siento bonito cada vez que el doctor me dice que está bien, sobre todo después de lo que pasamos con su hermanito, es un consuelo”.

F: “Pasamos momentos muy complicados con Dante y, por eso mismo, que Tadeo esté sano nos llena de tranquilidad y paz”.

F: “Fue un año de muchas experiencias, que pese a todo, no queremos catalogar como malas, sino como lecciones de vida. Este año vivimos cosas muy fuertes, pero preferimos centrarnos en ver todo lo bueno que tenemos a nuestro lado y todas las cosas buenas que son parte de nuestras vidas. Estamos muy agradecidos con lo que Dios nos ha permitido conservar: a nosotros tres juntos”.

F: “Así es, pero nuestra voluntad es buena y tenemos mucha esperanza, queremos enfocarnos en Tadeo”.

B: “No hay nada más bonito que tener un angelito aquí en la Tierra y otro en el cielo, no todo mundo puede tener eso y siento que nosotros somos bendecidos”.

B: “Hemos tenido días buenos y otros en los que simplemente no queremos hacer nada, sigue siendo una situación difícil”. F: “Es un tema muy sensible para nuestro corazón, pero como te digo, hemos tratado de ver el lado bueno, y sabemos que Dios no se equivoca. Lo que sucedió es parte de uno de sus planes. Seguimos tratando de sanar espiritual, mental y físicamente”.

F: “Tadeo es la razón más grande para seguir luchando juntos. Mi vida tiene sentido cuando regreso a casa, abrazo a la mujer que amo y a mi niño. Tenemos que estar bien para no transmitirle cosas malas a él”. B: “Exacto, no podemos estar todo el día llorando, tirados y deprimidos, debemos estar bien para él. Lloramos y sufrimos mucho, pero sabemos que Dante ya está descansando, es un gran alivio”.

F: “¡Gracias! Me siento pleno; llegar a casa y ver a mi mujer y a mi hijo, no se compara con nada, eso vale más que todo lo material. No me falta nada en este momento, así es como quiero vivir y estar siempre”, finalizaron.