Viuda del hombre que mató Pablo Lyle le manda fuerte advertencia al actor

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Viuda del hombre que mató a Pablo Lyle le manda fuerte advertencia al actor

Viuda del hombre que mató a Pablo Lyle le manda fuerte advertencia al actor

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Mercedes Arce dice entre lágrimas que está dolida porque él lo abandonó como un perro.

Después de que el pasado 31 de marzo Juan Ricardo Hernández de 63 años perdiera la vida a causa de una caída que sufrió por un golpe que le propició el actor Pablo Lyle de 32, su viuda Mercedes Arce habló para el programa ‘Suelta la sopa’ y contó sobre la relación que sostenía con el fallecido.
Mercedes Arce dice entre lágrimas que está dolida porque él lo abandonó como un perro.
Mercedes Arce dice entre lágrimas que está dolida porque él lo abandonó como un perro.
“Estuvimos tres años juntos y ya nos íbamos a casar, definitivamente no se merecía la muerte que él llevó, su mamá de 87 años está destrozada de perder un hijo”.
Sobre ese día recuerda "él estaba enojado porque en la mañana vio un golpe en su carro, me dijo enojado que le habían dañado el auto que estaba nuevo y salió a comprar un medicamento para la epilepsia de mi hijo que estaba en el hospital”.
En cuanto a las imágenes de cómo su pareja recibió el golpe dijo “no se me ha borrado, el golpe que le dio y el haberlo dejado abandonado como si fuera un perro, él era una persona de familia. Uno se debe de controlar, él (Pablo) no pensó en su familia ni en la de nosotros, tan poquito vale un humano para matarlo así. Mi pareja tenía dos operaciones en las piernas, cojeaba, no se podía sostener bien, era fácil tumbarlo”.
Mercedes Arce dice entre lágrimas que está dolida porque él lo abandonó como un perro.
Mercedes Arce dice entre lágrimas que está dolida porque él lo abandonó como un perro.
Sobre qué pasó tras el golpe, aseguró “quedó en coma, nunca quise desconectarlo, pero la doctora me dijo que ya se estaba hinchando y que ya estaba declarado muerto, no tenía opción”.
Finalmente entre lágrimas dijo “me hace tanta falta, era mi compañero incondicional, acabó con mi vida y aunque él (Pablo) no lo crea, acabó con la de él porque cada noche que ponga la cabeza en la almohada, le tendrán que venir pensamientos de lo que hizo por un acto de rabia, y esto no es México, es Estados Unidos, donde si tú la haces la tienes que pagar. En este mundo nadie se va sin cobrar y le pido a Dios que pague por lo que él hizo”.
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