Niños huérfanos, la otra trágica secuela de los feminicidios

El dolor que viven los niños que están huérfanos a causa de los feminicidios no concluye con la muerte de sus madres, ya que en algunos casos quedan con afectaciones psicológicas, tras haber sido testigos del crimen o peor aun son entregados a los hombres, que cometieron el delito, pero que a falta de pruebas están en libertad. En otros casos, viven el duelo en el desamparo o a cargo de familiares, especialmente abuelos y personas de la tercera edad, que en muchas ocasiones no tienen la solvencia económica para hacerse cargo.

El problema, según la Unidad de Género de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), no radica en un vacío legal, ya que la ley mexicana reconoce a los pequeños como víctimas indirectas de un delito, por lo que ordena a los tres niveles de gobierno otorgarles salud, educación y asistencia social; sin embargo, no existe un registro de la cantidad de huérfanos por feminicidios en México y los gobiernos estatales con alertas de género activadas, como es el caso del Estado de México y Jalisco, hasta ahora no han contabilizado a los niños que quedan desprotegidos después del asesinato de sus madres.

Y es que aunque según la página oficial del Instituto Nacional de las Mujeres, en agosto de 2019 se instalaron 32 mesas técnicas para la revisión de dos mil 192 casos de homicidios femeninos dolosos y feminicidios ocurridos de diciembre de 2018 a junio de 2019, con el fin de garantizar la protección, el acompañamiento especializado y atención psicológica hacia el menor; de acuerdo con la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), no hay ningún protocolo específico para tratar a un menor que fue testigo de un hecho criminal.


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Además, en muchas ocasiones los niños que quedan en orfandad no entran en los programas de apoyo debido a la tipificación que hace el país de feminicidios, puesto que en algunos casos las muertes sólo se reportan como homicidios de mujeres, ya que las autoridades no los consideran feminicidios íntimos debido a que no fueron efectuados por su compañero o ex pareja.


Ante ello, algunos familiares de menores en esta situación han exigido a los tres niveles de gobierno que hagan funcionar programas que cubran sus derechos básicos, cumpliendo el artículo cuarto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, “el Estado otorgará facilidades a los particulares —ascendientes, tutores y custodios— para que coadyuven al cumplimiento de los derechos de la niñez”, tales como alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral.

Algunos, según organizaciones, han obtenido respuesta; no obstante, la mayoría desconocen los protocolos y quedan sin ayuda del Estado y bajo la custodia de los abuelos y las tías quienes sacan adelante a estos niños, como si fueran sus segundos hijos.

Cabe destacar que de acuerdo con Inmujeres, al menos 4 mil 275 menores quedaron en esta condición entre diciembre de 2018 y junio de 2019. 
 Dicha información se obtuvo al cruzar el número de indagatorias por feminicidio con los 2.1 hijos que en promedio tiene en México una mujer en edad fértil.