Maxine Woodside cumple 31 años en ‘Todo para la mujer’

Hablar de Maxine Woodside, de 72, es hablar de una mujer profesional, trabajadora y entregada en cuerpo y alma a su más grande pasión: su programa de radio ‘Todo para la mujer’, mismo que hace unos días cumplió 31 años ininterrumpidos al aire y por el cual la gente la apoda con cariño ‘La Reina de la Radio’.

Amable y con un sentido del humor que sólo es igualado por su sencillez, la locutora nos habló de su éxito, pero también de la otra cara de la moneda: los obstáculos y sacrificios que hizo para llegar al sitio tan alto que hoy ocupa en los medios.

Ésta es su historia:

“Siendo franca, cuando empezamos a hacer Todo para la mujer, jamás pensé que duraría 31 años, y no porque no creyera en mí, sino porque en esa época, en 1989, no había otro programa que se le pareciera. Era único en ese entonces”.

“Sí, ahora hay muchos proyectos parecidos, pero en ese entonces no existían programas de radio de crítica del espectáculo. Al principio fue complicado, pero 31 años después seguimos, gracias a Dios y al público”.

-Hace años nos contó que antes de Todo para la mujer las cosas no fueron sencillas para usted...

“No. Cuando era una jovencita me propuse triunfar en un medio dominado por hombres porque tenía que demostrar que una mujer podía, pero también lo hice por necesidad, pues yo era una mujer divorciada y con dos hijos; tenía que poner mucho esfuerzo. Por eso, años después, cuando se me presentó la oportunidad de conducir el programa, no dudé”.

“Te voy a decir la verdad: yo no pensaba ni pretendía ser la conductora del programa. Cuando ya estaba todo listo, el día del estreno me fallaron los conductores, eran unos chavos que ya ni en el medio están... bueno, no todos, porque uno de ellos iba a ser Alfredo Palacios, quien hace poco se nos adelantó en el camino”.

“Sí, pero como él y los otros no llegaron, pues me animé a hacerlo”.

“Originalmente iba a ser una revista femenina, por eso el nombre Todo para la mujer. Yo ya tenía años de reportear espectáculos y en esa primera emisión me puse a hablar del tema, que era de lo único que sabía, y a raíz de eso fue el giro del contenido del programa”.

“En ese tiempo, 1989, mi hijo, Fernando Iriarte, estaba casado con Yuri y se iban ese día de viaje a Chile, le llamé y le dije: ‘Pasen al programa, aunque sea un rato, para entrevistar a Yuri’”.

“Sí, Yuri fue mi madrina. Salimos bien librados de ese primer programa, pero aun así estuvimos buscando locutores y una productora, pero no conseguimos y yo me mantuve al frente del programa, y así ha sido durante los últimos 31 años”.

“Por mi programa han pasado muchos conductores: Fabián Lavalle tenía una tienda de ropa y lo jalé al programa; Vero Gallardo trabajaba en otra cosa y la jalé también; Anita Alvarado, que sigue ahí conmigo, estaba cubriendo política y la jalé, ella tiene 28 años conmigo. La primera vez que Pepillo hizo radio, lo hizo ahí conmigo”.

“Los programas se sostienen con dos cosas muy importantes: con buen rating y con ventas, y afortunadamente tenemos ambas. Esto es un negocio, y si no les das resultados a los jefes, pues no funciona, no duras; pero si es redituable, los años te van respaldando. Yo estoy muy agradecida por el gusto y el cariño del público, además de que te puedo presumir que tengo un equipazo; algo pasa que toda la gente que trabaja conmigo me dura muchos años”.

“Pues mira, a veces soy enojona, no te lo voy a negar; me enojo cuando no salen las cosas, pero ni soy grosera ni los trato mal, tengo mi carácter nada más, ¿y sabes qué?, cuando ya nos conocemos todos, pues sabemos cómo hacer las cosas”.

-A lo largo de estos años, ¿es la primera vez que se ha ausentado del foro de grabación, por la pandemia?

“Así es, la primera; ya tengo seis meses transmitiendo desde mi casa a causa de la pandemia. Jamás imaginé que viviríamos esta situación en el mundo, se ha convertido en una pesadilla para todos”.

“Por supuesto que sí; me ha pasado que me empieza a doler la garganta, tengo tantita tos o simplemente me siento medio mal y pienso que tengo COVID-19; me he hecho la prueba en dos ocasiones, pero ha salido negativa”.

“Mira, es algo que a todos nos da miedo; en mi caso, pienso en mis hijos, en mis nietos, porque uno quiere seguir con los que ama, pero sabemos que todos nos vamos a ir tarde o temprano; en este caso le tengo más miedo a la enfermedad que a la muerte, las enfermedades son terribles; lo único que le pido a Dios es salud”.

“Lo tengo listo desde hace años, y a mis dos hijos les dejaré en partes iguales para que no haya broncas. Si habiendo testamento luego hay broncas, imagínate sin testamento”.

“Por supuesto que sí, porque aunque ya no estés, lo que menos quieres es dejarles líos a tus hijos, ni deudas; hasta tengo pagado mi servicio funerario. Hay que tener todo en regla y listo, porque nunca sabes cuándo te va a tocar; espero que la muerte se tarde mucho conmigo, todos vamos para allá, pero no empujen (ríe)”.

“No, nunca quise volver a casarme; creo que nadie necesita a otra persona para sentirse completa o feliz; las ganas, la fuerza y la seguridad las traes por dentro. Claro que es bueno una compañía, pero yo fui muy feliz estando sola, nunca me volví a casar y no me sentía menos mujer. Llegué a tener mis galanes... tuve un novio, pero él vivía en su casa y yo en la mía, y por eso duramos 35 años (ríe), y funcionó hasta que terminamos, pero ahora somos grandes amigos”.

“Soltera desde hace 12 años y feliz. Tengo muchos años sola, las prioridades van cambiando y ahora me dedico a mis dos hijos: Fernando y Alejandro, y a mis cuatro nietos”.

“Totalmente consentidora, apapachadora, besucona, a mis nietos los adoro”.

-Y ahora con la pandemia, ¿ha podido convivir con sus nietos?

“Fíjate que sí, incluso nos fuimos en septiembre a Acapulco, nos acabábamos de hacer las pruebas de COVID-19 y como estábamos sanos, nos fuimos 10 días, muy a gusto”.

“En todos estos años he conocido a muchos famosos, pero amigos tengo pocos: María Victoria, doña Ofelia Guilmáin (q.e.p.d.), Marvita López; de los nuevos, no muchos. En el medio artístico no soy muy amiguera; mis amigas son de la escuela: Daniela Romo, Tina Galindo, Lolita Ayala. Soy una persona que trabaja en el medio, no que vive en el medio”.

“La verdad, ninguno, me siento una mujer plena y realizada; estoy contenta con lo que tengo. En mi retiro me iré a una casita a la orilla del mar con mis nietos; por lo pronto seguiré haciendo lo que más me gusta, no tengo fecha de caducidad (ríe), el público, como siempre, es el que decide”, finalizó.