Toño Mauri nos comparte su increíble historia tras superar el Covid

Amediados de 2020, durante un pico de contagios y muertes por el COVID-19, nos enteramos de que quien luchaba por superar al virus era Toño Mauri, de 57 años.

Aunque para esas fechas se sabía que el SARS-CoV-2 representaba una ruleta rusa para los infectados, el actor no imaginaba que su batalla se extendería por cuatro meses y que incluso hoy, a casi un año de un doble trasplante de pulmón, sigue lidiando con las secuelas que le dejó esta enfermedad.

Con palabras llenas de esperanza, nos comparte su increíble historia:

-Toño, quizás uno de los momentos más significativos en tu vida ocurre a mediados de 2020, ¿qué pasó por tu mente cuando diste positivo a COVID-19?

“El año pasado todo cambió para mí. Siempre fui una persona muy sana, me enfermaba poco y honestamente nunca me pasó por la cabeza que me fuera a contagiar de COVID-19”.

-Mentalmente, ¿cómo te encontrabas?

“Siempre tuve fe en Dios, así que una vez que fui ingresado al hospital en Miami, más que deprimido, sentí ansiedad por estar encerrado, pues eran noches muy largas y agobiantes”.

- ¿Qué sentías al quedarte solo?

“La mayor parte del tiempo sentía paz por los encuentros que tenía con Dios, porque mientras estuve despierto le hablaba y Él me respondía de muchas maneras”.

-¿En algún momento de desesperación llegaste a preguntarle a Dios por qué tú?

“En ningún momento pensé: ‘¿Por qué yo?’, al contrario, sabía en todo momento que Él estaba conmigo en esta batalla. Él fue quien me sacó y me dio la oportunidad de salir adelante”.

-Dices que hablabas con Él, ¿y qué le decías?

“Cada día le decía: ‘Señor, hago tu voluntad; lo que tengas decidido para mí, lo acepto. Estoy muy agradecido por la vida que me diste, por mi familia, mi carrera, mis amigos, fue una vida maravillosa; haz lo que sea tu voluntad, yo estoy de acuerdo’. Pero también le decía que tenía mis planes”.

-¿Qué planes?

“Cuando venían los días difíciles le dije a Dios que me daría mucha ilusión entregar a mi hija en la iglesia, así que le pedía que nunca me soltara”.

-Háblanos de esos días tan difíciles...

“Antes de que me llevaran a intubar, sentí que alguien me tomaba de la mano derecha y eso me dio paz; me dije: ‘No estoy solo, tengo a alguien conmigo y es Dios’, y de ahí no me acuerdo de nada hasta que desperté, cuatro meses después”.

-¿Por qué fue que decidieron intubarte?

“En realidad yo se los pedí a los doctores, porque no podía respirar. Cuando me empezaron a preparar para la intubación, mis pulmones se colapsaron; si se hubieran tardado unas horas más, yo creo que no la cuento”.

-Toño, durante esos cuatro meses intubado, ¿tuviste alguna experiencia cercana a la muerte?

“Yo no vi la luz al final del túnel; de hecho, los doctores me explicaron que en ningún momento morí, siempre me mantuve en este plano, debido a que mis pulmones eran artificiales (estuvo conectado a un respirador artificial), mi corazón seguía latiendo”.

-Cuando despertaste, ¿qué fue lo que te dijeron los doctores?

“Cuando desperté, me evaluaron e hicieron muchos estudios, pues los doctores me explicaron que temían que yo presentara daño cerebral o físico por el largo tiempo que estuve en coma”.

-¿Qué sentiste al escuchar que necesitabas un doble trasplante de pulmón?

“Fue impactante cuando los doctores me dijeron que necesitaba un trasplante de pulmón, quedé en shock”.

-¿En qué momento te cae el veinte?

“Mi esposa Carla fue quien me sacó de mi asombro; ella le decía a todos: ‘Hasta que realmente no vea que Toño está bien, no voy a bajar los brazos’, y nunca se rindió, ni perdió las esperanzas”.

-Háblanos del proceso previo a la cirugía del trasplante de pulmón...

“Tiempo después de que salí del coma, me trasladaron al Centro de Trasplantes, que también estaba en Florida. Me llevaron para darme un tratamiento de fuerza para que pudiera aguantar la operación de ocho horas y media, pues perdí cerca de 20 kilos”.

-Platícanos cómo fue ese tratamiento...

“Para que no me quedara ahí durante dos semanas, me tuvieron en una terapia de refuerzo, y según como reaccionara, ellos tomarían la decisión de operar o no. Yo comencé a reaccionar bien, y por mi urgencia me pusieron hasta arriba en la lista, pero pasaron dos semanas y no llegaban los pulmones, eso me desanimó”.

-¿Y luego qué pasó?

“Un día por la noche, le dije a Carla: ‘Perdóname, mi amor, no puedo más, hasta aquí llegué, voy a tirar la toalla; eso no significa que me quiera quedar dormido y no despertar, pero quiero que sepas que si pasa algo conmigo, yo estuve hasta el final y luché hasta donde pude’”.

-¿Cómo reaccionó tu esposa?

“Ella me decía, llorando: ‘Toño, el último jalón, tienes que tener fe, esperanza... ahorita es cuándo’. Esa noche nos la pasamos llorando y rezando todo el tiempo, y a las siete de la mañana del otro día entraron los doctores y me dijeron: ‘Toño, ya llegaron tus pulmones, vamos a preparar todo para el trasplante’, cuando yo ya había dicho que tiraba la toalla; eso me dio fuerzas otra vez y me volví a entusiasmar, aunque faltaba superar algo más”.

-¿A qué te refieres?

“Veía que pasaban las horas y no iban por mí, ya que en cuanto llega el órgano te deben operar de inmediato, pero llegaron los doctores y me dijeron: ‘Toño, nos da mucha pena, pero estos pulmones no te los vamos a poder trasplantar, no son compatibles’; al escuchar eso, no me sentí mal, porque como ellos me conocen, me dijeron que en cuanto llegaran unos pulmones que fueran para mí, me los iban a dar”.

-Entonces, ¿qué pasó?

“Esperamos un par de días y finalmente llegaron unos pulmones aptos para mí, y el 15 de diciembre de 2020 me operaron”.

-¿Pensabas en tu esposa e hijos todo el tiempo?

“Claro, porque el apoyo de Carla y de mis hijos fue total. Gracias a Dios, el trasplante fue un éxito y esos momentos fueron pura fuerza”.

-Dinos, ¿nunca se enteraron quién fue el donante?

“No, pero pido mucho a Dios por esa persona. Le agradezco este regalo de vida; me salvó a mí, pero también salvó a seis personas más”.

-Cuéntanos qué ha sido lo más difícil de tu recuperación...

“Durante todo el proceso de rehabilitación he tenido recaídas, dos bacterias que me pegaron fuerte y que todavía me pueden pegar más; también sufrí una caída que me llevó al hospital. Los doctores me dijeron que todo este proceso por lo general dura un año de subidas y bajadas, pero que hay que seguir porque el cuerpo se sigue adaptando”.

-Al final, Dios nunca te soltó de la mano...

“Lo que he vivido en el último año, para mí son regalos de Dios: volver a mi casa, entregar a Carlita el día de su boda y grabar una serie con Toño, todo me causó mucha ilusión”.

-¿Te encantaría ser abuelo pronto?

“Por supuesto, cargar a un nieto es un deseo que me ilusiona, me da mucha energía, pero los tiempos de Dios son perfectos y él sabe cuándo va a pasar eso”.

-Tengo entendido que a raíz de todo esto, estás colaborando con una fundación, ¿es cierto?

“Así es, se llama Héroes por la Vida”.

-¿Qué haces dentro de la fundación?

“Hoy en día participo en campañas en las que hablo de mi experiencia para concientizar a las personas sobre la importancia de la donación de órganos, porque no sabes si el día de mañana eres un donador o receptor”.

-¿Y qué le dirías a todas esas personas que te han visto salir de este proceso?

“A las personas les diría que sí se puede, salir del COVID es el resultado de mucha fuerza, de esperanza, y que tenemos que estar muy conscientes de lo afortunados que somos de estar vivos para poder seguir cumpliendo nuestros sueños”.

-Hablando de sueños, otro que has cumplido es abrir tu casa productora; ¿cómo surgió la idea?

“Como me fascina este mundo de la televisión y entretenimiento, decidí abrir una casa productora junto con mi hijo, ya que mi ciclo como actor había llegado a un límite. Hasta la fecha, actuar me fascina, pero este tema de la producción me llamó mucho la atención, sobre todo, hacerlo junto con mi hijo Toño”.

-¿Piensas hacer alguna bioserie de lo que viviste o quizás otro proyecto?

“Me gustaría contar mi historia, pero más que una bioserie, sería un documental donde yo contara lo que viví. Hace poco terminé mi libro, en el que hago un recorrido desde mis padres, donde nacimos y hasta la parte de hoy, pasando en diferentes etapas de la vida, y por la última que hemos pasado y ya hemos platicado”, finalizó.