Javier Carranza nos revela cómo surgió El Costeño
‘El Costeño’ y su camino al éxito.

Javier Carranza nos revela cómo surgió El Costeño
/Cortesía del comediante y Shutterstock
Ricardo Javier Carransa Gasca conocido como “El Costeño”, de 44 años, es uno de los comediantes más populares de México; sin embargo, no todo en su vida han sido risas. Platicamos con él y nos compartió que, aunque ha atravesado por situaciones difíciles, de éstas ha sacado la voluntad para superarse y lograr sus metas:
-Javier, ¿cómo fue tu infancia?
“Aunque fue difícil, la recuerdo con mucho afecto. Nací y me crie en Acapulco con cuatro de mis hermanos, pues aunque mis papás tuvieron ocho hijos, tres murieron al nacer y sólo sobrevivimos cinco; yo soy ‘el sándwich’. Cuando éramos niños, pasamos por cosas muy dolorosas, pero aun así nada impidió que creciéramos felices”.
-¿Qué dificultades pasaron?
“Lo más doloroso fue la pérdida de mi papá, quien murió cuando yo tenía 8 años. Nos las vimos muy difíciles, pues pasamos por penurias económicas. Sin embargo, recuerdo mi infancia con cariño porque, a pesar de todo, éramos muy libres y desarrollamos nuestras capacidades sociales al máximo”.
-Dinos, ¿cómo fue tu juventud?
“Fui la oveja negra de la familia porque no me sabía estar quieto y siempre andaba de pata de perro”.
-¿Te gustaba el reventón?
“Pues siempre andaba buscando fiestas, pero para actuar, pues desde muy chico tenía hambre de subirme al escenario.
A los 12 me iba a las fiestas infantiles de los vecinos y desde entonces buscaba dónde dar show, aunque no cobrara. Eso me sirvió de práctica, porque a los 16 empecé a trabajar en centros nocturnos”.
A los 12 me iba a las fiestas infantiles de los vecinos y desde entonces buscaba dónde dar show, aunque no cobrara. Eso me sirvió de práctica, porque a los 16 empecé a trabajar en centros nocturnos”.
-Platícanos, ¿cómo fueron tus inicios?
“Yo estaba en tercero de secundaria, más o menos, y tenía que chambear porque no había ni para el recreo ni para los camiones. Pero como mi papá fue cómico, tenía amigos en centros nocturnos y ellos me cobijaron para poder entrar a trabajar, aunque era un suplicio porque salía de la chamba de madrugada y al otro día en la escuela me dormía prácticamente en todas las clases”.
-¿En qué momento decidiste venir a la CDMX para probar suerte?
“Cuando iba a cumplir 17, estaba en una compañía de teatro infantil y el director invitó a Ramón López Carrasco (q.e.p.d.), el original ‘Profesor Memelovsky’ de Burbujas, que tenía también su compañía de teatro infantil y uno de sus integrantes me invitó a venir a la Ciudad de México para probar suerte; primero, vivía por el Colegio Militar y, después, decidí irme a vivir con él”.
-¿Cómo te fue?
“La sufrí y me frustré mucho porque no era conocido y no nos contrataban, nos pagaban muy poco o nos transaban. A veces no teníamos para comer y terminábamos vendiendo aluminio. Estuve como un año y me regresé a Acapulco”.
-¿Y qué hiciste?
“Me encontré a un amigo de mi papá que me dijo: ‘Estoy trabajando en un lugar, vente a hacer la audición’, fui y me ofrecieron 500 pesos por noche, entonces acepté”.
“Me encontré a un amigo de mi papá que me dijo: ‘Estoy trabajando en un lugar, vente a hacer la audición’, fui y me ofrecieron 500 pesos por noche, entonces acepté”.
-¿Cómo llegaste a la televisión?
“Como muchos comediantes famosos van a presentarse a Acapulco, me hice amigo de algunos. Llegué a la tele gracias a Raúl Vale (q.e.p.d.), él me ayudó mucho y cuando me dieron mi primera oportunidad en Hoy, le dije: ‘Maestro, me invitaron al programa, nomás me dieron nueve minutos’, y él me impulsó y me dijo: ‘Haz que te vuelvan a llamar, entrega lo mejor de ti’, cosa que le agradeceré toda la vida. Luego vino, por añadidura, todo lo demás”.
-¿Qué otros amigos has hecho en tu carrera?
“Los ángeles que la vida puso en mi camino son Jorge Melchor, mi mánager, y Pepe Ramos, un cantante de la vieja guardia y por quien, gracias a Dios, yo siempre tenía chamba. Y entre mis amigos estaban Miguel Galván y ‘Evelio con V chica’, puro difunto; de los vivos siguen Luis de Alba, ‘La Chupitos’, Carlos Eduardo Rico y Jorge Falcón, entre otros”.
-¿Y cómo surgió “El Costeño”?
“Empecé con un personaje que era de mi papá, un indio que se llamaba ‘Tlahuica’, pero después, hace más de 20 años, Manuel Rodríguez Ajenjo, escritor de programas como La carabina de Ambrosio, me dijo: ‘Ese personaje no tiene congruencia contigo, deberías hacer a un lanchero’, y nació ‘El Costeño’, por ahí de 1997”.
-¿Qué significa este personaje en tu vida?
“Es un bálsamo para mi corazón, es mi alter ego y es la razón por la que mi familia ha podido comer un poquito mejor, pero también significa mucha responsabilidad porque mucha gente de mi pueblo se identifica con él, o incluso conmigo, y dicen: ‘Si él pudo, ¿yo por qué no?’”.
¿La fama te hizo perder el piso?
“Sí, me subí a un tabique mareador, me llegué a rodear de pseudoamigos y quise pertenecer a un círculo en el que uno termina haciendo lo mismo que hacen los demás, como drogarse o em$%&#%. Aparentemente, son muy chidos, pero a veces hay una cuenta que se debe de pagar para estar ahí”.
Y caíste en las drogas...
“Sí, con los vacíos que yo cargaba fue muy fácil entramparme en muchas cosas de este tipo; afortunadamente, no
estuve mucho tiempo inmerso en eso”.
-¿Cómo les dijiste adiós a las drogas?
“Mi familia me ayudó, sobre todo la mamá de mis hijos (Ireri Saucedo) y una de mis hermanas, quien se acercó y me dijo: ‘Dios te está bendiciendo y le estás dando una patada en el cu$% a sus bendiciones’, eso me hizo reaccionar. Estoy muy agradecido con ellas”.
Hablando de tu familia, ¿cuántos hijos tienes?
“Tres. La mayor tiene 27 y casi no la veo porque vive con su mamá, pero sí tenemos contacto; la quiero
mucho. A ella la tuve en la época que no tenía las patas bien puestas en el piso yno me casé con su mamá porque teníamos una relación tóxica. Luego me casé con otra mujer (Ireri) y nos separamos, con ella tuve un hijo y una hija (Ricardo e Ireri), que ahora tienen 23 y 18; él vive conmigo y ella con su mamá”.
mucho. A ella la tuve en la época que no tenía las patas bien puestas en el piso yno me casé con su mamá porque teníamos una relación tóxica. Luego me casé con otra mujer (Ireri) y nos separamos, con ella tuve un hijo y una hija (Ricardo e Ireri), que ahora tienen 23 y 18; él vive conmigo y ella con su mamá”.
-¿Cómo has sido como papá?
“Aunque llegué a descuidar a mis hijos mucho tiempo para darles lo que yo consideraba bueno, ahora trato de estar presente. Los amo mucho”.
-¿Es cierto que te gusta la política?
“Siempre me ha llamado la atención y en los 90 tuve un acercamiento con ella porque fui director de Arte y Cultura en Acapulco, hicimos cosas muy interesantes con nulo presupuesto, aunque también me decepcionó el sistema y la gente que está ahí”.
-¿Por eso desde hace años haces chistes sobre política?
“Hago comedia sobre lo que pasa en la actualidad. He observado que la gente se enoja con los políticos, y los comediantes somos los portadores de lo que los demás quieren decir y no pueden; sólo decimos las cosas para hacer reír, pero luego los chistes se sacan de contexto o se los toman personales, y eso lleva a que coarten nuestra libertad. Me he echado varias broncas con algunos políticos que realmente la han regado, incluso sus seguidores me han atacado en redes sociales”.
-Hace poco recibiste una amenaza...
“Sí, fue el 25 de marzo, estaba en mi casa aquí en la CDMX y un tipo trajo un sobre con un mensaje donde me decían que me cuidara, pero quién sabe de quién”.
“Sí, fue el 25 de marzo, estaba en mi casa aquí en la CDMX y un tipo trajo un sobre con un mensaje donde me decían que me cuidara, pero quién sabe de quién”.
-¿No te da miedo?
“Claro, pero no por eso voy a cambiar mis shows, al contrario, eso me impulsa a ser más crítico”.
-Al día de hoy, ¿te arrepientes de algo?
“Arrepentirme no me sirve más que para aprender de mis errores. Después de todo lo que he vivido, me defino como un hombre vulnerable, sensible y que se sigue construyendo. Disfruto el aquí y el ahora; además, me considero un aprendiz de la vida”, finalizó.