Graciela Fernández, ex de Chespirito: ¿Qué es ser ‘la mujer del proceso’ y por qué la relacionan con el término?
El estreno de la serie 'Chespirito: Sin querer queriendo' revivió el término “la mujer del proceso”, que ha causado revuelo en redes. Muchos lo relacionan con Graciela Fernández, la primera esposa de Roberto Gómez Bolaños, ¿por qué?

Graciela Fernández y Chespirito estuvieron casados de 1968 a 1989, pero su divorcio legal se concretó muchos años después de su separación.
/Redes sociales
Desde el estreno de la bioserie sobre la vida de Roberto Gómez Bolaños, el nombre de Graciela Fernández, su exesposa y madre de sus hijos, volvió a ocupar titulares y a viralizarse en redes sociales. Sin embargo, no fue solo por su rol dentro de la familia del creador del Chavo del 8, sino por un apodo que muchos consideran injusto y otros, profundamente significativo: “la mujer del proceso”.
El término se ha popularizado en TikTok y X (antes Twitter), como forma de describir a mujeres que acompañan a su pareja en los momentos difíciles de su vida, generalmente antes de alcanzar el éxito. Esta figura suele quedarse al margen cuando llega el reconocimiento, y es reemplazada por alguien más. Y justo eso es lo que muchos usuarios han notado al ver cómo fue retratada Graciela Fernández al lado de Florinda Meza en la serie.
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¿Quién fue “la mujer del proceso” en la vida de Chespirito? Así explican el término que se volvió viral
Durante los años más exitosos del Chavo del 8, el legendario comediante Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”, su esposa Graciela Fernández y la actriz Florinda Meza protagonizaron uno de los triángulos amorosos más comentados en la historia de la televisión mexicana. En medio de este drama personal, ha resurgido una frase que se ha vuelto viral en redes sociales: “La mujer del proceso”. Más que una simple expresión, se ha convertido en una etiqueta simbólica para hablar de un fenómeno emocional muy real en muchas relaciones de pareja.
Esta frase se refiere a aquella mujer que permanece al lado de su pareja durante momentos de lucha, frustración, crecimiento personal o profesional. Lo hace sin garantías de que al final habrá recompensa o reconocimiento, y en ocasiones, termina siendo desplazada cuando llegan la estabilidad o el éxito.
En el caso de Graciela Fernández, los espectadores de Chespirito: Sin querer queriendo han comenzado a notar que fue ella quien estuvo durante los años más complicados de Roberto Gómez Bolaños, mientras construía su carrera y consolidaba su lugar como figura clave en la televisión latinoamericana. Ella fue su esposa antes de que el éxito llegara, y cuando finalmente lo alcanzó, su historia juntos terminó.
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¿Cómo fue la separación de Graciela Fernández y Roberto Gómez Bolaños, Chespirito?
La producción de HBO Max, impulsada por el único hijo varón de Roberto Gómez Bolaños “Chespirito” y Graciela Fernández, ha sido clara al mostrar que la relación entre su padre y Florinda Meza inició cuando él aún estaba casado con Graciela. Esto ha generado diversas opiniones entre el público. Para algunos, la serie es un homenaje justo, pero para otros, deja ver una parte menos conocida y más dolorosa, de la vida personal del comediante.
Graciela Fernández es mostrada como una mujer que fue clave en los primeros pasos de “Chespirito”, apoyándolo incluso cuando la fama era todavía un sueño lejano. De acuerdo con varios momentos retratados en la serie, su papel fue mucho más que el de una esposa: también fue compañera, soporte emocional y madre entregada.
En entrevistas recientes, Roberto Gómez Fernández recordó cómo vivió su madre la separación: “Lo tomó muy mal. Y no importa quién hubiera sido la otra persona, lo hubiera tomado igual. Se sintió traicionada”, dijo en conversación con Mara Patricia Castañeda. Estas palabras reforzaron la percepción de que Graciela fue una figura fundamental, aunque invisibilizada por años.
¿Qué fue de Graciela Fernández tras su separación de Roberto Gómez Bolaños, Chespirito?
A diferencia de Florinda Meza, quien se mantuvo en el ojo público como pareja y luego viuda de Chespirito, Graciela Fernández optó por alejarse por completo del mundo del espectáculo. Se refugió en la privacidad y, durante años, poco o nada se supo sobre su vida personal.
Graciela Fernández falleció el 29 de agosto de 2013, a los 84 años. Nunca se revelaron públicamente las causas de su muerte. Lo que sí se sabe es que hasta el final se mantuvo al margen, sin dar declaraciones sobre su exmarido ni su relación con Meza. Su silencio fue interpretado por muchos como dignidad, por otros como dolor.
En redes sociales, muchas mujeres han reaccionado con empatía hacia su historia. Algunas se han sentido identificadas con su rol y han compartido experiencias similares, resignificando el término “la mujer del proceso” no como una víctima, sino como alguien que dio todo por amor, incluso si no obtuvo lo esperado a cambio.