Para una madre que ha perdido a un hijo, resulta muy difícil continuar con su vida, esto es lo que sufre Maureen Amaro Fernández, de 47 años, quien el 2 de abril perdió a su hijo Hugo Carbajal Amaro, de 15, quien fue a una fiesta clandestina de DJ’s en el Jardín Imperio, ubicado en Jilotzingo, Estado de México, donde supuestamente un sujeto llamado Mauricio “N”, de 38, promotor de eventos y parte de la seguridad de ese lugar, le clavó un objeto punzocortante en el cuello, lo que le arrebató la vida.

Tras entregarse, el presunto culpable ya está bajo prisión preventiva oficiosa en el Penal de Barrientos mientras las investigaciones siguen. En medio del dolor, la señora nos abrió las puertas de su casa y su corazón para hablarnos en exclusiva de cómo recuerda a su hijo:

-Maureen, lamentamos mucho su pérdida...
“¡Gracias! Es muy duro”.

-¿Nos podría platicar un pocomás sobre usted y su familia?
“Claro. Soy mexicana por nacimiento, a pesar de mi acento (cubano) porque no pierdo mi identidad. Me dedico desde hace 25 años a la industria de la vivienda. Tengo dos hijos, Alejandro y Hugo. Su papá, Hugo Carbajal, y yo estamos divorciados, pero vivimos en la misma casa porque estamos justo en la repartición delos bienes”.

-¿Cómo era su hijo Hugo?
“Era hermoso, precioso, él nos deja un gran legado y una gran enseñanza porque quería que todos fuéramos felices. Era muy amiguero y noviero”.

-¿Qué le gustaba?
“Le gustaba el fut y la vida le dio la oportunidad de ver al Cruz Azul ser campeón. Su papá es doctor y le ayudaba cuando no tenía enfermeras, pues le interesaba la Medicina”.

-¿Cómo era su relación con él?
“Yo le decía de apodo ‘Cucurucho de maní’. Éramos unidos y me contaba todo. Hubo una temporada que estuvimos juntos él y yo solos por una circunstancia familiar; creamos una convivencia muy bonita. También era muy unido con su hermano”.

-La vida cambia de un segundo a otro, ¿qué recuerda del sábado, 2 de abril?
“(Llora) Se despidió de mí... estábamos comiendo y de repente en la plática salió un tema fuerte, le había dicho que cuando yo muriera, echara mis cenizas en La Habana, pero luego cambió la plática como diciendo: ‘Tú me vas a enterrar a mí’. Recuerdo que recientemente me había dicho que le gustaría que lo enterráramos junto a una nana que tuvieron”.

-¿Usted sabía que ese día él iba a salir?
“Me dijo que se iba a una fiesta y solo sabía que su padre lo iba a llevar a casa de un amigo. Yo me salí a hacer ejercicio y ya no supe más de él”.

-¿Qué pasó después?
“A las 11:50 de la noche sonó el teléfono y dijeron que Hugo iba herido en una ambulancia rumbo al Hospital General de Atizapán de Zaragoza”.

-¿Qué pensó en esos momentos?
“De inmediato me fui para allá, pero antes de llegar sentí algo en el corazón, como que sabía que mi hijo ya había muerto”.

-Luego, ¿qué pasó?
“Cuando llegué al hospital, los doctores ya solo me lo confirmaron, ¡ni siquiera pude decirle adiós!”.

-Debió ser un shock terrible...
“Claro, pero tuve que concentrarme para lo que venía. Fui a Barrientos a reconocer su cuerpo, que estaba frío y ensangrentado, y abracé a mi príncipe. Luego dejé el cadáver para que le hicieran sus exámenes toxicológicos, que dieron negativos a alcohol y drogas”.

-¿De ahí se fue a denunciar?
“Por supuesto, en ese momento les juro que escuché a Hugo y me decía: ‘Mamá, tú eres la única que puedes hacer esto, los demás no’. Solo fui a cambiarme a la casa y a las 8 de la mañana regresé a Barrientos para levantar la denuncia, actué muy rápido”.

-¿Qué ocurrió después?
“Velamos a mi hijo en una agencia de Mundo E y lo enterramos en el Cementerio Calacoaya, donde está su nana”.

-¿Cuáles fueron sus palabras para él en el cementerio?
“Le dije algo imposible: ‘Regresa a mí’. Me despedí con los temas ‘Al final’ y ‘Manisero’ de Moisés Simons. A veces no entendemos las acciones de Dios”.

-Luego, le dio seguimiento al caso...
“Ese mismo día que lo enterramos, regresé a Barrientos para ver el estatus de la carpeta de investigación y me querían ver la cara”.

-¿Por qué?
“Decían que hasta el otro día tendrían avances; yo les dije que les conseguiría los avances y en eso fue que gracias a un testigo presencial, a las 4 a. m. del día siguiente, ya teníamos el nombre completo del asesino”.

-Después vino el bloqueo en Periférico...
“Así es, la única forma de pedir justicia era cerrar la ciudad y lo hicimos frente al parque Naucalli (Naucalpan)”.

-El presunto asesino se entregó y tuvieron una audiencia...
“¡Qué tristeza para ese sujeto! Estaba completamente nervioso, miserable. Le grité que no me regresará a Hugo y le dije que si lo perdonaba, eso le dolería más a que le mentara la ma$%&”.

-Fue muy fuerte lo que pasó...
“Me gustaría preguntarle a través de este medio: ¿Qué te motivó a quitarle la vida a mi hijo?, ¿qué tienes de trasfondo para haber hecho eso con tanta saña y haberle cortado la yugular?”.

-¿Está complacida al verlo tras las rejas?
“Pues la sentencia habla de 70 años, pero lo más triste es que él mató a un niño y no creo que en la cárcel le vaya tan bien”.

-¿Cómo actuaría si el fallo del juez fuera dejarlo seguir su proceso en libertad?
“Está complicado, el caso ha tomado mucha fuerza y tengo fe en las autoridades”.

-¿Nos puede decir más sobre el proceso?
“No puedo hablar de eso porque siguen las investigaciones. Lo único que puedo darles en exclusiva es una carta anónima que encontramos en la tumba de mi hijo hace unos días, donde dice que él defendió a alguien y que dio su vida por otra persona esa noche”.

-¿Eso podría servir como prueba?
“Pues creo que con eso cambian las cosas y tal vez servirá de algo, buscaremos más amigos que estuvieron con él. Creo que con eso Hugo me quiere decir qué pasó”.

-Por otra parte, en redes sociales circularon imágenes de Hugo en una protesta y lo acusaron de ser agresivo con un policía...
“Sí, he visto que han dicho cosas de mi hijo, que era prepotente y que señalaba a un policía, pero no fue así”.

-¿Qué nos dice de esas imágenes?
“Son de un mitin del movimiento No al Comunismo (septiembre 2021) y solo le dijo al policía que nosotros pagamos impuestos; ahí estuvo Francisco Céspedes y tenían miedo de que le pegaran. Mi hijo no hizo nada malo, pero la gente solo ve lo que quiere ver”.

-También circuló una versión sobre su hijo Alejandro, que estuvo involucrado en un delito (presunto secuestro), ¿es cierto?
“Hubo una situación con él, a sus 15 años (ahora tiene 23) lo metieron en ese problema con unos muchachos. Buscaron culpables y agarraron a mi hijo Alejandro; la vida no me la ha puesto fácil, me tuve que ir a Los Pinos a gritarle a Enrique Peña Nieto, había gente poderosa metida en ese problema, hubo gente adulta que no fue juzgada y, como descubrí a los participantes, fue que alcé la voz. Él no tiene antecedentes penales y se los puedo mostrar con un documento”.

-Además, se dijo que durante una transmisión en vivo aparecía un hombre, supuestamente su novio, moneándose, ¿qué hay de eso?
“No, no era mi novio, era mi hijo Alejandro, tenía en sus manos un algodón con alcohol que le había dado una mamá, ya que mi hijo se había desmayado y por eso lo estaba oliendo; la gente ya no sabe qué inventar”.

-Tras la lamentable pérdida de Hugo, ¿ha sentido su presencia en algún momento?
“Sí, antes de la entrevista dormí un ratito y me pasó algo que sé que él me quiere mostrar; vi el campo del lugar (donde ocurrieron los hechos) y su imagen, siento que me quiere decir algo”.

-Ahora que nos está mostrando sus fotos, sabemos que tiene una muy especial...
“Sí, es que una amiga me dio una imagen donde está Dios sosteniendo en su pierna a un niño igualito a Hugo cuando era chico. Con eso creo que Dios necesitaba un ángel y por eso se lo tuvo que llevar”.

-¿Le gustaría tomar terapia especializada con un tanatólogo?
“Sí, claro que lo haré. Además, quiero donar sus cosas a varios niños”.

-¿Cómo retomará su vida ahora?
“Mi hijo me quería ver en paz y feliz, eso me lo dijo en uno de sus últimos mensajes de audio, así que seré feliz por él”.

-Si Dios le permitiera volverlo a ver un minuto, ¿qué le diría?
“(Llora) Perdóname por no jugar tantas veces como querías, yo quería seguir jugando contigo toda la vida. Jugábamos a los soldaditos. También me gustaría decirle: ‘Hugo, vamos por más aventuras’, que me verá sonreír como tanto quería y que estaré en paz”, finalizó.